Durango

Enfrentan nuevos retos los adultos mayores

Citlalli Zoé Sánchez |El Siglo de Durango

La soledad y la vejez llegan juntas. Después de una vida llena de trabajo y sacrificio las canas aparecen, las fuerzas se agotan y lejos de estar rodeado de los seres queridos, éstos se alejan, dejando un gran vacío. Lucía Silva Deras e Irene López Chávez son adultas mayores que han sentido el peso de la depresión al pensar que no tenían la posibilidad de hacer las mismas cosas que en tiempos pasados.

Especularon que ya no había oportunidad de gozar al máximo el atardecer de su existencia pero ahora, ven de una forma distinta su presente. Ambas se incorporaron a los Clubes de la Tercera Edad del sistema de Desarrollo Integral de la Familia dónde encontraron amigos y lo más importante: la ilusión de seguir adelante.

Irene tiene 65 años de edad y hace tres años que decidió salir de la rutina de su casa para encontrarse con la felicidad sintiéndose útil. Hace manualidades, productos que salió a vender al lado de sus compañeras en la Expo Venta Gente Grande, realizada ayer en la Plaza de Armas.

“Antes estaba en mi casa bien achicopalada. Me la pasaba con mucho dolor, que me dolía la cabeza, los pies, en fin. Yo le pedía a Dios que ya se acordara de mí”, platica mientras estaba sentada en una banca en espera de hacer la demostración del Tai Chi en el evento.

Su esposo fue quien la motivó a unirse al Centro de Desarrollo ubicado en la Colonia Joyas del Valle y a raíz de su incorporación ya no se sintió triste. Dice que tiene nueve hijos y siempre se dedicó a las labores del hogar, ahora que sus vástagos han formado sus propios hogares, ella sintió que no podía aspirar a otra cosa en su vida, sintiéndose desamparada.

La luz de su mirada ha vuelto a resplandecer con la interacción en su nuevo grupo de colegas, además han hecho muchos viajes a diferentes destinos como por ejemplo Aguascalientes o Mazatlán.

Lucía es una mujer de 77 años quien procreó tres hijos. Vive en la colonia Díaz Ordaz y al igual que Irene, era doblegada por múltiples dolencias. Manifiesta que es originaria de Pueblo Nuevo y que, al lado de su esposo emigró a la capital del Estado hace cerca de 48 años.

Enviudó siendo joven así que se convirtió en el sustento de sus descendientes. “Trabajé mucho, cosiendo ajeno o bien vendiendo ropa”, explica para después establecer que en la actualidad ya tienen siete bisnietos.

Si alguna vez estuvo rodeada del calor de sus parientes, ahora Lucía vive sola y eso contribuía a que se sintiera muy desdichada. Estaba enferma de manera constante. “Me daban los dolores de la gastritis y de pues estaba enferma de los nervios”, conversa.

Hasta que una amiga la invitó a que cambiara su forma de vida y recuperara las fuerzas asistiendo a los Clubes de la Tercera Edad fue cómo se sintió llena de energía una vez más. Sonríe, platica con sus colegas, hace diferentes artesanías.

Tanto Lucía como Irene reconocen la oportunidad que han tenido de deleitarse al máximo en esta etapa de su vida y exhortan a sus contemporáneos a que no se sientan entristecidos y busquen opciones para mantenerse activos, no dejándose vencer por el peso de los años.

Falta cultura

Flor María Díaz González, delegada del Instituto Nacional de las Personas Adultas Mayores (Inapam) explica que la depresión es común entre los ancianos debido a que son relegados por sus parientes.

Aunque vivan con las personas de la tercera edad ya no les toman en cuenta o bien, los abandonan, situaciones que los hace sentir poco útiles.

Explica que muchas de las personas que llegan a los 60 años están enfermas, factor que unido al cambio de vida drástico que se presenta al momento de la jubilación deriva en una depresión profunda.

La delegada federal abunda que la pirámide poblacional del país cambia, de tal forma que en los próximos años, México será un país de ancianos, lo cual implica que debe existir una preparación previa al respecto.

“Tenemos que prepararnos en infraestructura y sobre todo en salud”, indica para después añadir, que la experiencia de los adultos mayores es desaprovechada.

Comenta que en la Expo Venta Gente Grande participaron 17 clubes de la Tercera Edad y una Escuela de la Tercera Edad. Los recursos obtenidos serán utilizados como un fondo revolvente para seguir con la producción de los artículos.

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