Empecinado, a contrapelo de la tregua ofrecida a la industria nacional, en abrir nuevos escenarios al libre comercio, ya en Corea del Sur, el Mercosur o el Área de Libre Comercio de las Américas, el gobierno está permitiendo un grave deterioro del punto de arranque: el tratado firmado con Estados Unidos y Canadá
unque cuantitativamente el saldo nos es abrumadoramente favorable, al alcanzar un superávit en la balanza comercial con ambas (dos) naciones de 53 mil 732 millones de dólares, cualitativamente la relación mercantil se ha deteriorado a niveles peligrosos. Si bien entre 1993 y 2004 nuestras exportaciones totales a la zona crecieron 284 por ciento, frente a 265 por ciento alcanzado con el resto de los países, hete aquí que el capítulo de exportaciones definitivas se redujo de 20.95 por ciento a 19.61 por ciento del total. Más aún, sin contar el petróleo éstas se abatieron de 12.68 por ciento a 10.53 por ciento.
No se necesita, pues, tener una maestría en matemáticas para concluir que el insumo extraído de los veneros del infierno representa 50.93 por ciento de las mercancías con carácter de exportaciones definitivas que le vendemos a Estados Unidos, con la novedad de que buena parte regresa al país con mayor valor agregado.
Como en el viejo pasado, pues, México vuelve a depender de la apuesta del crudo y sus derivados, cuyo monto facturado alcanza 18 mil 906 millones de dólares. El resto de exportaciones definitivas, 18 mil 210 millones de dólares, lo constituyen cerveza, tomates frescos, ganado bovino, chiles, plata, tequila, accesorios y partes para vehículos; camarones, pepino, frutas y hortalizas; acumuladores de plomo, cebollas, trajes sastres, cítricos, sandía y baldosas.
Lo dramático del caso es que de los 20 productos estelares con que abrió México la catarata al arranque del Tratado de Libre Comercio con América del Norte (TLCAN), sólo ocho permanecen en la lista, con la novedad de que de los 12 restantes siete disminuyeron en su monto, en tanto que cinco desaparecieron de la corriente comercial.
El resto de nuestra facturación la constituyen las exportaciones de maquila y Pitex (Programas de Importación Temporal para Exportación), que engloban computadoras, televisores, hilos y cables conductores, partes y accesorios para automotores, aparatos para radiotelegrafía y radiotelefonía, aparatos para el corte o seccionamiento de corriente, asientos, instrumentos y aparatos para energía y medicinas. Ahora que si analizamos en lo individual el intercambio con Canadá, el panorama es aún más desalentador. Aunque nuestras exportaciones se han incrementado 84 por ciento en los 11 años de vigencia del acuerdo mercantil, para alcanzar un saldo de dos mil 796 millones de dólares, las importaciones provenientes del país de la hoja de arce lo han hecho en 359 por ciento.
Si en 1994 la factura era de sólo mil 163 millones de dólares, ahora llega a cinco mil 537, lo que provocó el año pasado un saldo deficitario en la balanza comercial de dos mil 541 millones de dólares.
Peor aún, se da el caso de que las exportaciones definitivas a la nación del extremo norte apenas representan 0.42 por ciento de las exportaciones totales del país, de las cuales el petróleo constituye la mercancía estelar. En la lista se ubican tubos utilizados para la perforación petrolera, fregaderos, partes para motor, mangos y guayabas; alfombras, neumáticos, aguacates, tejidos de lana, fedelpatos, artículos de grifería, tapón corona, aceites de petróleo excepto crudo, refrigeradores, sulfato de calcio, partes para motor?
Se diría, pues, que México se lanzó a una conquista alocada de escenarios de libre comercio en el planeta, al firmar 12 tratados que alcanzan a 43 países, sin cimentar el punto de arranque.
Mientras las firmas de capital estadounidense como General Motors, Ford, Chrysler e IBM, o maquiladoras como Dolphi, Deinosa, SCI Systems, Kemet, Pavesa, Rockwell, Motorola y Deltronics y digo por mencionar algunas, plantearon una estrategia para aprovechar al infinito las ventajas del acuerdo mercantil, el Gobierno se dejó llevar por la inercia.
Digamos que tras la negociación no se trazó un proyecto que permitiera aprovechar las ventajas de tener un acceso preferencial al mercado más grande del mundo. Hasta hoy no se ha capitalizado la presencia de empresas transnacionales en nuestro país, incorporando mayor cantidad de insumos a la cadena exportadora. Del otro lado de la moneda, la importación de insumos se ha multiplicado al infinito, con la novedad, además, de que el país no ha sido capaz de producir los bienes de consumo final que se compran del exterior.
Y si le seguimos, la generación de valor agregado en el área es cada día menor, teniendo en cuenta que Estados Unidos provee a la cadena productora nacional una creciente proporción de insumos procedentes de sus plantas en Asia.
Hace poco señalaba la Comisión de la Unión Europea que parecía que la consigna entre los funcionarios mexicanos era ?negociar y olvidar?, es decir, soslayar la exigencia de programas de apoyo para los acuerdos. Candil de la calle?
Balance general
Negociada con la Cámara de Diputados la posibilidad de integrar al presupuesto de gasto del año próximo los 89 mil millones de pesos que se quedaron congelados al plantear el presidente Vicente Fox una controversia constitucional en inconformidad con la distribución de las partidas a ejercerse este año, a cambio de respetarse el ligero superávit ingresos-egresos propuesto, el Ejecutivo cumplió finalmente una de sus promesas de campaña.
La lista de pendientes, empero, sigue siendo larguísima al inicio del último año de gobierno.
¿Se acuerda de la promesa de un crecimiento económico anual de siete por ciento ¿De alcanzar una tasa de inflación entre dos por ciento y tres por ciento? ¿De transformar las empresas públicas del ramo energético a empresas de Estado, lo que les permitiría aprovechar esquemas de mercado?
¿Se acuerda de la promesa de apoyar a la industria local para permitir la generación de 1.5 millones de empleos, con una tasa de inversión de entre 24 por ciento y 31 por ciento?
¿De incorporar al Sistema de Ahorro para el Retiro a 25 millones de mexicanos? ¿De incrementar el ahorro disponible en el país a 30 por ciento del Producto Interno Bruto? ¿De elevar los niveles de ahorro dentro del sector público de dos por ciento a tres por ciento del PIB para alcanzar un equilibrio operacional al cuarto año de
gobierno? ¿De expandir el gasto en educación para llegar a un margen entre cinco por ciento y seis por ciento del Producto Interno Bruto, con lo que se permitiría la creación del Instituto de Educación Permanente?
Y conste que sólo hablamos del capítulo económico.
El primer paso del presidente del Grupo Posadas, Gastón Azcárraga, como ganador de la licitación por el segmento más peleado de Cintra, que incluía a Mexicana de Aviación y Click, una exitosa línea aérea de bajo costo, es buscar una firma que se encargue de la operación de las empresas. La discusión, hasta anoche, era si se le daría o no participación en el capital de éstas.
Por lo pronto, la semana entrante se firmará el contrato de compra, previéndose para una semana después la entrega de las compañías.
Nieto de Gastón Azcárraga
Vidaurrieta, hermano del fundador del imperio Televisa e hijo de Gastón Azcárraga Tamayo, el fundador del emporio hotelero, el nuevo dueño de Mexicana de Aviación, administra 50 hoteles con un global de 17 mil habitaciones.
albertobach@yahoo.com.mx
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