AP
Cisjordania.- Israel completó ayer la entrega a los palestinos de la aldea de Tulkarem, con la reapertura ceremonial de una carretera que comunicaba la aldea con los principales puntos de Cisjordania.
Los comandantes israelíes y palestinos sellaron la entrega con un apretón de manos en la carretera donde abrieron un portón que estaba cerrado y que posteriormente será desmontado. La transferencia del control a las fuerzas palestinas, que comenzó el lunes por la noche, es un gesto más del proceso conciliatorio que ha continuado desde que los líderes de ambos bandos anunciaran el cese de cuatro años de hostilidades.
La transferencia podría ayudar a los dirigentes palestinos a implementar una prohibición del porte y la tenencia de las armas en manos de los grupos irregulares, los cuales insisten en que no depondrán las armas hasta que Israel se retire de la totalidad de Cisjordania. Los residentes de Tulkarem recibieron con agrado la transferencia pero se mantuvieron escépticos sobre si llevará a la paz entre israelíes y palestinos.
Tulkarem, situada en la divisoria entre Israel y Cisjordania, es la segunda de cinco aldeas cisjordanas cuyo control asumirán las fuerzas de seguridad palestinas. Su transferencia había quedado atascada por discrepancias en torno a la jurisdicción de las zonas aledañas.
Se estima que tales discrepancias -la necesidad de los israelíes de imponer medidas de seguridad versus las sospechas palestinas que los israelíes no son sinceros- se repetirán en la entrega de las poblaciones tres restantes.
Desde que el líder palestino Mahmoud Abbas y el primer ministro israelí Ariel Sharon declararon el fin de la violencia en una conferencia de alto nivel efectuada en un balneario egipcio en febrero, la violencia ha disminuido considerablemente, aunque no todos los gestos de buena voluntad -la transferencia de aldeas y la liberación de más presos palestinos- han sido adoptadas.
Antes de que fuera abierto el portón de Tulkarem ayer, los palestinos debían caminar siete kilómetros para llegar a la carretera principal que une Tulkarem con Naplusa, la mayor ciudad cisjordana. Naplusa, que no será transferida a los palestinos porque Israel la considera un hervidero de la actividad guerrillera, tiene vedado el acceso a los vehículos y sus residentes sólo pueden entrar y salir de ella a pie.