Dislates
Centradas las baterías de la crítica en la posición del presidente Vicente Fox como peón de la Casa Blanca en la polémica pretensión de un Acuerdo de Libre Comercio para las Américas, lo cierto es que el dislate mayor de la accidentada gira se ubica en la pretensión de una refinería de capital mixto en Centroamérica
Candil de la calle, Petróleos Mexicanos invertiría sus raquíticos recursos en un experimento incierto, cuando la urgencia le reclama crear cuatro nuevas refinerías en el país, para atenuar la dramática dependencia del exterior en materia de gasolinas.
De la demanda nacional, 30 por ciento se llena con combustibles made in USA, cuya materia prima la surte el país.
Más aún, la paraestatal se integraría a naciones cuyo mercado potencial no alcanzaría para absorber las expectativas de producción, en un escenario en que se acumulan ya siete años sin concluir las obras de modernización y reconfiguración de la refinería de Minatitlán, Veracruz.
¿Y quién se acuerda ya de la iniciativa para construir en este sexenio una refinería en Salina Cruz, Oaxaca?
Y si le escarbamos otro poquito, ¿quién se acuerda de los proyectos para procesar una mayor proporción de crudos pesados, es decir el patito feo de las exportaciones de Petróleos Mexicanos (Pemex)?
¿Quién habla ya, ante el escenario de quiebra técnica en que se ubica la paraestatal, de las propuestas de reducir el contenido de azufre para los destilados ligeros? ¿Y los proyectos para aprovechar los residuos de vacío de las cuatro refinerías existentes?
¿Qué porcentaje de los dos mil 500 millones de dólares reclamados para construir una nueva refinería aportaría el país, en el entendido de que inevitablemente Petróleos Mexicanos tendría mayoría en el proyecto centroamericano, cuando sus pasivos se han incrementado en promedio 35 por ciento en la última década, al margen de la llamada deuda contingente que representan los Proyectos de Impacto Diferido en el Registro del Gasto (Pidiregas), por obras financiadas por particulares?
¿De dónde saldrán los recursos, cuando el patrimonio de la empresa pública frente a sus activos se ha reducido entre 1994 y 2003 de 58.7 por ciento a sólo 5.4 por ciento, o cuando sus pérdidas se volvieron recurrentes a partir de 1998, alcanzando en 2003 un monto de 41 mil 800 millones de pesos?
¿Se arriesgaría Pemex a destinar mil millones de dólares de los ocho mil en promedio que invierte anualmente desde 1999, en una aventura incierta, cuando sus plantas petroquímicas se convierten en chatarra ante la falta de presupuesto de mantenimiento?
Lo cierto es que a un lustro de que Petróleos Mexicanos firmara un absurdo finiquito con el consorcio de capital mayoritario coreano Compota, con que en el papel se concluían las obras de reconfiguración y modernización de la refinería de Cadereyta, Nuevo León, ésta trabaja apenas a 60 por ciento de su capacidad instalada.
Lo cierto, más allá, es que si entre 2001 y 2003, al operar de lleno bajo sus esquemas de reconfiguración y modernización las refinerías de Ciudad Madero, Tula y Salamanca, las importaciones de gasolina y diesel se abatieron de 350 a 200 mil barriles diarios, dos años después, paralizada la expansión de la capacidad, llegamos a un escenario similar. El caso es que, colocada al límite la capacidad de refinación a nivel mundial, los problemas de escasez y carestía de los productos refinados están a la vuelta de la esquina, al margen de los vaivenes en el precio internacional del petróleo.
Por lo pronto, de los 149 mil 500 millones de pesos que en el papel está ejerciendo este año la paraestatal como presupuesto de inversión, 84 por ciento, es decir 125 mil millones, corresponden a obras financiadas por el sector privado bajo el marco de los Pidiregas, lo que implica que sólo 24 mil 500 millones corresponden realmente a inversión presupuestaria, con la novedad que de ellos, 24 mil 200, se destinarán al pago de facturas generadas por los propios Pidiregas, es decir a la paraestatal le queda realmente un remanente de 299 millones de pesos.
