Reportajes

Entrevista| 'Construye' sus satisfacciones

VISIÓN LAGUNERA| Calidad es la palabra clave para sostenerse en el ramo.

El Siglo de Torreón

TORREÓN, COAH.- Edificar puentes, tiendas comerciales, restaurantes y hoteles pareciera un trabajo sencillo y rutinario para muchos, sin embargo, ver que de la nada se construye lo que será un camino o un hospital que ayudará a miles de habitantes de una comunidad, es para Diego Jiménez García una satisfacción muy grande y que lo hace sentirse muy orgulloso al ver que se está contribuyendo con un granito de arena con la obra de infraestructura de una gran ciudad.

Con sus 37 años de experiencia como constructor independiente y manteniendo un prestigio en las obras que se realizan, Diego Jiménez, director general de JIBE Construcciones y Pavimentaciones relata cómo se inició dentro de esta actividad productiva en la Comarca Lagunera y la forma en que fueron surgiendo cada una de las empresas que conforman su grupo.

Hacer obras con calidad es uno de los lemas y la palabra clave que el empresario ha promovido en su familia, por lo que está convencido en hacer trabajos de calidad que le ayuden a mantener el prestigio de la compañía que tiene desde 1968 a la fecha.

¿Cómo nace la idea de ser constructor?

Desde un inicio decidí en seguir los pasos de mi padre, por lo que entré a la Escuela Nacional de Ingenieros de la Universidad de México en 1947. Siendo estudiante comencé a trabajar en 1951 para una compañía de la Ciudad de México.

Al graduarme viene a Torreón en 1958 y empecé a trabajar en obras de concreto, cálculo de estructura y construcción de edificios con una empresa local. Sin embargo, en poco tiempo llegué a laborar en la Abastecedora de Agua cuando era privada, en el tiempo en que estaba de gerente Alfonso Estrada. En 1958 me hice cargo del departamento técnico, sin embargo, salí de la compañía en octubre de 1968, durante la gran inundación que tuvo La Laguna.

A partir de ese momento comencé a trabajar por mi cuenta hasta la fecha.

¿Cuál fue la primer empresa que fundó?

Con mi nombre: Diego Jiménez Contratista. Empecé a realizar urbanizaciones y me fue muy bien. Había mucho trabajo en colectores y urbanizaciones de todo tipo, tanto en colonias elegantes y populares, como lo fueron La Rosita y la Compresora.

¿Cómo considera su profesión?

Es muy interesante para quienes iniciamos dentro de esta profesión muy jóvenes, y yo aprendí mucho cuando empecé a trabajar en un terreno baldío y en un año ésta superficie termina siendo una gran fábrica que está en operación. Vas aprendiendo mucho con la ayuda de los ingenieros en producción al edificar plantas industriales.

¿En qué forma nace la idea de crear un grupo como JIBE Construcciones

y Pavimentaciones?

La idea de tener nuevas plantas industriales que procesen concreto y de mezcla asfáltica se origina de las propias necesidades que va creando el propio negocio. Vimos que si se consumen mil pesos de concreto, se piensa en producirlos uno mismo al igual que el material triturado.

Por ello, se abrió la planta de mezcla asfáltica en 1998, la fábrica de concreto premezclado en 1999 y la de triturado en 2001. En 2004, la empresa arrancó con una compañía inmobiliaria, especializada en vivienda media y residencial.

El desarrollo del grupo se dio en los últimos años, con un crecimiento acelerado, gracias al mayor trabajo que se ha logrado atraer con mis cinco hijos.

¿Son los únicos de tener estas características dentro del mercado

regional?

No somos los únicos. Existen otras empresas que cuentan con varias empresas familiares agrupadas y que ofrecen al igual que nosotros muchos servicios integrados.

Mencione ¿cuáles han sido los obstáculos a vencer para seguir creciendo como grupo?

