“Si retrocedemos 30 ó 40 años, la tendencia histórica muestra que un líder es el que en vez de ordenar y controlar, entusiasma y motiva a quienes trabajan con ellos”.
No cabe duda que México es un país maravilloso y me atrevo a decir que de alguna manera es mágico, pues a pesar de tantas vicisitudes y situaciones graves internas y externas, siempre emerge fortalecido y hacia delante; a pesar de tantos errores, decisiones equivocadas ó incluso de mala fe tanto de Gobiernos anteriores como del actual; continuamos siendo un país con perspectivas interesantes para cualquier inversión.
Lo anterior tampoco es casual, miles y miles de mujeres y hombres trabajan y esfuerzan incansablemente en busca de su consolidación y seguridad para él y su familia; tal parece que vivimos en una caja de espejos con diversos reflejos sociales, donde cada día es más difícil engañar a la sociedad que a pesar de tanta vanidad, mentiras y subterfugios con la que algunos actores de la política tratan los problemas de la sociedad, pero lo que va predominando es el espejo de la verdad y el desprestigio de los hombres que se encuentran en los diversos cotos de poder político, ya se manifiesta por su deshonestidad ó por su incapacidad para lograr acuerdos ó ponerlos en práctica.
A pesar que en 2004 se concluye con cifras aceptables en el terreno del crecimiento económico y la estabilidad financiera y que el presente año pudiera ser mejor que el anterior, no se observa una precisión capaz que permita un entendimiento entre las fuerzas políticas para concretar acuerdos, que logren negociar y establecer las reformas estructurales (fiscal, laboral, energética y de estado) que tarde o temprano ocasionara que la percepción de cualquier inversionista cambien en deterioro de nuestra nación; de nada nos sirve que quienes conforman los diferentes esquemas de la política se culpen mutuamente y al mismo tiempo la cruda realidad nos muestra que no estamos avanzando a la velocidad que se requiere para ser competitivos conforme se desarrolla el ámbito internacional. Para respaldar lo anterior veamos recientes acontecimientos que ejemplifican a lo que me refiero:
En primer término desde hace algún tiempo el propio Presidente alentó y anticipó los tiempos de la sucesión presidencial de tal forma que todos los contendientes se lanzaron a la arena política y a base de ataques, descalificaciones y hasta engaños aprovechando el foro que les permiten los medios de comunicación se deja de lado la visión de un país que necesita bases sólidas y no un liderazgo fracturado.
Otro aspecto que presagia tiempos difíciles, es que incluso el presupuesto que el ejecutivo hiciera en Diciembre pasado se encuentra actualmente en la Suprema Corte de Justicia para resolver la controversia ocasionada por la propia determinación del Poder Legislativo y precisamente, ante las diferencias de ambos poderes mientras transcurre el tiempo pueden existir desequilibrios que pongan en riesgo las finanzas públicas.
¿Cómo entender que por la circunstancia de que tuvimos un crecimiento cercano al 6 por ciento en un solo mes se pretenda establecer que estamos muy cerca del ofrecimiento en campaña del 7 por ciento anual que no se ha logrado obviamente en lo que va del sexenio y que tampoco se alcanzara al término del mismo? Lo mismo sucede con las cifras del empleo y el abatimiento de la pobreza cuando conocemos el tremendo rezago que en ambas materias tenemos actualmente. De la misma manera es criticable la reciente pugna que motivó la carta del Embajador de Estados Unidos que aún cuando no guarda las formas diplomáticas adecuadas, es innegable la inseguridad que existe principalmente en las fronteras del país ante el embate del crimen organizado; en vez de buscar canales de comunicación para el reclamo a que tenemos derecho, se opta por una descalificación belicosa ante la potencia mundial de la que desafortunadamente mantenemos una extrema dependencia económica y tampoco dimensionamos lo que significa la reelección de Bush y los cambios en su gabinete principalmente en el departamento de Estado en donde los “duros” tienen definida las prioridades en la agenda Presidencial de ése país.
La realidad es que se nota la soledad del Presidente Fox, ya que en éste último problema tanto el Secretario de Gobernación como el responsable de la Diplomacia exterior están más preocupados por sus aspiraciones que cada uno de ellos tiene en su futuro inmediato, qué atender las responsabilidades a su cargo al mismo tiempo las diversas fuerzas políticas se preocupan más por buscar una mayor popularidad sin importar la forma grotesca en que resuelven sus controversias en asuntos pueriles sin abordar los temas primordiales de nuestra nación.
Esperemos que éste año se pueda afianzar un liderazgo concertado por las diversas fuerzas políticas que permitan avanzar al país, independientemente de las limitaciones impuestas por una democracia incipiente y que de antemano entendemos que impide mayorías gobernantes, pero que no justifica la incapacidad de acuerdos consensuado.
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