El Auditorio del Pueblo lucía repleto por niños y madres de familia en su mayoría. En la entrada del inmueble los vendedores de dulces y fritangas aprovechaban la multitud que iba y venía para mejorar sus ventas. Edecanes canalizaban a las personas a la parte superior del edificio, pues abajo ya no había lugar.
Las once de la mañana. El evento: la entrega de los apoyos correspondientes al Programa Municipal de Estímulos a la Educación Básica (PROMEEB), el cual era presidido por la presidenta del DIF Estatal, Gabriela López de Hernández; el presidente municipal, Jorge Herrera Delgado, así como su esposa, Blanca Estela Castro.
Inició el acto protocolario. El desfile de discursos por parte de las autoridades arrancó, pero a lo lejos pocas personas escuchaban sus palabras. Los infantes entraban y salían para comprarse algún antojito, los más pequeños con el gentío lloraban y sus madres concentraban su atención en ellos.
Entre un rumor constante, pero rodeado de grabadoras y micrófonos de los medios de comunicación, el edil capitalino anunció que el Municipio entregaba poco más de dos millones de pesos en becas, que los beneficiarios recibían 422.60 pesos correspondientes a un cuatrimestre, así como cuatro despensas con un valor individual de 72 pesos.
Al momento en que regresó a su lugar en la mesa de honor, el público aplaudió, aunque muchos ni siquiera supieron qué había dicho, pues estaban distraídos.
Luego fue el turno de López de Hernández Deras, quien con un corto discurso también recibió una ovación. Después la despedida de las autoridades y la gente pronto se dispersó para hacer fila en el módulo que les correspondía para recibir su beca.
?Pues la verdad es poquito dinero, son cien pesos al mes, pero de eso a nada. Y sí nos sirve, por lo menos para los camiones de la niña?, expresó Marta de Terrazas González, quien esperaba el momento de contar con ese dinero para su pequeña hija Andrea, estudiante de quinto año.
Quien también aguardaba para ser atendida era María Teresa Jiménez. ?Mi esposo es albañil y tenemos cuatro hijos, pues el dinero no alcanza para mucho, pero las despensas nos ayudan para comer?, expresó, mientras sus inquietos descendientes corrían de un lado para otro.
Personas de pie, sentados y hasta acostados. Los chiquillos brincaron las protecciones de las áreas verdes y pisaban el pasto, arrojándole comida a los patos del lago del Parque Guadiana. Los rayos del sol provocaban calor, así que varios optaron por quitarse las chamarras.
Y si bien es cierto que había personas que llegaron en su bicicleta o en el camión, con ropa austera, otros tantos de los beneficiarios recibían llamadas a su teléfono celular.
?Aunque sea poquito el dinero a nosotros nos sirve mucho, por lo menos para la medicina del niño, porque desde chiquito está enfermo, seguido lo tenemos con medicamentos?, platicó Ana María Cabrera Altamira, abuela del becado, quien contó con tristeza que su hija está enferma de epilepsia y no puede trabajar.
Poco a poco, la explanada del Auditorio del Pueblo se fue quedando sola. La gente, una vez que obtenía las despensas, salía presurosa. Hubo quien se fue caminando, algunos en su carro y, por supuesto, los que ocuparon el servicio de un taxi no podían faltar.
RESPALDO
Ayer se dio el pago correspondiente al cuatrimestre septiembre-enero.
2,833 niños beneficiados
228 escuelas participantes
11, 332 despensas entregadas
FUENTE: Comunicación Social del Municipio.