LOS MEDIOS
No cabe duda que los adelantos tecnológicos de los siglos XIX y XX fueron impresionantes. Desde el invento de la cámara fotográfica en 1830 hasta nuestros días en que se presume la imagen digital, el hombre ha podido desarrollar principios y máquinas con el fin de lograr lo que antes de esa fecha era sólo una fantasía de ciencia ficción: captar una imagen, captar una imagen en movimiento, acoplar imagen y sonido, proyectarlos, transmitirlos por el aire, lograr que fueran a color, mejorar su calidad, poder archivarlas para que no se destruya, lograr sonidos estereofónicos, cuadrafónicos, sensum round y demás. Sin duda alguna, la tecnología nos rodea, y según corren estos tiempos, sigue dando frutos y promete muchos más.
El futuro es hoy y quien tenga suficiente capital disfrútelo. Si tiene cien millones de pesos comprarse un viaje a la Luna. Los hombres comunes y corrientes tenemos que esperar a la industrialización de los inventos para que bajen de precio y se puedan obtener en cómodas mensualidades con sus respectivos intereses. La tecnología está ahí para el disfrute del hombre, eso nadie lo puede negar. Lo que va en dirección contraria son los contenidos que transporta esa tecnología.
Antes de meternos en la discusión de la libertad, sobre todo de la de empresa y del dejar hacer dejar pasar, y de la moral se supedita a mis intereses y todo lo demás, permítaseme plantear el problema.
Más de cien millones de mexicanos sufrimos los contenidos que los medios de comunicación masiva nos ofrece. Querámoslo o no, es el soporte cultural y educativo más importante con el que el país cuenta. ¿Dije cultural? ¿Dije educativo? ¡Subráyenlo! Los medios electrónicos usan las ondas hertzianas para transmitir sus mensajes y las tienen concesionadas porque pertenecen a la nación.
Los contenidos que nos ofrecen los medios, cada vez son de más baja calidad. Si la modernización significa hacer productos chatarra de fácil consumo, me opongo a tal modernidad. En el campo de la tecnología, los productos se perfeccionan, por eso en vez de la imagen análoga, tenemos la imagen digital y en vez de la cinta de dos pulgadas los CD. En cambio, los contenidos de los medios parece querer ahorrarse la materia gris. Pongamos el caso de los programas matutinos que considera a las amas de casa un poco menos que estúpida; y claro, para tal nivel mental el espectáculo que se ofrece, y esto es a diario, es a un tipo saltando la cuerda, como si fuese recreo escolar. Insisto, esto es a diario. El mismo tipo, y sus secuaces, opinan de los temas más diversos, echan maroma, hacen comerciales, bailan, juegan a la mímica y demás. Los otros contenidos del programa son temas tan profundamente charlatanes como leer el tarot, los ovni y temas afines. (Después vendrán los comerciales para que marques un número de a 25 pesos la llamada ¿o $50.00? donde te adivinarán el futuro, te harán millonaria, te hablarán los ángeles, o participarás de la rifa de una camionetota). ¿Para esto sirve la tecnología? Pues sí, todo es comercializable.
Según esto, es lo que al público le gusta; y yo respondo, al público le gusta lo que conoce, lo que no conoce no le puede gustar. A la gente se le cultiva un gusto y los medios, como educadores, ésos son los gustos que le han cultivado a la gente. Los medios me dirán que no son educadores y yo insisto en responderles, quiéranlo o no, son los educadores más importantes que tiene el país. Si hasta nuestra propia radio cultural ha supeditado el rating a su labor educadora, definitivamente estamos mal.
Otras especialidades de la tele son los programas de artistas donde lo que importa es explotar el morbo y no hablar de calidad de espectáculos o calidades histriónicas. Temática intrascendente pero que deja buen dividendo; los noticieros que ya se sabe dejan lana, tu lana, la de tus impuestos, la de la publicidad política; el deporte, para que el hombre no pierda su sentido de lucha. Diremos que tiene un poco más calidad las telenovelas, o las series sobre mujeres que como prieto en el arroz, lo han hecho reproducirse, porque, ¿a que no saben qué? ¿Funcionó? Y son temas humanos, casos reales, otro tipo de intereses más allá del melodrama.
Se acabó el espacio. Continuará...
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