¿Le apostamos a una refinería en Centroamérica?
Balance general
El plan B de la Secretaría de Hacienda, de frustrarse la posibilidad de venta de los dos paquetes en que se dividió Cintra, uno con eje en Aeroméxico y otro en Mexicana de Aviación, es plantear una nueva oferta? ahora con la totalidad de la mercancía.
El cálculo, por inaudito que parezca, es que Cintra pierda tal porcentaje de mercado al impulso de las líneas aéreas de bajo costo que vienen, que llegue a dominar sólo la mitad de éste, lo que allanaría el camino para un eventual visto bueno de la Comisión Federal de Competencia.
Por lo pronto, si las dos líneas aéreas hegemónicas detentaban en 1992 88 por ciento del mercado, en 2004 su participación se había reducido a 67 por ciento, pese a la debilidad de la competencia integrada sólo por Aviacsa, Líneas Aéreas Azteca y Aerocalifornia.
Lo cierto, frente a quienes dudan de que los operadores de televisión por cable le pudieron quitar una pluma al gallo de Teléfonos de México, al permitírseles ofrecer servicios de telefonía, es que cuando la mayoría de los países afiliados al Organismo para la Cooperación y Desarrollo Económico (OCDE) abrió el escenario, el resultado superó todas las expectativas.
El promedio del crecimiento de servicio de telefonía vía cable de televisión de paga, año con año ha sido de 20.5 por ciento, en tanto el número de suscriptores al servicio se incrementa 5.33 por ciento.
La primera gran pasarela de los candidatos a la Presidencia de la República se realizará el 24 de noviembre próximo, en el marco de la tradicional Reunión Nacional de Industriales a que convoca anualmente la Concamín. El tema a confrontar, lo adivinó usted, será su propuesta de política industrial.
La cita incluye no sólo a los abanderados de los tres partidos con mayor presencia, es decir Roberto Madrazo Pintado, Felipe Calderón Hinojosa y Andrés Manuel López Obrador, sino al del Verde Ecologista, Bernardo de la Garza.
Adicionalmente, habrá diálogos con gobernadores, senadores y diputados. A la inauguración del evento, a celebrarse el 24 y 25 en el hotel Sheraton Centro Histórico, acudirá el presidente Vicente Fox.
De acuerdo con la encuesta mensual con que configura Consultores Internacionales su Índice de Precios Metropolitano, la inflación de octubre pasado fue de sólo 0.15 por ciento, revirtiéndose la tendencia creciente de septiembre, con lo que el acumulado se sitúa en 2.06 por ciento.
Anualizada, es decir medida del pasado a igual mes de 2004, la tasa se ubica en 2.88 por ciento.
El registro de la firma encabezada por Julio A. Millán presenta un escenario de claroscuros. Mientras los rubros de la canasta Vivienda, Hogar y Salud presentan incrementos de 1.42 por ciento, 0.23 por ciento y 0.17 por ciento, del otro lado de la mesa los de Alimentos y Transporte y Comunicaciones tienen un saldo negativo de 0.11 por ciento y 0.06 por ciento, en tanto Educación y Esparcimiento apenas se movió 0.01 por ciento.
Más al detalle, creció 43.30 por ciento el precio del plátano tabasco; 20.46 por ciento el de las calabacitas; 14.45 por ciento el de la papaya; 6.31 por ciento el de las baterías de cocina y piezas sueltas; 5.47 por ciento el de las vajillas completas, y 5.37 por ciento el de los aceites y grasas.
En contraste, bajó 17.31 por ciento el precio del chile poblano; 13.61 por ciento el del tomate verde; 12.95 por ciento el de la naranja; 10.80 por ciento el del aguacate, y 10.77 por ciento el del pollo entero.
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