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El turismo y la Ley/Jaque Mate

Sergio Sarmiento

“Todos pedimos que se aplique la Ley, y

todos tratamos de eludir su cumplimiento”.

Émile Alain

Tenemos como país un gran potencial turístico. Pero a veces parece que nuestros políticos hacen todo lo posible por volver más compleja e ineficiente la manera en que hacemos las cosas. Con razón no podemos alcanzar a desarrollar nuestro potencial.

Algunos ejemplos muy concretos. El Senado aprobó esta semana una iniciativa que exenta del Impuesto al Valor Agregado (IVA), a los productos que compren los turistas. La medida, pese a lo que dicen los legisladores, no promoverá una mayor afluencia de turistas a nuestro país. Éstos no vienen a México de compras: aun sin el IVA, somos un país muy caro. La medida, en cambio, sí disminuirá la recaudación, promoverá la corrupción y volverá todavía más complejo nuestro sistema fiscal.

Esta decisión se está registrando en un momento en que el Gobierno necesita urgentemente fondos para la reconstrucción de la infraestructura turística de Quintana Roo. Disminuir la recaudación a la ligera, sin generar un beneficio para el país, parece un absurdo. Imagine usted si ese dinero, en vez de devolverlo a unos cuantos turistas en pequeños montos con un costo administrativo enorme, lo hubiéramos utilizado para reconstruir los muelles de cruceros de Cozumel.

La devolución de IVA a los turistas no generará un mayor flujo de visitantes. En cambio la afluencia sí habría aumentado de manera significativa si se hubiera permitido la construcción de una base de cruceros, un home port, en Xcaret. El dinero para la inversión ya estaba disponible y se contaba con las autorizaciones ecológicas necesarias. Pero una alianza entre hoteleros temerosos de una supuesta competencia y autoridades voraces logró la cancelación del proyecto. Éste se ha mudado a Belice, que recibirá los beneficios correspondientes.

La misma situación vemos en el intento, que se renueva todos los años, de cobrar un impuesto especial de diez dólares por cada pasajero de crucero que atraque en un puerto mexicano. En un mercado crecientemente competitivo, esto significa que México perdería numerosos arribos. El simple hecho de que constantemente se amenace a la industria de los cruceros con establecer este impuesto especial afecta los planes de las navieras. Para el año que viene se planea menos llegadas a nuestro país simplemente por la incertidumbre sobre los costos que habrá que cubrir en puertos mexicanos. Por eso los destinos de Centroamérica, como Belice y Costa Rica, están creciendo.

Los grupos de hoteleros y los políticos que se han coaligado para rechazar a los cruceros afirman que nuestro país sale perdiendo con la llegada de estas naves a nuestro país. Pero ¿por qué no le preguntan a la población de Cozumel, cuyos muelles de cruceros fueron destruidos por el huracán Wilma? La gran prioridad de reconstrucción de la isla no son los hoteles sino esos muelles. Evidentemente los habitantes de Cozumel, que es el puerto de cruceros más importante de nuestro país y quizá del mundo, no piensan que esta industria sea contraproducente.

Nuestros políticos han rechazado una y otra vez, por otra parte, las propuestas para que se establezcan casinos en nuestro país. Con una actitud moralista, según la cual hay que impedir que los individuos ejerzan con libertad una actividad que alguien considera objetable o pecaminosa, lo único que han logrado los grupos que se oponen a los casinos es desviar a otros países una parte del turismo que pudiera venir a México. Han logrado también disminuir el gasto en México de los turistas nacionales y extranjeros. Esta resistencia a que se legalicen los casinos no ha hecho, por supuesto, que los mexicanos dejen de jugar. Simplemente ha hecho que el juego se lleve a cabo de maneras menos beneficiosas para la sociedad, como sería en casinos legales, debidamente reglamentados y que paguen impuestos razonables.

Si queremos realmente promover el potencial turístico de nuestro país, necesitamos cambiar de filosofía. En lugar de seguir añadiendo tratos especiales a nuestro sistema fiscal, como la devolución del IVA a turistas, o de discriminar a ciertos inversionistas, como los que pretendían construir el home port o los que quieren establecer casinos, debemos construir un sistema más sencillo en el que todos sean iguales ante la Ley. Pero nuestros políticos insisten en construir un sistema ineficiente de tratos preferenciales. Y mientras esta filosofía se mantenga, ni el turismo ni la economía de nuestro país alcanzarán su verdadero potencial.

PRECIO DEL PETRÓLEO

Los diputados han vuelto a subir el precio estimado del petróleo para el año que viene: ahora de 35 a 36.50 dólares. La mezcla mexicana está actualmente en 45 dólares. Pero no olvidemos que en enero de este año se encontraba en 27 dólares.

Correo electrónico:

sergiosarmiento@todito.com

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