Nuestra región tiene ahora una calma chicha. Sí, en estos últimos días nada pasa de trascendencia en nuestras ciudades, (bueno, el empate del Santos es la nota sin duda).
El proyecto de la modernización del transporte público está ahora en una especie de trampa, en la que parece que todo se ha detenido. Están procesándose varios amparos, hasta los rojos de Matamoros le entran, pero en la comunidad ni las voces autorizadas parecen prestarles atención, hay un conformismo exasperante.
La calma aparente oculta los tiempos de campaña y movilizaciones que en esta ocasión parecen extraordinariamente divertidas. Hay en el terreno de juego tiradores briosos que están listos para jugársela y gastarse lo necesario para alzarse con la victoria. Hoy, tanto el PRI como el PAN, tienen jugadores que cuentan con lana fresca que podría convertir la elección municipal en una lucha en que, una nariz podría ser la diferencia.
¿Se imaginan lo que llevan gastados Jesús de León Tello, José Angel Pérez y Eduardo Olmos en promover su imagen, cuando aún no son candidatos?, sin duda que la derrama viene buena.
En fin, en el municipio de Torreón todo mundo se alista para intentar columpiarse hacia el siguiente trapecio y no quedar viviendo en el error o sea, fuera del presupuesto.
Mientras tanto, en Guillermo Anaya se empiezan a ver dejos de nostalgia porque sabe que ha comenzado el principio del fin de su administración y esta vez, él sí va a quedar temporalmente en la banca. Total, esta calma presagia tormenta para el alcalde de Torreón.
De la gubernatura no tiene chiste hablar, parece que las fichas se están cargando hacia Moreira y cualquiera que resulte candidato del PRI será el próximo gobernador; de eso pueden hacer sus apuestas.
Matando nuestra ecología
Por otra parte en medio de la calma parece que el anuncio de la construcción de la presa El Tigre, ha provocado la reacción airada de los diferentes sectores de la sociedad; el CLIP (ajonjolí de todos los moles) señala que se unirá a la causa de impedir la construcción de tan controvertida presa. Vaya, todo mundo se rasga las vestiduras aludiendo el daño al equilibrio del ecosistema por la modificación del afluente natural del río Aguanaval.
Por cierto, qué extraño el gran escándalo por la construcción de una presa que almacenará el agua de un río que no todos conocen y se desestiman las lagunas de veneno y podredumbre que todos los días son alimentadas por las descargas a cielo abierto que realizan fábricas del Parque Industrial Lagunero al lecho seco del río Nazas, qué raro que de ese ecocidio nadie diga algo.
Otra facilita, por el rumbo de Matamoros en esta época del año, tenemos amaneceres propios del Distrito Federal, la inversión térmica y la contaminación atroz de los cocedores de ladrillos en la vecina ciudad, tienen lustros envenenado el ambiente y las mañanas además de calientes, son sucias, sin embargo ahí nada pasa.
Sería una tontería de quien esto escribe dar una opinión sobre la factibilidad y conveniencia de la construcción de la presa, me queda sólo presumir que las decisiones tomadas tengan sustento, pero no dejo de alarmarme con el veneno diario al Nazas y las salidas del Sol opacadas por la contaminación permitida que sufrimos por los ladrilleros y que ahí, nadie haga algo.
