ARTURO GILIO| UNA MUY FRANCA CONVERSACIÓN
El bajo crecimiento del país en los últimos cuatro años no sirve mucho, estima el empresario
Nada de protocolos ni antesalas. Don Arturo Gilio nos recibe con la sencillez propia de aquellos que ya están más allá del bien y del mal. Así mismo se despide: camina con nosotros hasta la puerta del automóvil sin mirar por un instante las manecillas del reloj como si el tiempo no tuviera la menor importancia. Se le nota sereno, empieza el 2005 dispuesto a disfrutar de su trabajo pero del mismo modo busca espacios para los placeres que confiere un existir sin los altibajos y presiones de otras épocas.
De usted siempre se habla, pero siguiendo una constante: con admiración y cariño. Todos quisiéramos lograr algo parecido en algún momento de nuestras vidas. ¿Cómo lo consigue?
—Siguiendo mis sentimientos, tratando de ser un hombre que no vaya contra la corriente; aplicando la ética en todos los actos de mi vida, ya sea en la familia, con amigos o en los negocios; por otro lado siempre procuro participar con la sociedad, de hacer algo por esta región a través de muchos tipos de instituciones.
“La ética es seguir los designios de la conciencia y no hacer nada que lo moleste a uno internamente: seguir un patrón de conducta honesto y recto”.
Arturo Gilio se define a sí mismo como una persona de carácter muy abierto que va siempre al grano, que no oculta sus sentimientos ni su manera de pensar. “Hablo fuerte en todos los lugares donde participo: en Fomec, en las reuniones del ramo agropecuario, cuando estoy con mis amigos”.
¿Qué le molesta de nuestros funcionarios públicos?
—Que últimamente no toman decisiones, todo es darle largas y largas a las cosas y eso nos pega tremendamente a la iniciativa privada. Uno quiere el registro de tal empresa para una fecha determinada y tienes que esperar seis meses; necesitas unos cupos de maíz para trabajar y el que resuelve tarda una eternidad. Hay una semiparálisis en el país, nadie toma decisiones, nadie quiere correr riesgos.
¿A qué nos podría llevar esta parálisis?
—Esta parálisis le cuesta al país parte del crecimiento, el que por cierto no llega ni al uno y medio por ciento en los últimos cuatro años. Todo radica en la no toma de decisiones de la clase política.
Háblenos de los focos rojos para el 2005.
—Aunque ya está muy dicho, necesitan aprobarse las reformas estructurales que el país tanto necesita; básicamente la laboral, la fiscal, y la política. Urge que se permita la inversión privada en Pemex, pues ya no podemos ser un país que le esté dando la espalda a la globalización y, aunque yo no soy muy partidario de esta, ya no es posible dar marcha atrás, ¡necesitamos atorarle¡ No es posible que un país súper productor como nosotros, esté importando gas y gasolina; lo que nos falta es inversión. El crecimiento del país del 1.5% no nos sirve de nada. China ha crecido al 9% en los últimos 10 años, lo que quiere decir que su economía aumentó el 100% y nosotros, no me sé los datos, pero a lo mejor no llegamos al 30% ó 40%.
“La ley laboral hay que modificarla”.
Le pregunto a Don Arturo Gilio sobre las reformas y la inevitable responsabilidad compartida.¿De quién es la culpa? ¿De Fox y un equipo de asesores de enlace legislativo muy deficientes en su actuación? ¿O de intereses partidistas?. Lacónico responde:
“Básicamente el problema está en las cámaras; los diputados y senadores se han preocupado más en jalar para su molino que en trabajar por el país. Se han fijado más en ellos; cómo obtienen más votos, en fin, más en intereses de grupo, que en el bienestar del país y ahí está el ochenta por ciento del problema; no han sabido manejar una adecuada relación los poderes ejecutivo y legislativo”.
Háblenos de nuestras oportunidades y fortalezas como país.
—Tenemos que convencernos que las aperturas comerciales son un hecho. A partir de ahí tenemos como país fortalezas, como estar cerca del principal país consumidor, Estados Unidos, tener importante inversión extranjera, turismo y las remesas de nuestros coterráneos y, con base en ello, la modificación de las reformas de las que estábamos hablando anteriormente, nacen una serie de fortalezas para desarrollar al país. Tenemos los recursos, y la inversión extranjera es de las más importantes del mundo, y por ello afirmo que con el turismo, la exportación de productos, la inversión extranjera que, entre otros países recibimos de Estados Unidos y el dinero que nuestros coterráneos envían a México, creo que son 17 mil millones de dólares, podemos hacer maravillas. Nosotros debemos ser autosuficientes en energía y para eso México aún cuenta con capacidad de endeudamiento. Yo no entiendo por qué si seguimos insistiendo en déficit cero en lugar de irnos a un uno o dos por ciento, si todos los países tienen.
Ya se va Enrique Martínez y Martínez. ¿Cómo califica su gestión? ¿Le ve tamaños para la grande?
—Estoy conciente que ha sido uno de los mejores gobernadores de los que a mí como empresario me ha tocado que son seis o siete; para mí ha sido de lo mejor que ha tenido Coahuila. No le veo muchas posibilidades, pues el Partido Revolucionario Institucional está muy revuelto: por un lado está Roberto Madrazo y por el otro están todos los gobernadores y todavía si lo eligiesen todos los gobernadores tendría que ganarle a Madrazo; lo veo difícil. Ojalá y se le haga, sería maravilloso para Coahuila.
