La droga en nuestro país es por desgracia tan abundante como la negligencia de nuestras autoridades. Lo único que detiene a los narcotraficantes, son otros narcotraficantes que se pelean el territorio con ejecuciones a plena luz del día.
¿Dónde la conseguiste??. Esa era una pregunta muy habitual de los padres de familia que, llenos de tristeza y alarmados, descubrían la adicción de sus hijos a las drogas. Así como todo cambia, cambian también los tiempos y, por desgracia, para nadie resulta ya una novedad que alguien pueda adquirir unos porros de mariguana, unos cuantos gramos de cocaína, u otras sustancias consideradas prohibidas pero que, sin embargo, abundan cual si fueran mercancía de cualquier tienda de la esquina.
La historia nos ha enseñado que México ha perdido distintas batallas. Pero de todas, la más dolorosa es la derrota en la guerra contra el narcotráfico. Aunque de cuando en cuando nos enteramos del decomiso de grandes cargamentos de droga, o de la captura de una banda importante de traficantes, nada de lo que se hace es suficiente para curar al país de este terrible cáncer.
Dueños de una gran cantidad de dinero, y de una temible red de sicarios, los capos del narcotráfico se han apropiado de nuestro país. Su poder ha llegado a todos los círculos. De esta manera, vemos a empresarios dedicados entre otras cosas a lavar dinero, a gobernantes corrompidos a cambio de permitir la libre operación de los distintos cárteles, y a agentes policiacos que han encontrado en la distribución de narcóticos una ocupación mucho más redituable.
Tomando en cuenta nuestra triste realidad, no cabe duda que de los más afectados por los atentados terroristas del 11 de septiembre fuimos los mexicanos. Es cierto que los estadounidenses viven ahora con el permanente temor a sufrir de nuevo un ataque terrorista, pero en nuestras calles abunda ahora toda la droga que, por la excesiva seguridad en la frontera, no puede llegar al mercado americano.
La droga en nuestro país es por desgracia tan abundante como la negligencia de nuestras autoridades. Lo único que detiene a los narcotraficantes, son otros narcotraficantes que se pelean el territorio con ejecuciones a plena luz del día.
Hace meses fui a Nuevo Laredo y, por la noche, fui invitado al bar de moda. Al dirigirnos a ese lugar, me llamó poderosamente la atención el ver en cada esquina a agentes policiacos fuertemente armados. Al llegar al bar fijé mi atención en una pareja que, ocultos en medio de un gran número de guaruras, brindaban en una de las mesas más apartadas del lugar. El amigo que me invitó me recomendó que no mirara más a esa pareja, pues se trataba de un conocido narcotraficante de la región.
El sólo pensamiento de que empezara una balacera de un momento a otro, me hizo salir disparado de tal lugar y tomar, junto a mi esposa, el primer taxi que vimos.
Aunque por fortuna en Torreón no se vive la misma situación que en ciudades como Nuevo Laredo, no faltará mucho para que hablemos de una presencia aún mayor de los capos de la mafia si las autoridades no hacen algo al respecto.
Por lo pronto, es una realidad que el consumo de drogas ha aumentado en La Laguna, así como las ejecuciones atribuidas al narco.
No suelo ofrecer consejos de forma gratuita, pero ahora lo haré dada la urgencia de hacer algo. Para combatir realmente al narcotráfico de nada sirve perseguir al ?Chapo? Guzmán, a los Valencia o al ?Ceja Güera?. Antes de gastar fuerzas en operaciones inútiles y de perder a más oficiales en una batalla que de antemano está perdida, nuestro Gobierno debe prestar especial atención a combatir el narcomenudeo. Para ello, es necesario una capacitación a las policías locales y facultarlos para combatir la venta de droga en las calles. De esta manera, nuestros hijos estarán a salvo y, además, se dará un golpe en donde más les duele a los narcotraficantes: en lo económico.
Los narcotraficantes podrán utilizar sus cuernos de chivo para ejecutar a quien quieran, sin embargo, no pueden matar nuestra esperanza de tener un México más seguro y más digno para todos nosotros.
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javier_fuentes@hotmail.com