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MÉXICO, DF.- La nostalgia es un sentimiento abusivo, dice el escritor cubano Eliseo Alberto. "Confieso que lucho contra eso, aunque nadie me lo crea", añade el narrador cuyas crónicas, artículos, columnas y ensayos están aderezados dulce y dolorosamente por los años vividos en la isla.
Muchos cubanos, cuenta, llevan diez o 15 años viviendo en México, pero cuando uno los visita, el café lo sirven en una lata de leche condensada, y no necesariamente por dificultades económicas, sino porque no tienen vasos ni sala o comedor. "Viven así, porque si mañana vuelven a Cuba no tendrán nada que cargar".
Autor de Informe Contra Mí Mismo, Eliseo Alberto conoce la mordedura de la nostalgia y el dolor del exilio, pero dice que poco a poco se va curando. "Tengo la prueba de que la voy venciendo: cada día pienso menos en Cuba. Y eso no está mal. Me sorprendo ocupándome de otros temas, como la avenida Insurgentes o la contienda política en México".
Y si estas declaraciones no bastan, su nuevo libro: Dos Cubalibres, hace evidente que al lado de la nostalgia y el amor por Cuba, ya habita un nuevo terreno amoroso: México, donde vive desde hace más de una década.
Por lo demás, aclara, era necesario ampliar el espectro. "Los cubanos siempre somos muy aburridos. Siempre escribimos de Cuba y de Fidel, la misma basura de siempre".
Publicado el año pasado en España por Ediciones Península, Dos Cubalibres acaba de ser editado por Océano México, y en él reúne algunos de esos ensayos, crónicas y retratos de personajes cubanos y mexicanos, que fueron escritos entre 1993 y 2003.
Un recuento de los olores y sabores cubanos, pero también un álbum que incluye a autores como José Lezama Lima, Reinaldo Arenas, Jesús Díaz, Alejo Carpentier, Heberto Padilla, Rafael Rojas, Celia Cruz y Rosario Suárez, entre otros.
Licenciado en periodismo por la Universidad de La Habana, Eliseo Alberto trabajó en varias publicaciones, como El Caimán Barbudo, donde, dice, aprendió a contar y sobre todo a preguntar. En tanto, del cine, de su oficio como guionista, aprendió a visualizar las historias, a montarlas.