EFE
CISJORDANIA.- Más de cien milicianos palestinos han entregado sus armas y se han unido a los servicios de seguridad de la Autoridad Nacional Palestina (ANP), en las ciudades de Jericó y Ramallah, informaron ayer fuentes oficiales.
Se trata de las dos únicas ciudades cuyo control fue entregado por Israel a la ANP en marzo pasado como resultado de la cumbre de Sharm el Sheij del ocho de febrero, donde el primer ministro israelí, Ariel Sharon, y el presidente de la ANP, Mahmoud Abbas (Abu Mazen), se comprometieron a un alto el fuego que se mantiene.
El diputado del movimiento oficialista Al Fatah, Abdul Fattah Hamayel, que se encarga de los milicianos buscados por Israel, aseveró que 110 milicianos de Tulkarem y Jericó han entregado voluntariamente sus armas a la ANP y firmado documentos por los que se prometen a no actuar en ataques contra Israel.
El gobernador de Tulkarem, Izadin Sharif, ha asegurado que los servicios de seguridad de la ANP han recogido armas carentes de licencia a docenas de milicianos de la ciudad.
Sharif reconoció que los milicianos han acordado en principio abandonar la militancia en grupos armados y convertirse en miembros de los servicios de seguridad, aunque “todavía hay problemas con las armas”.
Los milicianos de Tulkarem y Jericó se resistían a entregar las armas por su condición de buscados por Israel y por tanto, de constituir blanco de asesinato o detención por parte del Ejército israelí.
Como solución, la ANP ha propuesto a los milicianos pasar a engrosar las filas de los servicios de seguridad y como tales, disponer de armas.
Según el acuerdo de alto el fuego de Sharm el Sheij, Israel se comprometía a entregar el control de cinco ciudades cisjordanas ocupadas por el Ejército israelí durante los años de la Intifada.
El desmantelamiento de las facciones y la entrega de sus armas es uno de los requisitos que impone Israel para continuar la retirada de las ciudades de Kalkilia, Belén y Ramallah y su entrega a las fuerzas de seguridad palestina.