"Lo más difícil en todos los aspectos de la vida es mantener el equilibrio", reconoce el especialista en finanzas.
El Siglo de Torreón
TORREÓN, COAH.- La nacionalización bancaria, la reprivatización y después un periodo repentino de extranjerización, forman parte de la carrera bancaria de Jesús Campos Villegas.
El director general de la Unión de Crédito Industrial y Agropecuario de La Laguna reconoce cada fase de la evolución del sistema financiero reciente, y reconoce que enfrentar la crisis de 1994-1995 no ha fue nada fácil. ?Recuerdo que en esos momentos todo era negativo y problemático, pero se trataba de buscar la mejor manera para resolver los compromisos financieros?.
A Jesús Campos desde siempre le interesó trabajar dentro de la banca, por lo que aprovechó las invitaciones que recibió para aprender, primero dentro de la industria hotelera, y posteriormente en el banco de Londres de México ?y desde luego de todo se aprende?, dice.
Aunque es originario de Parral, Chihuahua, se considera lagunero por adopción y está muy agradecido por lo mucho que La Laguna le ha dado a él y a su familia.
Y confiesa: nada puede sustituir el contacto directo con el cliente, y esto es un punto de oportunidad que deben aprovechar las instituciones financieras regionales en la demanda de créditos.
¿Desde cuándo laborando dentro del sistema financiero mexicano?
Yo tengo 30 años trabajando dentro de las instituciones financieras del país, que ha pasado por épocas tranquilas y de grandes sorpresas. Y que puedo decir, las experiencias han sido de todo tipo, desde las diversas crisis económicas que el país ha sufrido hasta el gran impacto que aún se recuerda con la crisis económica de 1994-1995.
¿Cómo inicia el interés de laborar dentro de las instituciones de crédito?
Desde muy joven me inicié en la banca y ha sido una experiencia fabulosa para mí. Fue algo que siempre me llamó la atención, me atrajo y pues todo lo que a uno le gusta, se emprende con mucho cariño, independientemente del trabajo a desarrollar. Considero que mi estancia en la banca ha sido una magnifica escuela de vida en todos los sentidos.
Mis estudios los realicé en la Universidad Iberoamericana. En aquella época se podía considerar como una carrera técnica estudiar banca y finanzas. Mi formación academica se desarrolló en el edificio que se encontraba en Churubusco, el cual desapareció con el temblor de 1985 en la Ciudad de México. También soy egresado de la segunda generación del Instituto Panamericano de Alta Dirección de Empresas en Torreón (IPADE).
Entonces desde siempre tuvo muy claro el desarrollarse profesionalmente dentro del sistema bancario...
Pues sí. Cuando estaba en la escuela bancaria comercial, en mis ratos libres, un tío que tenía varios hoteles a nivel nacional -pero no tenía familia- me invitaba a que lo acompañara cuando yo era muy joven. Comencé en el manejo del negocio y desde un principio sentí una vocación relacionada con esta actividad, como lo es la banca.
Por los mismos negocios de la industria hotelera me fui relacionando, y a través de ese medio un día recibí la invitación para trabajar en el Banco de Londres de México, el cual posteriormente se convirtió en banca Serfin.
¿Ycuál es su mejor recuerdo y experiencia de las instituciones en donde ha trabajado?
Pues la mayor parte de mi carrera profesional la desarrollé en banca Serfin. Posteriormente, en un leve lapso de tiempo, trabajé en lo que era banca Internacional del Norte. Después de una estancia con Serfín en el Bajío, en el periodo de la banca nacionalizada, regresé a La Laguna como director de Bancomer.
Mi estancia en cada una de estas instituciones las guardó con un especial cariño y afecto, pero sin tener una mayor preferencia por una en particular, ya que cada una ha sido una magnifica escuela en todos los sentidos. Si se sabe aprovechar bien la estancia en la banca y en otras actividades productivas se continuará aprendiendo todos los días sobre el negocio en sí, pero lo más importante para mí sigue siendo el trato con la gente.
