La mano negra del chanchullo por parte del autoritarismo fue la tasa rasante en el proceso del pasado 25 de septiembre de los comicios para elegir, gobernador, presidentes municipales y diputados en Coahuila.
Y más allá de que los Institutos encargados de efectuar estas elecciones digan que no hay novedad en el frente y que la calma campeó en todas las casillas y en los municipios en general, la verdadera situación fue otra, desde el padrón rasurado en algunos sectores hasta el reparto de dinero de los operadores políticos y la compra de voluntades y desde luego ofertando votos a un pueblo ignorante que se debate entre la miseria y el terror de la amenaza.
Mal se vio el Gobierno en algunos municipios de Coahuila donde él mismo fue el operador y juez en estos comicios, el caso de Sabinas, Torreón, San Juan de Sabinas (Nueva Rosita), Matamoros y Francisco I. Madero entre otros.
Después del mal papel que como gobernador hizo Enrique Martínez y Martínez en el estado en su periodo, con un endeudamiento tremendo y nada de obra, con un rezago pavoroso en servicios y con una imposición en su substituto con lo fraudulento que fue en Saltillo, ésta fue sin duda la lectura y diagnóstico de su Gobierno.
Y con Moreira aparte de ser una tapadera para el que sale, éste será un Gobierno del que Dios salve la patria.
El objetivo se logró, “Misión cumplida”, dirá Sigfrido Macías, jefe del PRI y como están las cosas de la mapachería en el estado, -una elección limpia y sensata, sin insidias ni calumnias- será la nota oficial y los diferentes sindicatos corporativistas estarán presentes para el reparto de utilidades.
La maquinaria institucional bien engrasada se dejó sentir en muchos municipios, el caso de Matamoros donde el dinero corrió a raudales a favor de Moreira y de su compadre Raúl Onofre que a cajón y contra viento y marea y, por añadidura aprovechando la ignorancia que junto a la necesidad de la gente, más cincuenta pesos, se dio la compra-venta del voto.
De nada valdrán las impugnaciones ni protestas, el garrotazo viene de arriba y el IFE, Trife y el mismo IEPCC con Homero Ramos Gloria al frente y desde luego al servicio del gobe. De los otros tentáculos o recuas ni qué decir y desde luego con los recursos de parte del poder hegemónico, lana del pueblo de donde cómodamente comen los hijos tutelares del mismo sistema que Enrique Martínez y Martínez impuso y ya desde este momento vasallos del próximo primer actor político del estado: Humberto Moreira Valdés.
De nada valdrán los videos, las fotos, las pruebas testimoniales de testigos que defendían sus casillas de los partidos minoritarios o del mismo PAN, luchar contra esos tentáculos es como ponerle lavativas a un muerto.
Los voceros y jilgueros del sistema pregonarán que son las elecciones más concurridas de los últimos años, que fueron las más limpias en su proceso y que la democracia ganó, sin embargo, en algunas partes eso sí se puede decir, el caso de Torreón donde de nada valieron los más de cincuenta millones de pesos que el PRI metió a bayoneta calada para sacar su proyecto fue un fracaso del partido (PRI) ¿quién revisará esa lana que se gastó?, ¿el IEPCC o el Instituto de Transparencia?
Aclarando que pronto muchos líderes de las colonias cambiarán de modelo en sus vehículos porque no repartieron el dinero destinado a comprar votos y nadie protestará, ya que los dos Institutos antes mencionados desgraciadamente son parte del convoy institucional al mando de Enrique Martínez y Martínez y pronto se subirán al tren de las vanidades de Humberto Moreira Valdés.
El maquillaje que los órganos encargados de llevar a cabo un proceso limpio no fue capaz de tapar tantas tropelías y sin embargo, en nombre de la democracia armó un tinglado con malos actores, pésimo guión y triste final para el pueblo, pero feliz reencuentro para los de arriba.
La elección en Coahuila fue sin duda una pelea dispareja, donde la institucionalidad conformó todas las fuerzas políticas a su alcance, sin siquiera plantear o poner sobre la mesa acuerdos de reformas republicanas y no acuerdos cupulares institucionales dentro de un régimen autoritario con operaciones llevadas a cabo por un Gobierno incapaz de escuchar al pueblo y hacer un diagnóstico responsable de sus actos.
En San Pedro de las Colonias, la vieja guardia el presidente municipal Emilio Bichara Marcos Wong, del PRD con la espada desenvainada va contra todo lo que huela a PRI en su municipio, actos cobardes que sólo enseña que el poder no está reñido con los colores.
En Matamoros se despilfarran 300 mil pesillos del DIF, más según cálculos cinco millones como aportación del aún presidente municipal Felipe Medina Cervantes para liquidar al PAN, a la UDC, PT y al PRD; cosa que en los dos municipios (Matamoros y San Pedro) cumplieron su cometido, de estos actos de terrorismo electoral tienen conocimiento Homero Ramos Gloria, presidente del IEPCC, Abraham Cepeda Izaguirre, secretario de Gobierno de Coahuila, Humberto Moreira Valdés gobernador electo y desde luego el gobernador Enrique Martínez y Martínez.
¿Por qué? por la simple razón causa o motivo que en Coahuila estas elecciones no fueron del pueblo, fueron unas elecciones de Estado, en casi todos los municipios.
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