“Hoy en día, el impulso es la fuerza más poderosa de los negocios. Ese gran impulso es la fuerza más difícil de captar y es la fuerza más fácil de perder”.
Al Ries
A pesar de que el primer cuatrimestre del presente año las economías de los Estados Unidos y de los Países Emergentes de Asia continuaron siendo los principales motores de la expansión enmarcado por el creciente aumento de los precios del petróleo, es predecible que el crecimiento de la economía mundial y por lo que a nosotros más nos interesa el de la estadounidense, se desacelerará en este año comparándolo con el año anterior.
A pesar de las buenas noticias los riesgos persisten en virtud de los desequilibrios económicos mundiales, el crecimiento económico y en especial la moneda China son una enigma que siempre debemos de tener en cuenta, de igual manera y cómo hemos venido informándonos están surgiendo problemas en lo que se refiere a las reformas de la Unión Europea por lo que aunado a los resultados ondulantes en Estados Unidos los riesgos de una desaceleración existen y por lo tanto la actividad en el mundo debe ser menos rápida que en 2004.
La globalización es en verdad un proceso deseable en muchos aspectos. La iniciativa privada es más eficiente que el Estado a la hora de crear riqueza. Más aún la globalización ofrece un grado de libertad individual que ningún Estado podría garantizar. La libre competencia internacional ha liberado la inventiva de emprendedores talentosos y ha acelerado las innovaciones tecnológicas.
Mucha gente especialmente en los países desarrollados, se ha visto perjudicada ante la apertura de los mercados, al no estar apoyada por ninguna red de seguridad social; y cada día aumenta el número de marginados por los mercados globales. La globalización ha causado una mala distribución de los recursos y el equilibrio entre los bienes privados y los bienes públicos no es correcto; con todo respeto para quienes dirigen los mercados financieros probablemente estos sean efectivos a la hora de crear riqueza, pero no a la hora de garantizar la satisfacción de las necesidades sociales.
En nuestro país la política social que se ha llevado a cabo en los sexenios anteriores e incluso en el actual la política social que se lleva a cabo no ofrece alternativas viables en el mediano y largo plazo en cuanto a la reducción de la pobreza, no solo en términos de ingresos, sino de acceso a la salud, la educación, la obtención de empleos que permitan un verdadero impulso al ingreso personal que permita mayores oportunidades de mejoría y al mismo tiempo por supuesto que los inversionistas tengan la certeza de que existen las condiciones necesarias de infraestructura y seguridad para canalizar recursos en proyectos que favorezcan la generación de empleos.
Discrepo de la reciente información por parte de la titular de la Secretaría de Desarrollo Social Josefina Vázquez Mota cuando mencionó que en México se redujo en 3.5 millones de personas pobres y de 5.6 millones en pobreza extrema ya que como por otra parte sabemos por informaciones que no son del gobierno federal,másdel 80 por ciento de la población mexicana opera bajo alguna circunstancia extralegal y el 50 por ciento está en la economía informal y que paulatinamente está produciendo un “hartazgo” en la sociedad.
El déficit de Estados Unidos sigue sin corregirse y la continuidad del conflicto en Irak mantiene elevados los precios del petróleo de la Organización de Países Exportadores de Petróleo, lo que en principio pudiera significar un crecimiento en la productividad estadounidense para hacer desaparecer los temores que se observan en un titubeo a corto plazo como locomotora económica mundial de dicho país; es indudable su posición dominante en la economía global ya que el gigante americano, no puede hacer todo lo que desea pero prácticamente no puede suceder nada sin su consentimiento debido a su poder militar y económico.
Cómo México continúa dependiendo casi totalmente de nuestro país vecino,es indudable que debemos mantenernos alerta a la información y proyecciones sobre las conductas futuras de este país que permita identificar las tendencias y los impactos probables para tomar decisiones y las acciones necesarias tanto en la política pública cómo en las actividades de la iniciativa privada. Hace casi un mes al cabo de diez años al frente del Banco Mundial, James Wolfensohn dejó esta institución con una advertencia sombría: “ a pesar de algunos progresos en el combate a la pobreza, muchas partes del mundo incluída América Latina y desde luego México enfrentan la inminencia de una gran inestabilidad , debido a la apatía o a la incapacidad de los gobiernos para confrontar la inequidad y la injusticia social”.
Si consideramos lo anterior deberíamos de preocuparnos por aceptar las ineficiencias que tenemos en nuestro país y preparar estrategias que nos permitan hacer frente a los retos que pueda enfrentar el mundo de hoy, evitando que nos domine la soberbia y la miopía ante estas advertencias ya que como observamos últimamente no aceptamos que se señalen nuestras debilidades y errores, como ejemplo basta observar las reacciones de nuestro Gobierno por conducto de Rubén Aguilar a cargo de la comunicación oficial de la Presidencia de la República y del propio Secretario Derbez ante los recientes señalamientos por parte de la DEA al mencionar que las autoridades de México son parte del problema y no de la solución ante el creciente problema de la delincuencia organizada, manifestando que son mentiras y que se trata de personas que no tienen el conocimiento de las realidades de nuestro país. Sin embargo por otra parte nos enteramos de la actividad que se está realizando en las principales fronteras de Tamaulipas por la creciente inseguridad.
