El secretario de Seguridad Interna dijo que el departamento no tiene ninguna indicación respecto de que se planeen ataques de este tipo en Estados Unidos.
WASHINGTON, (Reuters).- El gobierno de Estados Unidos elevó el nivel de amenaza terrorista en los sistemas de trenes y de transporte masivo luego de las explosiones que estremecieron a Londres, pero dijo que no espera ataques similares en el país.
Funcionarios federales dijeron que rápidamente se pusieron en contacto con autoridades locales después de la serie de explosiones que mató a al menos 37 personas en Londres e hirió a más de 700.
El primer ministro británico, Tony Blair, dijo que lo ocurrido parece un ataque terrorista que coincide con la cumbre del Grupo de los Ocho en Escocia.
El presidente de Estados Unidos, George W. Bush, estaba en Escocia para la reunión del G8 y dijo que dio instrucciones a los funcionarios de seguridad de su país para que estuvieran más alerta que nunca mientras los estadounidenses se dirigían a sus lugares de trabajo.
El vicepresidente Dick Cheney estaba en su rancho en Wyoming e iba a volver a Washington.
"La guerra contra el terrorismo continúa", dijo Bush.
Pero las reacciones iniciales en Estados Unidos fueron silenciadas.
Después de emitir un comunicado de que los funcionarios estadounidenses no tenían indicios de un ataque similar en el país, el secretario del Departamento de Seguridad Interna, Michael Chertoff, anunció horas más tarde una escala en la alerta de terrorismo a nivel alto, o naranja, para los sistemas de ferrocarriles y subterráneos.
Mientras los mercados bajaron por los ataques, las operaciones en la capital siguieron sin interrupciones y sin que se tomaran medidas extraordinarias antes de que el nivel de alerta para los medios de transporte fuera elevado. El alerta no afectó a los aeropuertos.
Más temprano, Chertoff dijo que "el Departamento de Seguridad Interna no tiene ninguna indicación de inteligencia respecto de que se planeen ataques de este tipo en Estados Unidos".
Amtrak, ferrocarril nacional de pasajeros, dijo que elevó el nivel de seguridad "estrictamente como precaución".
La policía de Washington señaló que la seguridad fue incrementada alrededor de algunos edificios clave y un portavoz afirmó que un Centro Comando de Operaciones Conjuntas, que solamente entra en acción en manifestaciones, desfiles o situaciones de emergencia a gran escala, se activó de manera inmediata.
Un portavoz del zar de la inteligencia estadounidense John Negroponte dijo que "todos los recursos apropiados de inteligencias están enfocados en ayudar a los británicos, como fue solicitado, para determinar a los responsables de estos ataques".
MAYOR REACCION
La reacción en Estados Unidos fue un paso más allá que la ocurrida después de los ataques del 11 de marzo del 2004, en la que bombas ubicadas en trenes en España mataron a alrededor de 200 personas.
Esos ataques no llevaron a elevar el nivel de alerta, aunque los sistemas de transporte en todo el país fueron informados para que se colocaran en alerta máxima.
Los funcionarios de Estados Unidos también dijeron que después de los ataques en Madrid no hubo indicadores de que "grupos terroristas" estuvieran considerando acciones de ese tipo en Estados Unidos.
El nivel de alerta terrorista fue elevado por última vez el pasado agosto a color naranja en el sector financiero de Nueva York, en la región norte del estado de Nueva Jersey y en Washington D.C., después de que el servicio de inteligencia dijo que la red Al Qaeda podría lanzar ataques contra blancos específicos.
El 10 de noviembre de 2004 fue reducido a amarillo.
En Washington, por la mañana, la Autoridad de Tránsito del Area Metropolitana dijo que elevó la presencia policial por los ataques y que le pidió a la gente "que por favor esté alerta y reporte cualquier actividad inusual o paquetes sospechosos".
Perros rastreadores de bombas y personal de seguridad estaban en algunas plataformas del metro, mientras que se veían móviles de la policía fuera de las estaciones.
La policía también está registrando los autobuses.
Las autoridades de Nueva York, donde dos aviones secuestrados mataron alrededor de tres mil personas el 11 de septiembre del 2001, dijeron que no se informaron incidentes inusuales.
En Chicago, el alcalde Richard Daley informó que "aumentó la seguridad en la ciudad, especialmente en el centro y en el sistema de transporte masivo".
El alcalde de Los Angeles Antonio Villaraigosa declaró que "los pasos que estamos tomando son los equivalentes a una alerta naranja para nuestro sistema de transporte".
"No puedo dejar de remarcar la necesidad de que todos nosotros nos mantengamos alerta pero conscientes", dijo.
El sistema de aviación doméstico operó normalmente sin demoras por cuestiones de seguridad. No se reportaron incidentes en los grandes aeropuertos.