Basta con sumar dos máximas de la picaresca popular para entender cabalmente lo que hoy está pasando en esa sostenida y en ocasiones ríspida pugna intestina en el PRI, de cara a la sucesión presidencial: “para que la cuña apriete, debe ser del mismo palo” y “entre gitanos no se leen las cartas”. Simple, los priistas entienden perfectamente de escenarios y simulaciones, que en política, la forma es siempre fondo y que las guerras también se libran en casa.
El abismo entre lo que se dice y se hace es tolerable, siempre y cuando no afecte los intereses personales o de grupo y por eso los gobernadores aglutinados en el llamado grupo Unidad Democrática del PRI, acordaron que de entre ellos surgirá un solo candidato que buscará la candidatura para la Presidencia de la República. Se entiende que el ungido habrá de enfrentarse en una contienda interna cuyo resultado sería de pronóstico reservado, contra su líder, Roberto Madrazo Pintado.
Los analistas políticos encontrarán sin duda extraordinario, el que se hayan reunido en las instalaciones de la representación del Gobierno del Estado de México, en las Lomas de Chapultepec, con Arturo Montiel como anfitrión, los gobernadores de Hidalgo, Manuel Ángel Núñez Soto; de Coahuila, Enrique Martínez, de Nuevo León, Natividad González Parás; de Sonora, Eduardo Bours y además el senador Enrique Jackson (también aspirante a la candidatura) y el ex candidato perdedor a la Presidencia de la República en 2000, Francisco Labastida Ochoa, para lanzar un sólido mensaje, que traducido en términos llanos sería el equivalente a un “no nos vamos a dejar”.
El regio González Parás asegura que “pronto habrán de sumarse otros gobernadores que coincidan con nosotros” y sin duda, serán personajes de la talla de los ex gobernadores de Veracruz, Miguel Alemán y de Tamaulipas, Tomás Yarrington, quien por cierto es otro de los aspirantes a enarbolar la bandera tricolor en 2006.
Los ciudadanos podrán tener una idea clara de cómo los priistas, en sus juegos de pulsos, parten de una premisa fundamental: no importa lo que se diga, sino lo que se haga y Roberto Madrazo va con todo -como juez y parte- por la candidatura. Habrá que estar al pendiente para saber si la lucha de los gobernadores por frenar al líder de su partido, tiene éxito... y se pueden hacer apuestas, ya que la seriedad y el compromiso social hace mucho que dejaron de ser valores de esta, nuestra política a la mexicana.