En 1985, comenzaron a llegar los hijos al graduarse como ingenieros civiles, por lo que comencé a recibir refuerzos. El primero que llegó fue Diego y al año siguiente estaban colaborando Enrique y Darío. Al principio batallé un poco, ya que hay que sacar para todos y hay que aumentar el trabajo y los contratos que se tenían para mantener ahora a varias familias. Afortunadamente pudimos hacerlo y empezamos a crecer.

¿Cuál es la peor época que recuerda?

La falta de trabajo que se dio durante la devaluación de 1976 y 1994. Me acuerdo muy bien que la constante en aquellos años era la falta de trabajo. En 1976 tenía dos maquinitas y las tenía guardadas en una cochera, estacionadas por varios meses.

En México se dieron muchas devaluaciones como lo fue también en 1982, pero en 1994 fue un año muy crítico al escasear más los contratos, pero con la desventaja de que ahora éramos más familias que mantener. En ese tiempo no se tenía el respaldo de las plantas de concreto y la trituradora, ya que faltaban los recursos para tenerlas.

Fue un tiempo en que todos los constructores pasaron por esta mala época, inclusive las grandes compañías de La Laguna también se vieron afectadas.

¿Considera usted que lo que importa es tenerle gusto a la profesión?

No basta que te guste y que le tengas cariño a la carrera, sino que sea una actividad que sea redituable para uno y para ello es necesario administrarse bien. Una de las grandes satisfacciones que tenemos es haber creado un gran número de fuentes de trabajo, más de 200 empleados laboran actualmente dentro del grupo y para ello se requiere tener trabajo para sostener la planta laboral durante todo el año, es un gran reto.

¿Qué tan difícil es hoy en día hacer negocios dentro de esta industria?

Aunque en 1951 sólo me dedicaba a construir y no a administrar, cuando me tocó trabajar por mi cuenta ve uno que se tienen grandes compromisos con el fisco, la gente y contigo mismo.

Hoy en día es mucho más complicado ganar un contrato que hace 20 años atrás, ya que existe una gran competencia, por lo que los precios se van muy abajo y con tal de ganar el contrato y mantener la planta laboral, algunos empresarios se van con precios muy bajos y a ver cómo sale. Este es un problema común de las constructoras.

¿Cuál es su principal principio dentro de esta actividad?

Tenemos muy metido en la cabeza que todas las obras las tenemos que hacer con calidad, desde luego nos impide competir con precios demasiado bajos en las licitaciones, porque considero que va una cosa con otra. Preferimos tener un trabajo de calidad y sostener el prestigio que tanto nos ha costado mantener desde 1968 a la fecha.

¿Cuál ha sido su mayor satisfacción durante estos 37 años?

Esta carrera me ha dado grandes satisfacciones, como lo fue el darle agua a las colonias populares, las cuales tenían años de no tener agua y a base de trabajo con dos o tres personas del sindicato de la Abastecedora de Agua, andábamos poniendo manómetros a la una de la mañana en la Alianza, ya que sospechábamos que había válvulas cerradas. habían dicho que instalaron válvulas inglesas que se cierran al revés y se revisaron.

Descubrimos una o dos que estaban cerradas y que tenían años que estaban abiertas, pero no había agua en la colonia Polvorera. Cuando se descubrió esto, se llenó el tanque de las Noas y al abrir las válvulas a la una de la mañana salió el agua con mucha presión. Esta es una satisfacción muy grande y las más emocionantes que he tenido en mi vida.

¿Cuáles han sido los proyectos recientes y qué han destacado?

Son varios no es uno solo. Recientemente fue el hotel Hampton Inn y el restaurante Mesa Rica y actualmente trabajé en el centro de convenciones del hotel Camino Real. También participé en la construcción del Centro Comercial Plaza Cuatro Caminos y en los trabajos de pavimentación de Galerías Laguna, así como en el City Club.

¿Qué se siente de estar presente de alguna forma en las obras de infraestructura de la región?

Me siento muy orgullos de lo que he alcanzado a base de un esfuerzo de todos y que tenemos toda la intención de hacer obras importantes de todo tipo con el Gobierno del Estado de Coahuila y Durango. Estamos para participar en las licitaciones que se convoquen.

