Ya merito?
La manzana de la discordia son los aceites y lubricantes de las marcas Mex Lub y Akron, que por una graciosa concesión del gobierno federal se les concedió ser la única marca en los anaqueles de las 8 mil estaciones de servicio de la empresa pública
Aunque Petróleos Mexicanos (Pemex) Refinación le acaba de ganar un juicio de amparo a la empresa Impulsora Jalisciense que valida su decisión de derogar unilateralmente un inaudito contrato de exclusividad en su red de gasolineras, la lápida del monopolio no termina aún de escribirse.
Falta todavía la última palabra de los tribunales que a su vez valide el punto de arranque del manotazo de la paraestatal, es decir una resolución de la Comisión Federal de Competencia (CFC) que ordena desmantelar la práctica. Lo inaudito del asunto es que la pelea lleva seis años en las rejillas de los juzgados.
La manzana de la discordia son los aceites y lubricantes de las marcas Mex Lub y Akron, que por una graciosa concesión del gobierno federal se les concedió ser la única marca en los anaqueles de las ocho mil estaciones de servicio de la empresa pública. El contrato de exclusividad se pactó a 20 años?que terminarían en 2012.
Más aún, en alarde de favoritismo el Gobierno salinista le dobló la mano a la empresa Bardhal para que a su vez le cediera los derechos por el uso de la marca Mex Lub a la firma que cobijó bajo su protección tras privatizarle en 1992 sus cinco plantas productoras de aceites y lubricantes.
Al fragor de la fiebre desincorporadora del sexenio, la Impulsora Jalisciense, propiedad de Compuestos Químicos, encabezada por el entonces presidente del equipo de futbol Guadalajara, Salvador Martínez Garza, se quedó con 51 por ciento del capital de las plantas que producían 47 por ciento del consumo nacional, con ventas anuales de 200 millones de dólares.
Lo grotesco del asunto, dadas las formidables prebendas, es que la operación se pactó a precio de risa: 508 millones 406 mil pesos, equivalentes en aquel entonces a 164 millones de dólares, cuyo monto resultaba muy inferior al del valor en libros de la firma. Una empresa exitosa, pues, a precio de quiebra.
Peor aún, hete aquí que desglosada la factura, 25 millones de pesos corresponderían realmente al costo de los activos, es decir 5 millones de pesos por planta, y el resto, 483.4 millones, se ubicaba como pago por intangibles, léase marcas, exclusividad, penetración de mercado?
El hecho es que de acuerdo con las leyes en vigor, este último monto es susceptible de deducirse fiscalmente en diez años, es decir para 2002 el costo global de la empresa líder en su ramo en el país fue de sólo 25 millones de pesos.
El caso es que la compradora, quien constituyó con las plantas la empresa Mexicana de Lubricantes, pactó, en otro inaudito, una ruta pantanosa para cubrir la factura.
En abonos chiquitos, pues. Se le entregarían a Pemex gradualmente 232 millones 862 mil pesos en efectivo: 80 millones mediante una carta de crédito expedida por Banca Confía, y 186 millones garantizados a través de la suscripción de un pagaré, en este caso de Banpaís, que sería liquidado en teoría dentro de los 120 días posteriores a la firma del contrato.
El hecho es que ninguno de los pasos se cumplió en tiempo y forma. Más aún, hace cuatro años la Unidad de Planeación Corporativa de la paraestatal preguntaba a Pemex Refinación por el destino de los recursos.
Y por si le faltara un pelo al gato, o si lo prefiere una joya a la corona, hete aquí que además de los mencionados, Petróleos Mexicanos le concedió a la firma privatizadora cuatro contratos más: suministro de aceites básicos, cuya elaboración está reservada al Estado; maquila y fabricación, y constitución de un fideicomiso en el entonces Multibanco Comermex, hoy Scotiabank Inverlat.
Más aún, habría, dos años después, otro más para ofrecer la maquila de aceites y lubricantes, otorgándole a precio simbólico la materia prima.
De dueño de la empresa, pues, Pemex se convirtió en su cliente.
El caso es que a denuncia de las firmas rivales de Mexicana de Lubricantes, la CFC iniciaría en 1997, cinco años después, una investigación sobre el perfil monopólico de la exclusividad de Mex Lub y Akron, resolviendo, tres años más tarde, su inmediata resolución. Naturalmente, ésta fue impugnada por la firma afectada, con la novedad de que seis años después no llega la última palabra de la justicia.
¿Ya merito, ahora sí?
Balance general
La supuesta solución salomónica aprobada ayer por el pleno de la Cámara de Diputados, a petición de la bancada panista, frente al riesgo de colapso en la operación del Instituto Mexicano del Seguro Social ante la exigencia de crear el año próximo reservas por 35 mil 447 millones de pesos, fue introducir un transitorio en el artículo 27 de la Ley de Egresos.
De acuerdo a éste, el organismo le entregaría a la Secretaría de Hacienda mes a mes un reporte de las condiciones en que está operando, que a su vez ésta, una vez certificado, lo entregaría a los legisladores, bajo la premisa de reducir el monto de los recursos a reservar en proporción de las necesidades.
Dicho con todas las letras, habría un tablero con focos rojos que se encenderían a la primera señal de peligro. Como le comentábamos a usted ayer, en los últimos cinco años el promedio de reservas constituídas por el Instituto había sido de nueve mil 400.2 millones, con la novedad de que para 2006 la propuesta era llegar sólo a mil 434 millones.
El desfase, pues, entre lo que planteó la Secretaría de Hacienda en la iniciativa aprobada ayer y la propuesta aprobada por el Consejo Técnico del organismo es de 34 mil ocho millones? que se restarán del presupuesto de operación.
La propuesta, por lo demás, derrotó a otra planteada anoche, en su condición de diputado, por el líder del Sindicato Nacional de Trabajadores del Seguro Social, Roberto Vega Galina, secundada entre otros por Jesús González Schmall y Miguel Alonso Raya. Esta pedía respetar el planteamiento del Consejo Técnico, es decir un techo global de gasto de 243 mil 828 millones de pesos, destinándose, decíamos, sólo mil 439 para reservas. Por lo pronto el cálculo del Seguro Social es que para operar en la medianía actual se reclamaría un mínimo de 222 mil 625 millones? frente a los 209 mil 820 que le quedan.
En enero, pues, llegará la primera alerta.
¿A quién le cree usted?
Según un grupo de accionistas de la firma de agrobiotecnología Savia, encabezados por Alejandro Garza Lagüera, el ex presidente de la firma, Alfonso Romo Garza, ordeñó la empresa en beneficio propio cuando no tenía derecho ya de manejar los recursos.
La acusación concreta, por delitos patrimoniales, habla de 66 millones de pesos extraídos entre el dos de mayo y el primero de agosto de la cuenta 044337863-2 del banco BBVA/Bancomer.
Romo Garza, yerno de Garza Lagüera, fue destituído el 29 de abril anterior.
El caso es que éste sostiene que sigue siendo el presidente de la firma, dado que los acuerdos de la asamblea ?banquetera? convocada por su suegro están suspendidos por órdenes de dos juzgados, en consecuencia tenía aún facultades para disponer de movimientos financieros. Más aún, insiste en que Garza Lagüera no tiene ningún derecho sobre las acciones que detenta, que en el papel le dan la condición de socio mayoritario.
Su único propósito, dice el yerno, es lucrar en beneficio propio.
¡Pácatelas!
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