En mis recientes artículos mencioné temas de política y economía en los que puntualizaba que la economía y la política constituyen un lazo dialéctico indisoluble con la sociedad; y también el proceso actual en donde la globalización y la competitividad dentro y fuera de la empresa, propician una situación en la vida cotidiana con todas las personas, la familia y las organizaciones dentro de las cuales independientemente de la tecnología, los mercados y la comercialización lo fundamental son las personas por su capacidad, lealtad, valores y honradez.
Siendo el presente el último artículo durante lo que queda del año, deseo entrelazar lo expuesto en las notas anteriores y aprovechando esta época tan especial como es la navidad y el inicio de un nuevo año, en donde expresamos los mejores deseos y proyectos dentro de un marco de mejora personal y proyectos superiores, que mejor momento de olvidarnos un poco de nuestras responsabilidades tradicionales y los mercados financieros ( que por otra parte todo indica que se mantendrán estables las variables fundamentales de la economía, como para olvidarnos en lo que resta del año de preocupaciones y sobresaltos que se han convertido en un estilo de vida ) por lo que con mayor énfasis destaquemos la dignidad de la persona humana que requiere ámbito para actuar consciente y libremente, movido e inducido desde dentro de si mismo y no bajo la presión de un ciego impulso interior o de la mera coacción externa.
El hombre logra esta dignidad cuando, liberándose de toda esclavitud de las pasiones, persigue su fin en la libre elección del bien y se procura con eficacia y habilidad de los medios adecuados. Precisamente para hacer énfasis en el enunciado de este artículo permítanme compartir con ustedes lo que recientemente leí en ?Libros, todo lo que hay que leer? de Christiane Zschirnt en el capítulo V lo que Max Weber, escribe sobre Economía basándose en la ética y el espíritu del capitalismo:
?En cada moneda y en cada billete de dólar estadounidense figura una inscripción: In God We Trust ( confiamos en Dios) . La fé divina en el poder del dinero tiene sus razones. En las sociedades modernas, la economía se ha convertido en la heredera de la religión. El dinero ha sustituido a Dios. Este reemplazo funciona con menos fricción de lo que podría suponerse, porque Dios y el dinero tienen algo en común: ambos son símbolos universales.
El dinero puede, como Dios, dotar de sentido a todo. El dinero es prácticamente inagotable como portador simbólico de significado, igual que Dios. Aquél que posea demasiado dinero o muy poco sabe que el dinero es mucho más que la mera suma de las cantidades que figuran en cada billete. El dinero no conoce fronteras (el dinero rige el mundo ) sin detenerse en consideraciones sobre el clima, la cultura, la nación o el sexo, y así llega --- como Dios --- a todos. Del mismo modo que en el universo religioso todo encuentra su razón y su fundamento en Dios, en el capitalismo todo se valora en términos de dinero. Según las concepciones medieval y moderna del mundo, toda la creación se conectaba mediante un entramado infinito de conexiones horizontales y verticales; hoy son los mercados internacionales los que cumplen esa función. En la moderna economía no se reparten obleas, pero, a cambio, pone monedas en circulación. Están impresas por ambos lados, igual que las hostias, y su valor material es, en si mismo, insignificante, pero adquieren otra entidad cuando la autoridad que las ha repartido ( un soberano o un banco ) las dota de un valor simbólico?.
Dios vela por el mundo y al aprovechar este espacio para desear a usted y a su familia salud y bienestar en esta época de Navidad y lo mejor para el próximo año, a medida de reflexión resalto lo que en los Documentos del Vaticano II menciona que ?la conciencia es el núcleo más secreto y el sagrario del hombre, en el que está sólo con Dios, cuya voz resuena en lo más íntimo de ella?.
FELICIDADES !!!
