Cuesta abajo y de rodada; los priistas están decididos a continuar sumidos en el autoflagelo: dos horas después de que el Partido Revolucionario Institucional revocara los derechos políticos de Elba Esther Gordillo, por la confrontación sostenida al aire, en vivo y en directo con el candidato Roberto Madrazo, éste convocó a la lealtad “total, no de pequeñas dosis”, justo en el momento en que recibía la constancia de reconocimiento que lo refrenda como abanderado presidencial en los comicios de 2006.
Mientras que a Elba Esther se le da un plazo de quince días para que presente su defensa e impida una expulsión (tarea que se antoja imposible, ante una decisión ya tomada), Madrazo señala que “estamos en el PRI quienes nos identificamos con su herencia y con su proyecto de nación, estamos en el PRI quienes hemos demostrado no de ahora, sino desde hace muchos años, lealtad, convicción, constancia y disciplina”. Y para rematar el cuadro, el líder del partido, Mariano Palacios Alcocer, defendió la decisión de suspender los derechos políticos a la maestra Gordillo, pues ese instituto “no es un club social o de amigos sino un partido con reglas que se cumplen”.
Bueno, hasta el presidente ya se subió al ring: Vicente Fox afirmó que como dirigente del PRI, Roberto Madrazo jugó rudo y violó acuerdos; “la verdad es que la Oposición me jugó rudo y difícil durante los cinco años que han transcurrido. Busqué el acuerdo una y otra vez, lo logré muchas veces en lo privado, en lo particular, y sin embargo nunca se sostuvo el cumplimiento de los acuerdos alcanzados”. En un escenario polarizado, no faltará quién entienda en las palabras de Fox una defensa a destiempo -y por lo que se refiere a la vida interna del tricolor, inútil- de la maestra.
La pinza se cierra y el futuro de Elba Esther en el PRI es nulo. Sin embargo, el golpe está dado y es el propio partido, y no la maestra o el candidato en lo particular, el que habrá de pagar las consecuencias de la exhibición pública de los vicios y deficiencias de un organismo político que se fractura justo en el momento en que pretendía llegar unido a la contienda presidencial.