La pregunta parece obligada con toda su experiencia, ¿cuál es la opinión sobre la evolución del sistema bancario mexicano?
Fue obvio que después de la crisis económica de 1994-1995 se registrara un estancamiento, ya que lo que más importaba en ese momento era sobrevivir, tanto para los bancos como para todas las empresas. Hacer un traje a la medida de cada uno de los clientes fue el gran reto diario al que se enfrentaba un funcionario de la banca, y yo siempre procuré tratar de ver cómo sí se podían hacer las cosas pese a las dificultades.
Recuerdo que en esos momentos todo era negativo y problemático, pero se trataba de buscar la mejor manera para resolver los compromisos financieros.
Pese a todas los conflictos, fue un periodo de enseñanza no sólo en materia de negocios, sino también humanista al tratar de resolver los problemas financieros que parecían insalvables. Ahora, platicarlo parece muy sencillo, pero estar con personas que podían perder su patrimonio, su capital, uno debía entender la magnitud del problema. Pero, por el otro lado, el negocio del banco obligaba a cuidar los intereses del dinero que se tenía encomendado.
La mejor manera de resolver este conflicto de intereses fue atenderlos de tal forma que ambas partes quedaran satisfechas, y yo siento que verdaderamente así fue.
Paulatinamente, esta situación fue mejorando, pero no fue posible que la banca continuara en manos de mexicanos. Dentro de una economía globalizada y alineados a eso, hoy en día las instituciones de crédito se encuentran en manos extranjeras.
El sector financiero actual ha sido muy criticado por la falta de crédito al sector productivo, ¿cuál es su opinión con relación a esta problemática?
Bueno, se dice constantemente que la banca comercial no ha concurrido en apoyar todas las actividades productivas del país, sin embargo, hay que considerar que se presentaron en el pasado distintas situaciones especiales dentro del sistema bancario y que obligó a funcionar acorde a una determina Política Económica.
Al comprar los extranjeros las instituciones bancarias se dieron cambios en forma drástica en las políticas de operación, en los sistemas por con un cierto temor ante una economía mexicana que estaba emergiendo. Pero vemos que el crédito se ha expandido y en áreas bien definidas del mercado se observa una mayor apertura del financiamiento y en otras no.
Sin embargo, la carencia de recursos oportunos ha sido suplida por los propios empresarios con capital propio y de proveedores, así como de las instituciones auxiliares de crédito. Poco a poco se empieza a regular la actividad, y particularmente los bancos han vuelto a cubrir las necesidades del mercado.
¿Cuál época de la banca le gustaría volver a revivir?
Definitivamente me gustaría revivir todos los momentos, ya que en cada uno obtuve grandes experiencias. Si recordamos la época de Luis Echeverría, en su último año de administración, se generó una gran inquietud en ese momento ante rumores de posibles invasiones de tierras que afectarían a los clientes del banco.
En el sexenio de José López Portillo no hay que olvidar el periodo de nacionalización de la banca, un impacto inesperado, con devaluaciones constantes de otra índole, que siguieron durante la administración de Miguel de la Madrid. Luego, la firma del Tratado de Libre Comercio con América del Norte (TLCAN) en el periodo de Carlos Salinas de Gortari y las situaciones especiales que se dieron con el presidente Ernesto Zedillo con la crisis económica de 1994-1995.
Todos estos cambios son parte de la historia económica del país, y cuando nos ha tocado vivirlo se aprenden cosas buenas y malas, y afortunadamente sale uno muy fortalecido.
Después de trabajar 30 años en el sistema bancario no podría elegir para repetir un sólo periodo, ya que soy un ferviente creyente de que sólo estamos de paso en esta vida, por lo que hay que vivir intensamente cada momento y nunca voltear hacia atrás, pero sí estar abiertos en aprender lo mejor de lo que paso y aprovechar las experiencias.
