Madrid, (EFE).- El primer premio de la lotería de "El Niño", el 56 mil 139, cayó íntegro en Sant Pol de Mar, un pequeño pueblo costero de la provincia de Barcelona, donde los vecinos se repartieron 57.6 millones de euros (unos 77 millones de dólares).
La región de Cataluña (noreste) volvió a vender el número agraciado (el 56,139), después de que buena parte del "Gordo" de la Lotería de Navidad, el más popular de los sorteos en España, se vendiera en la localidad de Sort (que significa suerte en catalán).
La propietaria de la administración de lotería que vendió el premio, María Rosa Nualart, dijo a EFE que más de 300 personas compraron este número y calculó que cada una de ellas ha ganado unos 215 mil dólares, tras una inversión de 27 dólares en cada boleto.
Un millar de personas se congregó nada más celebrarse el sorteo frente a la administración, donde no faltó el champán y las muestras de alegría general, ya que quien no resultó agraciado tiene un familiar al que le ha tocado un buen pellizco en este sorteo.
El alcalde, Manuel Monbiela, que también había comprado un décimo, dijo estar "muy contento porque este premio ha tocado a todo el pueblo, un pueblo de gente trabajadora".
"Mucha gente del pueblo trabaja fuera y esta inyección de dinero podría animar la economía local y hacer que la gente vuelva a Sant Pol", señaló el alcalde de un pueblo que es segunda residencia de muchos barceloneses por su proximidad a la capital catalana.
El segundo premio fue íntegro a Cistierna, localidad de cuatro mil habitantes en la provincia de León (Norte), donde el 81 mil 534 dejó 32 millones de euros (43 millones de dólares) entre los vecinos, que compraron sus billetes en un mesón, una librería y un restaurante.
Nada más conocer la noticia, decenas de curiosos y también de agraciados se arremolinaron en las calles del pueblo, donde descorcharon varias botellas para brindar en medio de una estampa típicamente navideña de calles aún cubiertas de nieve.
El alcalde de Cistierna, Nicanor Sen, definió este golpe de fortuna como un "balón de oxígeno" para esta zona de montaña, tras recordar las dificultades vividas en los últimos años a causa del declive de la industria de la minería en España.
