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Empresa| Siempre sí

Alberto Barranco

Rechazada hace tres años la posibilidad por la Comisión Federal de Competencia (CFC), al calificarla como “concentración indebida” dados sus efectos monopólicos, los signos indican que ahora sí habrá luz verde para la fusión de las empresas ferroviarias de carga Ferrosur y Ferromex

Estamos hablando de dos de los tres troncales en que se dividió a su privatización a los ex Ferrocarriles Nacionales de México. El primero adquirido por la empresa constructora Tribasa de David Peñaloza Sandoval, y el segundo por el Grupo México de Germán Larrea.

Ferrosur, finalmente, dadas las graves dificultades financieras de su propietario, se le vendió al imperio de Carlos Slim Helú, quien anunció desde entonces su intención de venderlo a su vez en cuanto hubiera coyuntura.

Abierta ésta en 2002, la operación la frustró una tenaz resistencia de Transportación Ferroviaria Mexicana, la firma propietaria del troncal Noreste, cuyo presidente, José Serrano Segovia, presentó una querella ante la instancia en lucha contra los monopolios.

El caso es que vendido éste a la firma estadounidense Kansas City Southern, la apuesta de Slim y Larrea es que la oposición se desvaneció, dada la condición de gigante adquirida por el troncal. Si hace tres años éste conectaba a la capital del país con Nuevo Laredo y puntos anexos, ahora cruza toda la Unión Americana.

Más aún, se aduce que la competencia incrementará su escenario el año próximo, al reanudarse la ruta que cruza el Istmo de Tehuantepec, de Coatzacoalcos, Veracruz, a Salina Cruz, Oaxaca, al ponerse en operación el proyecto estelar del gobierno foxista, es decir, un canal seco que permita una vía transoceánica en competencia con el Canal de Panamá.

Y si le seguimos, se habla de que el transporte ferroviario cobrará una dimensión inaudita al ponerse en escena el Área de Libre Comercio de las Américas (ALCA) que promueve la Casa Blanca, según ello con la aprobación ya de 29 de los 35 países del hemisferio.

El caso es que, juntas, Ferromex y Ferrosur controlarán 51.6 por ciento del transporte ferroviario de carga en la República... frente a 37.6 por ciento de Transportación Ferroviaria Mexicana. El gigante, en el terreno de los hechos, alcanzará cuatro puntos fronterizos en el norte: Mexicali, Nogales, Ciudad Juárez y Piedras Negras, frente a dos de su competidor: Nuevo Laredo y Matamoros. Más allá, conectará cuatro puertos en el océano Pacífico: Guaymas, Mazatlán, Manzanillo y Salina Cruz, frente a uno sólo de TFM, en tanto hacia el golfo de México habrá cuatro contra tres (Tampico, teniendo opción en éste de cobrar derechos de paso; Veracruz y Coatzacoalcos, manteniéndose del otro lado a Tampico, Veracruz y Altamira, éste también con derechos de paso).

Desde otro ángulo, la concentración entre Ferromex y Ferrosur permitirá concitar a cinco ciudades importantes del país: la capital, Guadalajara, Querétaro, Saltillo y Monterrey, teniendo posibilidad de cobrar derechos de paso en las tres últimas; en tanto TFM, o si lo prefiere Kansas City Southern, alcanza a las mismas, a excepción de Saltillo, por más que en su lugar se ubica a San Luis Potosí.

¿Se acuerda usted de las interminables quejas de TFM sobre lo que ubicaba como tarifas inalcanzables para ceder el paso a los tramos Querétaro-Saltillo y Saltillo-Guadalajara?. Ahora que de acuerdo al título de concesión por 50 años otorgado a las empresas privatizadoras, ninguna de ellas podría adquirir más de cinco por ciento de otro troncal similar. ¿Ya no vale la clausulita?

