Presenta el joven lesiones que, dice, no sabe cómo ni quén se las hizo.
EL SIGLO DE TORREÓN
GÓMEZ PALACIO, DGO.- Apareció la madrugada de ayer el empleado de una empresa de frituras cuyo paradero se desconocía desde el viernes pasado y por quien su esposa había interpuesto la denuncia.
Como se informó en su oportunidad, el viernes cinco, Ernesto Castillo Nava, de 29 años de edad, salió de su casa muy temprano para dirigirse al trabajo, a donde llegó y luego partió a bordo de la camioneta con mercancía pero ya no regresó y el sábado fue reportado el vehículo abandonado por la colonia Ampliación Sacramento, aunque con muy poca mercancía.
La madrugada de ayer, Ernesto deambulaba por el Periférico en esta ciudad y al ver a una patrulla de la Policía Preventiva la detuvo y pidió auxilio con el argumento de que había sido asaltado. Uno de los patrulleros lo reconoció al ver el uniforme y al reportarlo a sus superiores, lo trasladó a las instalaciones de la Subprocuraduría de Justicia.
SU VERSIÓN.
Entrevistado por El Siglo de Torreón, Ernesto dice haber sido víctima de una crisis depresiva ese viernes por la tarde de regreso a su trabajo y de pronto quiso alejarse de todo y de todos.
?Dejé la camioneta por ahí y con el dinero de la venta me fui caminando hasta Torreón y en la noche me metí a un hotel... creo se llama Arriaga, en el centro, donde estuve hasta el lunes (8). En las mañanas me salía a caminar, no quería saber nada de mis padres, de mi esposa ni mis hijos. No sé qué me pasaba?.
Ernesto perteneció cerca de cinco años al Ejército Mexicano, donde alcanzó el grado de sargento segundo y estuvo comisionado en la lucha antinarcóticos en México, Delicias, Chihuahua, Ciudad Juárez, Monterrey, Saltillo y en Torreón, donde conoció a su esposa, hace unos seis años cuando ella era estudiante de Enfermería en la escuela María Esther Zuno de Echeverría.
Dice que no fuma, no toma ni tiene otro vicio. ?Siempre del trabajo por las tardes me voy a la casa, cuando estuve en el Ejército siempre viví mucho encierro y no sé... no sé qué me pasó, pero de repente me cansé de todo?, cuenta.
Es padre de tres hijos, Geovanni, Yhajaira e Iván, a quienes dice querer mucho pero esos días de depresión no le interesaba nada en lo absoluto.
En el hotel permaneció hasta el lunes pasado y luego salió a pasear a Parras de la Fuente, pero regresó y el dinero lo fue gastando en pasajes, hospedaje y comidas. Cuando fue localizado, con la misma ropa que vestía desde ese viernes, no traía nada en los bolsillos de los cerca de diez mil pesos de la venta.
Ernesto presenta hematomas o moretones en ambos brazos, pero dice no recordar cómo ni quién se los provocó. Trascendió que es posible sea sometido a un estudio sicológico para determinar lo sucedido.
Sin denuncia.
El comandante de la Policía Ministerial, Antonio García Artea, informa que no se ha interpuesto denuncia por parte de la empresa donde labora Ernesto Castillo Nava.
Luego de los interrogatorios, se comprobó que el empleado de la empresa de frituras, permaneció hospedado en el hotel Arriaga, como había declarado y ante esa situación, se puso a disposición del Ministerio Público.
Sobre la versión original de Castillo Nava, en el sentido de que había sido privado de su libertad por dos sujetos ese viernes, versión que luego desmintió, el comandante considera la posibilidad de que trató de justificar su actitud.