Usted es contador público pero continúa sus estudios en el IPADE. ¿Qué valor agregado le da esa institución a toda la experiencia que ya traía a cuestas?
—Me abrió los ojos respecto a lo que estábamos comentando hace rato: a ver los negocios con base a que esto ya es un país mundial, que tenemos que planear todo para ser competitivos internacionalmente, siendo eficientes para que no entren a competirnos en esos ramos. Queremos exportar: debemos tener precio-calidad, tiempo razonable de entrega, productividad, etcétera. Creo que nos abrió los ojos (el IPADE) a los que no estábamos chapeados “a la no muy antigua” pues somos egresados del Tecnológico de Monterrey hace treinta y tantos años.
Empresario diversificado
“En mis negocios estoy bien, estoy contento, tranquilo, he tenido altas y bajas, pero en los últimos años nos ha ido muy bien. Básicamente tenemos cuatro negocios: el fuerte es producción de leche e integrado. Tenemos ranchos para producir nuestro forraje; por otro lado también una fábrica de alimentos balanceados que surte a nuestros establos un diez por ciento de lo que producimos y el otro noventa lo vendemos básicamente a estableros en primer lugar; engordaderos de ganado; porcicultores en tercero y varios. Así mismo nos dedicamos al transporte y parte de nuestros productos los movemos con nuestra línea Transportes México-Laguna y estamos metidos en bienes raíces, a partir de la venta del negocio avícola”.
¿Qué les recomendaría a los nuevos inversionistas que desean establecerse en La Laguna?
—Yo creo firmemente que La Laguna está apenas despertando. ¿Porqué le llamo despertando? Pues porque hace seis u ocho años comparándola con Aguascalientes, Chihuahua, Saltillo y otro sitios no éramos nada, ahora se ve bonanza. Las franquicias han dado mucho trabajo; hay nuevos hoteles, campos de golf, fraccionamientos, agencias de automóviles, centros comerciales y restaurantes tanto independientes como de cadena. Todo ello ha generado riqueza y oportunidades de trabajo. Nos falta que sigan viniendo empresas extranjeras a establecerse aquí, porque eso sí se ha parado en los dos últimos años. Siento que tenemos un excelente porvenir para los siguientes diez o veinte años.
De Toros
Su hijo Arturo, gran matador en retiro. El día que tomó la alternativa cortó dos orejas y un rabo. ¿Qué sintió como padre?
—Ese día fue de contrastes. Fui el padre más orgulloso de su hijo en ese momento, un gusto inmenso, pero a su vez durante el trayecto de las dos faenas un sufrimiento de la fregada. Es muy difícil ser padre de un torero, sí se sufre mucho, pero a su vez los triunfos le dan a su vez a uno gran satisfacción. Yo te quiero decir que ha habido dos toreros que cortan rabo el día de su alternativa en sesenta y tantos años y uno de ellos fue Arturo; el otro fue el Ciclón de Aguascalientes. Sentimientos encontrados.
“Además de la de mi hijo yo me acuerdo de otra corrida memorable en donde se presentó Capea, Eloy Cavazos y la alternativa de un muchacho de Monterrey, creo que González. Capea cortó dos orejas en un toro y en el otro una y el hablaba de que fue cuando se encontró cuando se encontró con el toro mexicano, en Torreón. Y lógicamente Eloy cortó dos orejas y dos orejas y rabo y el de la alternativa una oreja con toros, si no me equivoco, de San Antonio de Triana, del suegro de Manolo Martínez. Esa corrida la tengo muy presente”
Acaba de salir una encuesta que sitúa a los empresarios mexicanos en segundo lugar de stress a nivel mundial. ¿Usted es parte de esa cifra?
—Fíjate que yo ya tengo un infarto a mi edad y creo que fue por stress, pues nunca he tenido ni colesterol ni triglicéridos altos, tampoco vengo de familia cardiaca. No como grasas, hago ejercicio todos los días, así que no era candidato a un infarto mas que por stress. ¿Por qué es el stress? Por lo difícil que es hacer negocios en este país: hemos pasado de un populismo a un neoliberalismo y andamos en los extremos. Hemos tenido presidentes de todos tipos, ¡hijo de la mañana¡ Desde un López Portillo, desde un Echeverría, ahora un Presidente Fox que dentro del neoliberalismo nos ha ido muy bien y eso nos ha causado tanto stress. El péndulo va de un lado a otro en el país y no sabes a que atenerte pues cada seis años estamos sufrimos una devaluación. Nos va a costar mucho, pero estoy convencido de que la dirección que lleva México es la correcta.
Defíname el éxito.
—Mi concepto es muy sencillo: tener un poco más de lo que uno necesita y contar con una familia mucho muy unida y muy padre. Me siento orgulloso de que tengo más de lo que necesito. En lo que no tuve éxito es en haberme quedado viudo hace once años, pero por lo demás he logrado ser una persona feliz.
Arturo Gilio dice adiós a esta conversación comentándonos que es una persona feliz, que en dicha condición quiere vivir los años restantes, manteniendo su esencia: la de un ser humano pleno cuyos días están entregados en cuerpo y alma a la Comarca Lagunera. ¡Enhorabuena!