Septiembre, octubre y noviembre, es un largo tiempo que nos puede servir para reflexionar sobre la historia. La independencia, la conquista y la revolución, serían los tres grandes hitos que han conformado a nuestra patria haciéndonos ser lo que somos. Deberíamos de aprovechar este largo tiempo con algunas cuantas lecturas que alimenten nuestro nacionalismo; sobre todo, que nos sirvan como manantial donde se generen las preguntas de nuestra razón de ser, de nuestro futuro y nos hagan volver a tomar el control de las circunstancias. Por lo pronto, se ha puesto de moda la novela Victoria de Eugenio Aguirre, que ya conocíamos por su anterior trabajo Gonzalo Guerrero y por Pasos de Sangre. Así como los 500 años del Quijote han servido para promocionar la obra de Cervantes, que las fiestas nacionales sirvan para promocionar lecturas sobre México.
La queja es la de siempre; las personas sólo conocen lo básico. En nuestro país no se hace lo que en el país vecino: películas sobre la historia, la verdadera y la mitológica, teniendo más tela de dónde cortar. Ya se sabe que a quienes dirigen los medios, poco les interesa el mercado que se podía generar; dicen que a la gente no le gusta y yo digo, ¿cómo les va a gustar lo que no conoce?
Los temas históricos deberían de ser recurrentes en nuestro devenir mediático. Han dejado de hacerse telenovelas históricas; pues que repitan las existentes. La verdadera libertad se obtiene con el conocimiento. Los medios debieran de servirnos para ello.
Por lo pronto, se puede recurrir a los libros; en ellos abunda el material que la curiosidad sea tu guía; la historia es un camino que se bifurca innumerables veces, una veta que nunca acaba. El chiste es que se generen las preguntas.
¿Por qué nos independizamos? ¿Podría entenderse la independencia de América Latina sin entender la independencia de los EE.UU? ¿Podrían entenderse la independencia de México, sin cuestionarnos sobre la Revolución Francesa? ¿Quién gesta la Revolución Francesa? ¿Cuáles son sus antecedentes? Hobbies, Mills, Montesquiu, los enciclopedistas ¿qué sabe usted de ellos? ¿De quién nos independizamos: de Pepe Botello o de Fernando Séptimos? ¿Qué fueron las cortes de Cádiz? ¿Por qué fracasaron las cortes de Cádiz? ¿Cuáles fueron los resultados del levantamiento de Hidalgo? ¿Por qué se levantó Hidalgo? ¿Cuál fue el papel de Allende y Aldama, de la Corregidora? ¿Cuál es el papel de Morelos? ¿Qué significa la constitución de Apatzingán? ¿Cuál es el papel de Bravo, Guerrero, Guadalupe Victoria? ¿Quién era Javier Mina? ¿Cómo fue la consumación de independencia? ¿Cuál es el papel de Iturbide y Santa Ana?
¿Quiere más? Los mismos libros le irán generando nuevas preguntas. El satisfacerlas es satisfacer la principal pregunta de todas: ¿Quién soy yo: como ser individual y como ser social? Si mandamos a nuestros hijos a la escuela, por lo menos esas preguntas debieran responderse.
Alguna biografía para iniciarse: historia de la guerra de independencia de Juan N. Chávarri, editorial Diana. Siglo de Caudillos de Enrique Krauze. Morelos de Alfonso Teja Zabre. Cartas de un Americano. Servando Teresa de Mier. El Trueno Francisco Castellanos. Poinsett José Fuentes Mares.
Esto ya es algo para empezar. Sobre Hidalgo he leído de prestado alguna biografía, como no la tengo a la mano, les debo el autor; aunque debería de haber más; como del mismo Morelos, debería de haber más; y de seguro lo hay.
Hay que leer sobre las logias masónicas que tanto influyeron en la política hasta la época de Juárez. De Benito Juárez está la Biografía de Ralph Roeder y otra que se llama: Juárez el Implacable. El complemento sería la novela y la poesía del romanticismo: desde el Periquillo Sarmiento, Los Bandidos de Río Frío, Los Cuentos del General (Riva Palacio) hasta las obras de Altamirano y de Prieto.
Digo, esto es para comenzar. Se aceptan recomendaciones.
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