ENMARCA SENCILLEZ LA CEREMONIA. NO HABRÁ FUNERAL DE ESTADO.
Arabia Saudita no anunció ningún periodo de luto, las banderas no fueron puestas a media asta y las tiendas y negocios abrieron como de costumbre.
Madrid, (Notimex).- Los restos del rey Fahd de Arabia Saudita fueron enterrados hoy en el cementerio público de Al Oud, en el centro de Ryad, en una sencilla tumba marcada sólo con una pequeña piedra, sin su nombre, conforme a las austeras tradiciones islámicas.
Diversos jefes de Estado y de Gobierno de la región y todo el mundo asistieron a los funerales del monarca, quien murió la víspera después de 23 años de estar al frente de Arabia Saudita, el mayor productor y exportador mundial de crudo y considerada cuna del Islam.
El cuerpo del monarca fue trasladado en ambulancia desde el Hospital Rey Faisal, donde falleció a la edad de 84 años, hacia la mezquita Turki bin Abdala en el barrio de Deira, donde se celebró una breve oración.
Los restos del rey fueron introducidos a la mezquita sobre los hombros de miembros de la familia real, apoyado sobre una sencilla tabla de madera, envuelto en un sudario blanco y cubierto por la última capa (abaya) que el soberano vistió.
Después una furgoneta trasladó los restos del rey al cementerio Al Oud, a unos cinco kilómetros de distancia de la mezquita, donde sus tres predecesores -sus medios hermanos Saud, Faisal y Jaled- están enterrados.
El hasta ahora príncipe heredero Abudulá, quien asumió el trono tras la muerte de su medio hermano, encabezó la procesión de las miles de personas que asistieron a las oraciones y servicios fúnebres.
Las autoridades sauditas anunciaron desde la víspera que no iba a haber funeral de Estado, una tradición que no consideran parte de la estricta interpretación que el reino hace del Islam, conocida como wahabista.
"Su tumba será como la tumba de todos los musulmanes (...) No hay diferencia entre él y otros musulmanes", dijo el gran Mufti Jeque Abdulaziz Bin Abdalá al Sheik, el principal clérigo del país, quien dirigió los rezos funerarios.
A diferencia de muchos Estados musulmanes, Arabia Saudita no anunció ningún periodo de luto, las banderas no fueron puestas a media asta y las tiendas y negocios abrieron como de costumbre.
La estricta interpretación del Islam que rige en el país, conocida como wahabismo, proscribe cualquier tipo de funeral de Estado y recomienda un acto sencillo en una mezquita y el entierro en una fosa, envuelto el cuerpo con un simple sudario blanco.
Los principios del wahabismo también prohíben que la sepultura quede marcada, ya que considera que todos los musulmanes regresan igual al polvo, haya sido como haya sido su tránsito por el mundo terrenal.
Las fuerzas armadas sauditas reforzaron las medidas de seguridad en Ryad, en el aeropuerto, la mezquita príncipe Turki bin Abdala y el cementerio ante la presencia de por lo menos 36 jefes de Estado y de gobierno musulmanes y de Occidente, según la televisión saudita.
Entre los dignatarios presentes en Arabia Saudita figuran los presidentes Hosni Mubarak de Egipto, Jalal Talabai de Irak, Mahmoud Abbas de la Autoridad Nacional Palestina (ANP), Pervez Mushararf de Pakistán y Abeldelaziz Buteflika de Argelia.
Así como el presidente francés Jacques Chirac, el príncipe Carlos de Inglaterra y el rey Abdallah II de Jordania.
Tras el acto fúnebre, el nuevo rey de Arabia Saudita comenzó a recibir las condolencias en el palacio del gobernador de Ryad, Salman Bin Abdelazis, hermano del fallecido monarca.
Reportes de prensa precisaron que los mandatarios aprovecharán la ocasión para ofrecer sus respetos al nuevo monarca Abdullah, quien sucedió al rey Fahd tras su muerte pero será coronado mañana miércoles.
Analistas consideran que los retos más difíciles del nuevo rey serán introducir reformas políticas y mantener la lucha contra la red Al Qaeda que dirige el saudita Osama Bin Laden, la cual lleva una campaña desde hace más de dos años para derrocar a la familia real.