¿Considera usted que hay calidad en las obras que se edifican en La Laguna?

Hay de todo en la industria de la construcción. Existen empresas que cumplen con las normas de calidad y otros no lo hacen. Hay empresarios que hacen las cosas bien y hay otros que prefieren castigarla para ganar un contrato, esto sucede en todas partes, por lo que no se puede generalizar a la industria.

Como empresario ¿Cuál ha sido su gran reto?

Seguir creciendo y poder hacer frente a todos los problemas que tienen los constructores, pero sobre todo sostenerse en el medio y crecer, es un reto constante.

Actualmente no se tienen planes de trabajar fuera del país, pero sí de hacerlo fuera de la Comarca Lagunera en desarrollos urbanos y de obra civil. Hay algunos proyectos en puerta, pero no hay nada seguro por el momento.

¿Ha tenido otra faceta fuera de la construcción?

Fui profesor de Física en la escuela preparatoria Carlos Pereira en 1962-1984. Pedí una oportunidad para dar clases de matemáticas y física, asignándome la segunda opción para los estudiantes. También fui maestro durante cinco años en el Instituto Tecnológico Regional de La Laguna en la materia de Matemáticas.

Y la familia ¿qué tanto peso tiene para trabajar dentro de esta industria?

Es lo más importante, ya que siempre he tenido el apoyo de mi esposa e hijos. Hemos crecido por los hijos y con colaboradores muy buenos para lograr este desarrollo como grupo.

Cada hijo me ha dado mayor fuerza para trabajar y en ese sentido siempre he estado muy apoyado por mi familia, estábamos pobres, pero muy contentos en aquellos tiempos. Tengo nueve hijos, cinco hombres que trabajan en la compañía y cuatro mujeres dedicadas a la docencia, dos de ellas, una psicóloga y una comunicadora.

¿A quién agradece todo lo que tiene?

Primero que nada hay que agradecer a Dios por todo lo que tenemos: la familia, la salud y el trabajo.

¿Usted se considera un empresario con suerte o con éxito?

Podemos decir que gran parte de lo que tengo es gracias a la suerte, claro hemos tenido éxito y se requiere la suerte para seguir teniendo trabajo y mantenernos dentro del ramo.

¿Cuál sería su recomendación a quienes se inician dentro de esta actividad?

Aunque depende de las circunstancias, pero lo esencial es tener una buena preparación como profesionista y estar dispuesto a trabajar desde abajo, ya que sólo el trabajo te va recomendando para otros empleos y te abre nuevas puertas.

Esta profesión me ha dejado grandes satisfacciones personales que me ha permitido crecer como persona y como profesionista.

Entre ladrillos y cemento

A continuación la trayectoria de Diego Jiménez García dentro de la industria de la construcción.

*Nació el cinco de mayo de 1929 en Nuevo León.

*A los ocho años de edad llega a la Laguna.

*En 1947, ingresa a la Escuela Nacional de Ingenieros de la Universidad Autónoma de México.

*Siendo estudiante, comienza a trabajar en 1951 para una compañía de la Ciudad de México.

*Se graduó en 1958 y regresa a Torreón.

*En ese mismo año, comienza a laborar en el departamento técnico de la Abastecedora de Agua.

*Se retira de esta empresa en 1968, para trabajar por su cuenta en ese mismo año.

*La primer empresa que inició fue Diego Jiménez Contratista.

*En 1998, abre la planta de mezcla asfáltica.

*En 1999, arrancó la fábrica de concreto premezclado.

*En 2001, se instala la planta de triturado y en 2004, comenzó a operar la compañía inmobiliaria.

FUENTE: Investigación de El Siglo de Torreón

Leer más de Reportajes

Escrito en:

Comentar esta noticia -

Noticias relacionadas

Siglo Plus

+ Más leídas de Reportajes

LECTURAS ANTERIORES

Fotografías más vistas

Videos más vistos semana

Clasificados

ID: 151895

elsiglo.mx