Durango

Enfrenta a la muerte en cada nacimiento

?En los hospitales tienen muchos aparatos, pero en el campo se la juega uno? Luisa Larreta

El Siglo de Durango

Recuerda que a los 14 años de edad presenció el primer parto y a partir de allí, se volvió una escena cotidiana. Sin embargo, aún no pierde esa emoción de recibir a un bebé entre sus manos y escuchar su llanto. ?Es como recibir un ramo de flores con mucho cariño?, dice respecto al alumbramiento.

María Luisa Larreta Escobedo no estudió medicina, sin embargo, en múltiples ocasiones fue la única esperanza para mujeres que en condiciones de pobreza, en zonas de difícil acceso y sin poder acudir con un doctor, se enfrentaron con la muerte al momento de dar a luz.

Está a punto de cumplir 52 años desempeñando la complicada labor de partera y ahora, su cuerpo resiente el paso del tiempo y se siente cansada, pero no pierde el ánimo de servir a sus semejantes.

Cuenta que es oriunda de San Manuel, localidad de San Dimas y que en 1975 recibió su primera capacitación por parte del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS). Con los conocimientos adquiridos en la dependencia de salud y la experiencia propia ha atendido a un sinnúmero de nacimientos, incluso, cuando estaba embarazada.

Desempeñar esta labor no ha sido sencillo. El parto en reiteradas ocasiones representaba peligro tanto para la madre como para el producto, pero agradece al Todo Poderoso que todas sus pacientes se recuperaron.

Tiene muy presente el parto en una alejada comunidad. En una noche lluviosa y a todo galope llegó hasta la casa en dónde yacía la paciente. El bebé estaba en una mala posición y había sacado una manita en lugar de la cabeza. Era todo un reto pero aún así decidió hacerse cargo y resultó triunfadora ante la prueba. Ahora, tiene la dicha de que ese recién nacido al que salvó sea un hombre adulto.

Su responsabilidad era mucha y su retribución escasa. Conforme a las posibilidades económicas de las personas recibía el pago. Pero en la zona serrana la pobreza era tanta que no tienen dinero para solventar ese gasto, así que prefería quedarse tan sólo con su gratitud. ?Los veía con una pobreza tan triste que si les cobraba se quedaban sin comer?, relata.

En la actualidad ya casi no atiende partos y continúa dentro de un programa del IMSS mediante el cual promueve la planificación familiar. Por su servicio en coordinación con la dependencia de salud federal recibe una pequeña compensación y atención médica, pero a ella le gustaría contar con una pensión después de tantos años de trabajo, empero, es una petición negada.

Reconoce que las parteras se han extinguido y que muchos médicos no las aceptan. Pero resalta que en los hospitales se tienen muchas herramientas para dar respuesta a las dificultades, en cambio, en los sitios más alejados sólo se posee ?la voluntad de Dios?. ?En la sierra se la juega uno?, comenta.

María Luisa ha involucrado en esta actividad a su hija Elba Elisa y a su nuera Evodia, quienes participan dentro del programa del IMSS y le auxilian en algunos de los alumbramientos que esporádicamente atiende en las colonias de la entidad, ya que indica, hay mujeres que tienen miedo de acudir a los sanatorios por el trato que les dan.

Y aunque asevera ya no querer atender más partos debido a su edad, no se resiste a abrazar con cariño y alegría a las criaturas que le llevan para que con su sabiduría, les aplique los remedios que conoce para solucionar diversos padecimientos.

CONTRASTES DE LA CIENCIA

Es obligatorio en el Instituto Mexicano del Seguro Social hacerle el examen de Tamiz a recién nacidos, con el objetivo de detectar oportunamente enfermedades metabólicas congénitas, que pondrían en peligro la vida del bebé.

José de Jesús Ramírez Ruiz, coordinador de Salud Publica en el IMSS explica que de 800 niños que nacen al mes sólo acuden el 40 por ciento de las madres a realizar este examen, lo cual es preocupante, ya que no se le está dando la importancia que tiene el detectar alguna enfermedad metabólica congénita.

La mayoría de estos padecimientos son la deficiencia de biotinidaza que implica retraso mental, convulsiones y estado de sopor crónico, deficiencia de Fenilcetonuria el cual provoca retraso al caminar, niños acelerados, prematuros, enfermedad renal, irritables, trastornos de sueño; Hiperplasia adrenal congénita (falta de definición de sexo que se refleja cuando crece).

Menciona que ya se presentó el primer caso sospechoso de biotinidaza en la capital de Durango, el cual está en proceso de confirmación en la ciudad de Monterrey.

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