MÉXICO, DF.- Con el boleto a la Liguilla del Torneo Clausura 2005 en la mano, el mediocampista del Cruz Azul, Miguel Zepeda, aseguró que las complicaciones vividas ante la UAG se debieron a que el equipo se confió. "Empezamos bien, pero después hubo un relajamiento, estábamos muy pasivos, confiados; eso nos provocó ir abajo en el marcador", sentenció. "Así lo percibí, la verdad es que andábamos sobrados".
De hecho, ese no sólo es el sentir de Zepeda, quien confiesa que al medio tiempo del partido existió una charla en la que diversos jugadores compartieron su punto de vista. "Hubo varios que lo sintieron igual, como el ?Kikín? (Francisco Fonseca). También me lo comentó el ?Conejo? (Óscar Pérez) y, en ese momento, acordamos que no nos podía pasar más", aseguró.
"Lo que sucedió es que dejamos de trabajar en la mitad de la cancha y los rivales empezaron a tocar mucho el balón, a controlarlo", comentó.
Aunque el nayarita consideró que esto "es una llamada de atención antes de empezar la Liguilla", el técnico celeste Rubén Omar Romano prefiere ver el lado positivo.
"(El partido) me dejó algo a favor: la respuesta del equipo ante un 3-1 en contra", subrayó. "A pesar de que se estaba prácticamente clasificado y con mucha ventaja en el grupo, no se pensó en eso, buscamos recuperarnos en el juego y sacamos algo que será fundamental en la Liguilla: el carácter, la determinación, la entrega...", sostuvo.
No obstante que Romano aplaude la reacción de sus dirigidos en general, admitió que los ingresos de César Delgado y Gabriel Pereyra resultaron fundamentales para cosechar un punto en Zapopan, Jalisco.
"Para mí, César es el mejor jugador del futbol mexicano en estos momentos y su aporte fue muy importante, porque apareció, preocupó, además de que Pereyra también lo hizo muy bien", aseveró.
"Son cambios que funcionaron, le dieron otra cosa al equipo, más allá de que cambiamos la forma de jugar: Zepeda y el ?Chelito? estuvieron más abiertos, mientras que Gabriel jugó adelantado", indicó.
El juicio de su director técnico provoca una sonrisa en Pereyra, quien piensa que -a veces- su labor de "salvavidas" en los encuentros es más trascendental que iniciar. "Es más responsabilidad que alinear, porque el domingo estuvo difícil, como cuando entré frente a las Chivas del Guadalajara, en Toluca y ante el Veracruz. En todos esos partidos se iba empatando o perdiendo y sabía que se tenía que remontar", señaló el argentino. "Además, hay que mencionar que también tienes que hacerlo contra el reloj".