Soy un convencido de que para atrás todo ya pasó, ya sucedió, y aunque se vale soñar y pensar en el futuro, lo más importante es el hoy y hacerlo con gusto para que las cosas salgan bien.
¿Qué tan difícil es ser un banquero?
Creo que lo más difícil en todos los aspectos de la vida es mantener un equilibrio. Por ejemplo, cuando tengo la oportunidad de ver y opinar sobre diferentes cosas, siento que un proyecto no sólo debe ser únicamente rentable, sino que debe de producir otro tipo de satisfactores para la sociedad.
¿Cuál es su opinión sobre la privatización de la banca en manos de extranjeros?
Hay situaciones que no se pueden escoger y en mi caso fue el momento en que la banca fue nacionalizada y, posteriormente privatizada. Estamos dentro de un mundo globalizado, porque todos los negocios, incluyendo la banca, deben adaptarse a los cambios, pero deben hacerlo en forma inmediata.
Siento que la compra de instituciones bancarias nos permitió insertarnos al mercado mundial, en donde no sólo hay amenazas, sino también oportunidades.
Particularizando en la Comarca Lagunera, soy lagunero por adopción y quiero mucho a esta región, aunque soy originario de Parral, Chihuahua. He vivido en distintos estados gracias a mi profesión, pero he observado que pese a las crisis económicas La Laguna se caracteriza por su gente, por ser una sociedad tan abierta y con un gran entusiasmo que siempre hay manera de salir adelante.
¿Recuerda cuándo se dejaron de respetar los controles o candados dentro del sistema bancario mexicano?
Durante el periodo de nacionalización de la banca había que reconocer que la mayor parte de los recursos se prestaban al Gobierno para apoyar su desarrollo y en una menor proporción se respaldaba al sector privado. Posteriormente, el dinero fue liberado con motivo del TLCAN, ya que las empresas solicitaban recursos para modernizarse. En ese momento se dio una sinergia entre la oferta y demanda de los recursos por parte de empresas y bancos, conformándose una respuesta masiva, pero en donde se comenzaron a perder los controles y la forma de vigilar los proyectos.
De tal manera, la banca sufrió las consecuencias y por ello entra al escenario la banca extranjera. Este periodo de adaptación es normal, ya que los inversionistas foráneos comienzan a conocer los negocios y el país, por lo que afortunadamente hoy se lleva un buen camino.
¿Hay cambios importantes en el banquero de hoy?
Definitivamente, todo tiene un claro-obscuro. Hoy en día se tienen unas grandes ventajas gracias a las nuevas tecnologías y productos financieros, pero hay algo que nunca se debe de perder: el contacto personal con el cliente.
He escuchado que los ejecutivos prometen a las personas una atención total a través de una amplia red de sucursales o vía Internet. Sin embargo, lo que no se debe de perder es el contacto directo con las personas, ya que si se perdiera eso el funcionario bancario no podría hacer bien su labor si no conoce bien a la gente.
¿Qué pesa más la viabilidad del proyecto o la persona al evaluar una solicitud de crédito?
Efectivamente primero hay que cuidar el proyecto, ver hacia donde va el dinero y cuál es su retorno, pero lo más relevante es saber con quién se esta tratando.
Las facilidades tecnológicas deben ser aderezadas con un conocimiento continuo, cercano hacia el cliente, ya que siempre éste lo pide y espera que vayamos a él. Yo creo que un mayor plus es estar cerca con la gente.
¿Qué significado tiene la instalación de nuevos bancos y casas de bolsa en La Laguna?
La instalación de bancos regionales e instituciones auxiliares de crédito son necesarias, y creo que el Gobierno debería de dar mayores facilidades para que éstas puedan desenvolverse con mayor libertad dentro del mercado.
El contacto con la gente tal vez se pierda en grandes bancos, pero en instituciones regionales son muy efectivas las relaciones con el cliente. La Laguna tiene algo más que oportunidades de negocio, por lo cual se están dando en forma continua nuevas aperturas de bancos y empresas de distintos giros.