Por lo pronto, aunque se habla que Carlos Slim recibirá tres mil 600 millones de pesos por Ferrosur, en realidad la transacción se cubrirá en especie. Estamos hablando de un paquete de acciones de la compradora, cuya razón social es Infraestructura y Transportes de México.

Dicho con todas las letras, Ferrosur entregará 67 por ciento del capital que mantiene el Grupo Condumex y el 33.3 por ciento en poder de la Sociedad de Inversión de Capitales Inbursa, a cambio de 16.75 por ciento de la firma fusionante.

La intención, hasta donde sabemos, es que la resultante de la concentración cotizará en la Bolsa Mexicana de Valores. Siempre sí... total, ya no hay quien dé la pelea contra el nuevo monstruo.

Balance general

Pues ahora resulta que el Seguro Social no es la única instancia damnificada con la aprobación del Presupuesto de Egresos para el año próximo, digo, de no aceptarse la reducción de 26 mil millones de pesos en el monto de reservas que se le obliga a fincar. En la lista, sin derecho de pataleo, están también Petróleos Mexicanos, la Comisión Federal de Electricidad y la Compañía de Luz y Fuerza del Centro.

A la primera se le recortaron 70 mil millones de pesos entre gasto corriente y de inversión, lo que la obliga a acelerar la posibilidad de un recorte de personal, cuya guillotina alcanzaría a 30 mil plazas, además de la suspensión de una docena de proyectos de infraestructura.

Para las otras dos la merma alcanza 30 mil millones de pesos, con el consiguiente efecto dominó en sus proyectos de inversión física.

Lo dramático del asunto es que de no plantear observaciones al Congreso, hoy se vence el plazo para que el presidente Vicente Fox promulgue la Ley de Ingresos para el año próximo, con lo que la única posibilidad de permitir un respiro a las entidades públicas en capilla es redistribuir partidas bajo la fórmula simple de una fe de erratas.

Por lo pronto, la Secretaría de Hacienda anuló de facto el beneficio para Pemex de la reforma fiscal aprobada por el Congreso, al obligarlo a utilizar los 23 mil millones que se ahorraría de impuestos para pagar deudas... ante el amago de que su escenario de quiebra técnica obligue a las calificadoras de deuda a reducirle su calidad crediticia.

Aunque es plausible el fin del monopolio que mantenía Mexicana de Lubricantes con la exclusividad otorgada por Petróleos Mexicanos para vender sus aceites y lubricantes MexLub y Akron en su red de gasolinerías, estamos hablando de apenas uno de los mil privilegios otorgados por la paraestatal a la firma de Salvador Martínez Garza.

Peor aún, la paraestatal se ha estrellado una y otra vez en su pretensión de hacer válidos, a su vez, los puntos del contrato que le favorecen. Cinco años después, por ejemplo, Petróleos Mexicanos (Pemex) Refinación no ha logrado hacer válida una cláusula que le devolvería el control de la firma.

Hete aquí que según lo pactado, Martínez Garza perdería sus derechos de mayoría al registrar Mexicana de Lubricantes dos años consecutivos de pérdidas; con la novedad que desde el año 2002 mantiene bajo siete llaves sus estados financieros.

El caso es que en 1993, en su primer año de operación, la firma perdió 322 millones de pesos, que se revirtieron en ganancias en los dos años subsecuentes… para registrar otra vez números rojos en 1996, en esta caso por 167 millones.

Ahora que en los tres años siguientes la compañía de capital mixto logró ridículas utilidades de 11, 8 y dos millones, respectivamente.

La noticia es que la Secretaría de la Función Pública inhabilitó por tres años nueve meses a la empresa alemana Siemens para participar en cualquier licitación en materia de contratos públicos.

La última vez que la firma había levantado la cabeza fue para pelear por el contrato para instalar y operar 14 plantas de generación eléctrica a que convocó la Compañía de Luz y Fuerza del Centro.

La posibilidad, como usted sabe, la ganó General Electric... con todo el escenario a su favor.

albertobach@yahoo.com.mx

barrancoalberto@prodigy.net.mx

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