Colocado como la nota discordante entre el Ejecutivo y el Legislativo, con la amenaza de derivar en una nueva controversia constitucional, el presupuesto de 2006 aprobado para el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) se ha convertido en galimatías
De acuerdo con la información periodística, la Cámara de Diputados le concedió en el último minuto al organismo tripartita una partida extraordinaria de 26 mil millones de pesos.
De acuerdo con éste, en realidad no se trata de recursos adicionales, sino de la liberación de 26 mil millones de pesos frente a la exigencia de crear reservas por 35 mil 447 mil millones, es decir el monto de éstas se redujo a sólo nueve mil 447 millones, más o menos el promedio de los últimos cuatro años.
De acuerdo con la Presidencia de la República, empero, se mantiene firme la obligación de constituir reservas por el monto estipulado por la Secretaría de Hacienda, lo que implica que los 26 mil millones de pesos sí son adicionales, con la novedad de que no empatan con el total de recursos previsto en la Ley de Ingresos, es decir los diputados se los sacaron de la manga.
Una de dos, pues, o se reasignan partidas para llenar el rompecabezas, vía una colosal fe de erratas, o se prevé la fórmula para obtener recursos extraordinarios, lo que jurídicamente parece misión imposible, dada la injerencia del Senado de la República en la aprobación del Presupuesto de Ingresos.
La madeja se enreda más, ante la obstinación de la Presidencia en que se mantenga intacto el estrecho superávit previsto entre ingresos y egresos, que le permite al Ejecutivo presumir de haber cumplido su promesa de campaña de llegar a ese escenario al sexto año de gobierno. De hecho, para colgarse la medalla el gobierno permitió que se reasignaran los 81 mil millones de pesos que quedaron pendientes de gasto para este año, al no alcanzar la Cámara de Diputados la mayoría exigida por la Suprema Corte para ratificar el prorrateo de los recursos.
Por lo pronto, a la vista de la pifia, la propuesta a la Secretaría de Gobernación del coordinador de la bancada priísta en la Cámara Baja, Emilio Chuayffet, es no hacer más olas en insistir en el respeto a la decisión… a cambio de que el Ejecutivo no cumpla su amenaza de promover otra controversia constitucional.
Dicho más fácil, lanzarle tierra al asunto hasta que se olvide, por más que estará latente todos los días ante inevitables deficiencias en la operación del Seguro Social.
De acuerdo con el cálculo de éste, la colosal merma en su posibilidad de gasto gravitaría en la imposibilidad de adquirir equipos adicionales médicos o de cualquier otro tipo; lo obligaría a suspender su programa de inversión aprobado y en curso de ejecución, dejando inconclusas al menos 136 obras en construcción, entre ellas 17 hospitales, 40 unidades de atención médica ambulatoria, y 36 de medicina familiar. Más aún, no podría pagar comisiones bancarias durante nueve meses del año, con lo cual el sistema de ingresos y de pagos se paralizaría, al tener que llevarse a cabo en efectivo, sin utilizar la red bancaria nacional.
Y si le seguimos, no podrá dar ningún tipo de mantenimiento a sus instalaciones y equipos, con el consiguiente riesgo de que muchos hospitales y clínicas no puedan operar.
De hecho, el recorte de gasto real al Instituto implica 15.8 por ciento de su presupuesto total, en un escenario en que la población inscrita crece más de dos por ciento anual. Para darle una idea del tamaño del golpe, basta decir que los 35 mil 447 millones exigidos para guardarse como reservas equivalen al gasto total del Instituto para medicamentos, guarderías e inversión física. Estamos hablando de 27.2 por ciento de los ingresos previstos para 2006 en materia de cuotas obrero-patronales.
La paradoja del caso es que el presupuesto aprobado por el Consejo Técnico del organismo tripartita planteaba para este año una creación de reservas de sólo mil 439 millones de pesos… frente a los nueve mil 460.2 acumulados en promedio durante los últimos cuatro años, cuyo monto representó 8.8 por ciento de sus ingresos por cuotas.
Desde otro ángulo, considerando que el gasto de operación neta de nóminas del Instituto para este año será de 49 mil 24 millones de pesos, los 26 mil 41 millones que se prevé etiquetar estrictamente para incrementar las reservas del fondo de jubilaciones y pensiones, equivalen a una reducción de 53 por ciento.
De acuerdo con lo previsto por el Consejo Técnico, el Instituto Mexicano del Seguro Social dispondrá en 2006 de un techo de gasto de 243 mil millones de pesos, que con la exigencia de Hacienda se reducen a 209 mil 820 millones.
Lo cierto es que en 2001, cuando el Congreso aprobó dotar de autonomía financiera al Seguro Social, es decir la posibilidad de disponer libremente de sus ingresos, se planteó una salvedad: la creación de reservas, cuyo monto lo fijaría la Secretaría de Hacienda.
El callejón, pues, estaba previsto… aunque no tan estrecho.
Balance general
La sorpresiva decisión unilateral del Sindicato de Trabajadores Azucareros de prolongar 20 días, es decir del 15 de noviembre al cinco de diciembre, su emplazamiento a huelga en la industria por la revisión del contrato-Ley, se explica como estrategia para colocar a los patrones en una guerra de nervios.
Iniciada la zafra en octubre, lapso en que la caña alcanza su máximo grosor, aplazar la molienda por una eventual huelga mermaría gravemente la producción al secarse el producto, o si lo prefiere al autoconsumirse.
La contraparte, pues, está de espaldas al callejón. Lo curioso del caso es que el tema salarial está superado, al aceptarse un incremento de cinco por ciento… la mitad de lo planteado en el pliego petitorio. Lo que atora el final feliz es la exigencia sindical de incrementar las aportaciones patronales para el fondo de retiro, ante el riesgo de un eventual colapso dado el incremento en la esperanza de vida, es decir la vigencia de la jubilación.
Sería vergüenza ante el domingo siete con que culminó la recta final de la licitación, el caso es que Cintra envío la información sobre las posturas recibidas más allá de las diez de la noche del lunes.
La manipulación, empero, no culminó ahí, dado que se cacareó la recepción de cuatro posturas, dos para el paquete encabezado por Aeroméxico y dos para el de Mexicana… por más que sólo había dos interesados en la puja. Como usted sabe, ninguno de los presuntos compradores puede adquirir ambos paquetes.
¿Le parece a usted serio que a sabiendas de ello se hayan lanzado al viento las posturas a ver cuál pega? ¿No era mejor concentrarse en el paquete más adecuado a las necesidades del grupo hotelero Posadas de Gastón Azcárraga Andrade o del grupo Xtra de Isaac Saba Rafful, conocido como El señor de los dineros.
Lo cierto es que la Secretaría de Hacienda desoyó las voces que aconsejaban liquidar los contratos colectivos de las aerolíneas para evitar justo lo que ocurrió: la desbandada de postores ante la imposibilidad de derogar cláusulas que les parecen “excesivamente onerosas”, empezando por el régimen de jubilaciones y pensiones.
Por lo pronto, las señales apuntan a que se declarará desierta la subasta, al no haberse acercado ninguno de los postores ni de lejos al precio-base previsto.
¿Qué ponderación tendrá en la Bolsa el contexto del proceso electoral de 2006?, le preguntó el grupo financiero Ixe a su clientela, 60.8 por ciento de la cual consideró que la influencia será moderada; 27.14 por ciento la ubica como alta, y 11.54 por ciento como baja.
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