EL SIGLO DE TORREÓN
GÓMEZ PALACIO, DGO.- Tras las rejas se encuentran Alejandra Ibarra Contreras de 50 años y su esposo Juan García Flores de 53 años. Los dos son acusados por un policía de agresión física, lesiones y hasta posesión de hierba similar a la marihuana. Los detenidos niegan los hechos.
Los inculpados argumentaron que son víctimas de las amenazas cumplidas por los agentes de la unidad F-236 de la Dirección de Protección Ciudadana, con los que tuvieron un incidente la noche del martes 22 del presente.
El reporte oficial de la detención dice que el matrimonio vive en el andador Seis número 236 de la colonia Fidel Velásquez, lugar que tienen habilitado con máquinas de videojuegos a las que asisten niños y jóvenes.
Alejandro Rubio Rosales y Luis Ávalos Vázquez, patrulleros de la citada unidad reportaron que a las 21:33 horas del miércoles 23, detectaron a varios sujetos drogándose en el local de los videojuegos.
Al dirigirse a la finca, los clientes empezaron a lanzar piedras a la unidad y agredir a los elementos, por lo cual los agentes trataron de efectuar la detención de los mismos.
Fue entonces cuando supuestamente Alejandra Ibarra tomó un cuchillo de aproximadamente 25 centímetros de largo y se abalanzó contra los policías, seguida de su esposo que también dicen atacó a los uniformados y al revisarlo le encontraron dos ?palomas? de marihuana.
Los implicados negaron las acusaciones y señalaron que el problema empezó la noche del martes 22, cuando un policía entró sin permiso a la casa de Alejandra Ibarra y la dueña le pidió que se retirara. Molesto el agente, jaló a un menor de 11 años y aventó a otra niña de 13 años, ambos hijos del matrimonio.
En ese momento los ahora detenidos entraron en defensa de sus hijos y se trasladaron a la Policía Ministerial, donde pidieron apoyo al sentirse indefensos por la actuación de los policías comisionados a vigilar su sector habitacional.
Dijo Alejandra Ibarra que la mañana del miércoles acudieron ante la agencia del Ministerio Público para presentar una denuncia y uno de los policías se enteró de la medida y amenazó al matrimonio con perjudicarlos y se atrevían a revelar la agresión.