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Ensayo sobre la cultura / Los tropos

José Luis Herrera Arce

¿Quién es el ?Vaguito trotador de paños verdes?? ¿Por qué las manos de Dios eran amarillas? ¿Qué significado tiene: Verde que te quiero verde, verde viento verde rama? Jugar al tropo, es como jugar al trompo, poner a bailar a la imaginación de tal manera que descubrimos a la realidad por medio de las imágenes que se le asemejan.

La metáfora, el símil, la sinestesia y demás figuras literarias nos sirven para eso; describir, descubriendo las cosas de nuevo. Es la epifanía de la que habla Joyce, la revelación de lo que siempre ha existido frente a nuestros ojos y que volvemos a ver de una nueva forma. No solamente miramos con nuestros ojos, sino que las vemos emocionalmente; si cree en el alma, pues con eso, con el alma; si no cree en el alma, con cada una de las células sensibles, interiores y exteriores; el resultado es el camino, le provocan una conmoción. Cuando usted se conmueve, descubre que para eso no sirve el dinero y que es un gran placer el conmoverse y que todo estriba en una nueva forma de enfrentarse a la realidad.

?Sólo los espejos de azabache de sus ojos son duros cual dos escarabajos de cristal negro?. Juan Ramón Jiménez es uno de los grandes poetas que ha producido la lengua castellana. La frase entre comillas es cita de su novela Platero y Yo. ?Tiene acero. Acero y plata de luna, al mismo tiempo?. A mi gusto esta novela, que nada tiene de infantil, es uno de los grandes ejemplos de cómo utilizar con maestría los tropos. ?Vagas claridades malvas y verdes perduran tras la torre de la iglesia. El camino sube, lleno de sombras de campanilla, de fragancia de hierba, de canciones, de cansancio y de anhelo?. Es la realidad misma, en donde la imaginación descubre otra realidad; de donde muchas veces surge su crueldad: ?reloj que levantaría a la madrugada, escopeta que no matará al hombre, caballo que llevará a la miseria?.

Es la percepción del mundo que sólo llega a mí por medio de los mapas que me facilita un autor; de otra manera no podría enterarme de cómo se ven las cosas con otros ojos que no son los míos: ?Mira platero, qué de rosas caen por todas partes; rosas azules, rosas blancas, sin color... Diríase que el cielo se deshace en rosas. Mira cómo se me llena de rosas la frente, los hombros, las manos... ¿Qué haré yo con tantas rosas??.

?...Tus ojos, que tú no ves, Platero, y que alzas mansamente al cielo, son dos bellas rosas?.

La realidad suele ser muy aburrida cuando no se le sazona con uno que otro tropo. ?La primavera tuvo la coquetería de levantarnos este año más temprano; pero ha tenido que guardar, de nuevo, tiritando, su tierna desnudez en el lecho nublado de marzo. ¡Da pena ver marchitarse, en capullos, las rosas vírgenes del naranjal!?.

Esto suena mejor que decir: ?Heladas tardías destruyen los brotes de los árboles, produciendo pérdidas a los agricultores?. La pérdida es más sentida en el primer párrafo que en el segundo. El hombre es mucho más que un número económico.

?Por el tragaluz, que trae el irisado tesoro del cenit, me voy un momento, rayo de sol arriba, al cielo, desde aquel idilio. Luego, subiéndome a una piedra, miro al campo?.

Si un simple burro se convierte en bellísimas imágenes: ?Cuando, al mediodía voy a ver a Platero, un transparente rayo de sol de las doce enciende un gran lunar de oro en la plata blanda de su lomo. Bajo su barriga, por el oscuro suelo, vagamente verde, que todo lo contagia de esmeralda, el techo viejo llueve claras monedas de fuego?. ¡Qué no podrán hacer los tropos con toda la realidad sensible que nos rodea! No hay que viajar muy lejos para tener la oportunidad de experimentar sensaciones que jamás habíamos experimentado. Se encuentran en las páginas de un buen libro, de un gran autor, de un poeta, pero de un verdadero poeta, que sabe combinar la imagen y el ritmo con el único fin de lograr una emotividad que sólo por esta ruta puede lograrse. Déjese atrapar por los tropos.

?La cumbre, ahí está el ocaso todo empurpurado, herido por sus propios cristales que le hacen sangre por doquiera. A su esplendor, el pinar verde se agria, vagamente enrojecido; y las yerbas y las florecillas encendidas y transparentes, embalsaman el instante sereno de una esencia, mojada, penetrante y luminosa?.

Comentarios: Jolhe@hotmail.com

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