Gottinghen, Alemania.- Luego del largo viaje desde la Ciudad de México, la Selección Mexicana realizó ayer su primer entrenamiento de cara a su participación en la Copa Confederaciones de futbol y el optimismo en los jugadores es grande.
Y es que, a pesar de que antes de viajar no habían arreglado lo de los premios por su actuación en este torneo, los jugadores confían en un acuerdo posterior a la justa, pues lo que les interesa ?es enfrentar este certamen, hacer un buen papel y tratar de ganarlo?.
Antes de salir del Distrito Federal, los seleccionados señalaron que por el momento la situación de las primas no es problema y que ese tema lo tratarían al término de la Confederaciones, principalmente los futbolistas de mayor jerarquía.
Mientras tanto, el equipo nacional mexicano realizó ayer su primer entrenamiento en tierras alemanas, en horario nocturno pues por la mañana el equipo descansó para luego trasladarse al Jahnstadion.
En esta su primera práctica, México tuvo la visita de unos mil espectadores de la localidad, algunos aficionados mexicanos y estudiantes latinoamericanos, que observaron a detalle los movimientos del plantel que dirige el argentino Ricardo La Volpe.
De esta mamnera, la selección reportó sin novedad y se prepara de cara a su primer partido de la Copa Confederaciones ante Japón, que se realizará el próximo jueves 16 a las 18:00 horas tiempo local, en el Estadio de Hannover.
Por otra parte, México contará con su plantel completo para ese mismo día toda vez que el jugador de Chivas Alberto Medina, y José de Jesús Corona, refuerzo de Tecos, reportarán luego de su participación con el equipo en la Copa Libertadores ante Boca Juniors.
El camino
La Selección Mexicana de futbol le dio una gran alegría al pueblo nacional en 1999, cuando logró derrotar a Brasil por 4-3 en la final de la Copa Confederaciones. En Alemania 2005, el Tricolor presenta un conjunto que tiene en mente llegar a lo más alto, con la conducción de Ricardo Antonio La Volpe, quien ha logrado reunir a un buen grupo de jóvenes, apoyados por jugadores de la experiencia de Rafael Márquez, Gerardo Torrado y Oswaldo Sánchez, entre otros.
El balance del México en las cuatro participaciones en Copa Confederaciones es de un título obtenido, un tercer lugar y en dos ocasiones quedó eliminado en la primera fase del certamen.
Penales, La maldición
En 1995, su primera intervención en la entonces Copa Rey Fahd, las esperanzas y presagios en este torneo para México eran importantes tras las actuaciones en torneos internacionales en los últimos dos años.
El equipo que dirigía Miguel Mejía Barón quedó ubicado junto al cuadro anfitrión, Arabia Saudita, y al monarca del Viejo Continente, Dinamarca.
Pese a que su debut lo tuvo que hacer frente a los locales, el Tricolor demostró el futbol que lo había caracterizado para levantarse con el triunfo 2-0, pero para conseguir su pase a la final, México estaba obligado a derrotar al conjunto danés en su segundo compromiso.
Parecía que un gol de Luis García pondría a México en el partido por el título, pero no fueron capaces de manejar el marcador y los daneses empataron, por lo que el juego se tuvo que definir en serie de penales, en la que una vez más el Tri demostró su ineficiencia al caer 4-2.
México tuvo entonces que disputar el partido por el tercer puesto ante Nigeria, equipo con el que empató a uno en tiempo regular y en los tiros penales México derrotó a los africanos 5-2, para así cerrar su primera participación en este torneo internacional.
Gran decepción en ?97
La segunda participación de México en la Copa FIFA Confederaciones de 1997, la primera versión que llevó el nombre actual, fue de ayuda para el técnico Manuel Lapuente y de asimilación de las ideas futbolísticas para los jugadores, tras la salida del timón del serbio Bora Milutinovic.
Fue evidente que el Tricolor no llegó en su mejor momento, ya que no fue capaz de derrotar a Australia, seleccionado al que en teoría se es superior, y cayó 1-3 en su debut.
Este descalabro complicó el futuro de México que mantuvo esperanzas de superar la primera fase al derrotar con un contundente 5-0 al equipo local.
A pesar de dar la mejor exhibición del Tricolor en el evento ante Brasil, los sudamericanos superaron a la escuadra de Lapuente por 3-2, para despedirse así de tierras saudiárabes.
México arrastra el prestigio en Corea-Japón 2001
Este torneo no llegó en el mejor momento para el representativo mexicano que atravesaba por una crisis futbolística y de resultados bajo la batuta de Enrique Meza.
Desde que arribó al timó del Tricolor, el ?Ojitos? Meza apostó por sus hombres de confianza que le habían dado excelentes resultados con Toluca.
Sin embargo, elementos como Víctor Ruiz y Omar Blanco, además de gente como Alberto Coyote y Marco Antonio Ruiz, nunca demostraron los tamaños suficientes para sacar a flote al equipo.
México fue un equipo carente de equilibrio, malo para defender y pésimo para atacar, pero principalmente con poca mentalidad para salir adelante. Esto quedó plasmado en primer duelo ante Australia que se impuso con claridad 2-0.
México cayó posteriormente 1-2 ante Corea del Sur, resultado que ocasionó quedar fuera de toda posibilidad de clasificación a la siguiente ronda.
Por si fuera poco, México fue humillado por los franceses, campeones del mundo en 1998, que se impusieron 4-0, y dejar así un muy amargo sabor para la afición mexicana.
El inolvidable triunfo ante Brasil y el título
Tras confirmar en la Copa América Paraguay ?99 que era la tercera selección más importante del continente, México comprendió muy bien que albergar la Copa Confederaciones significaba una gran oportunidad de obtener el título.
El Tricolor tuvo a la Ciudad de México como su centro de operaciones dentro del Grupo A, el cual comendaron a pesar de no exhibir su mejor futbol, y con Cuauhtémoc Blanco como alma del Tricolor.
Desde el primer partido ante Arabia Saudita, en el que Blanco marcó cuatro tantos en el triunfo 5-1, el atacante demostró que sería el que inclinaría la balanza a favor de los locales.
Cuauhtémoc no pudo influir en los siguientes encuentros en los que los locales empataron a dos con Egipto y apenas derrotó 1-0 a Bolivia.
En semifinales, cuando parecía que el pase al juego por el título debería disputarse en serie de penales, luego que México y Estados Unidos no lograban abrir el marcador, apareció la figura de Blanco para marcar el gol de oro que colocaba a México en la gran final.
Esta anotación sólo fue un presagio de lo que el mundialista lograría el cuatro de agosto frente a Brasil, una actuación que lo colocaría entre los mejores futbolistas del orbe.
En el momento más complicado del encuentro en el que la ?verde-amarelha? amenazaba con conseguir el empate a tres, Blanco coronó su gran actuación en el torneo y terminó por convertirse en un ídolo al concretar el cuarto tanto en una excelente jugada individual digna de un ?crack?, que le dio a México un inolvidable triunfo que vivirá por siempre en la memoria de quienes presenciaron aquel encuentro.