Entretenimiento: Vamos a ver cómo andas de tu intelecto descifrando estos pequeños problemas. Dime un número que sea menor de treinta, pero que al triplicarlo dé la mitad de ciento cincuenta. Había cuatro herrores en esta orasión. ¿Puedes encontrarlos? Si no puedes, más adelante te lo diré al igual que esta adivinanza. Para algunos soy muy corto; para otros regular; para los tristes, muy largo y para Dios, la eternidad.
CONOCIMIENTOS
Las supersticiones: Tratando de responder a uno de mis lectores sobre este tema, les diré que son un fenómeno contrario a la razón que nace del miedo y la ignorancia. A pesar de los progresos de la ciencia, han sobrevivido a través del tiempo, sobre todo gracias a las consejas populares, a las leyendas y a los refranes y proverbios.
Las supersticiones abundan en el campo, constituyen la base de las prácticas religiosas de las sociedades llamadas primitivas (ritos y tabúes). Las gentes creen realizar sus deseos mediante un conjunto de gestos, de fórmulas o de prácticas, casi siempre muy sencillos (tocar madera, echar sal por encima del hombro, etc.) Al mismo efecto usan objetos que traen suerte, los llevan siempre consigo (amuletos, talismanes, fetiches, etc.), o bien los tienen cerca (herradura, pata de conejo, trébol de cuatro hojas).
Las supersticiones dan lugar a una actividad especializada: la adivinación (predicción del porvenir) la vidente, lee el porvenir en las cartas de la baraja (cartomancia) o en las líneas de la mano (quiromancia), y los astrólogos hacen el horóscopo. Para los supersticiosos, todos los seres y los objetos pueden tener un significado especial, bueno o malo. Los signos del zodiaco, los astros, las plantas y los animales son de gran importancia.
El gato negro es una criatura maléfica, según los supersticiosos. Para ellos los animales se distribuyen en dos clases: criaturas del diablo y de Dios, según su aspecto, sus gritos, el temor que inspiran, etc. Desconfían del macho cabrío, del sapo, del lobo y de las serpientes. En cambio, el caballo blanco, la mariquita o vaquita de San Antón y el grillo, traen la felicidad. Entre las aves, temen a la urraca, al mirlo, al cuervo, a la coneja y sobre todo al búho y a la lechuza. Pero la paloma, la cigüeña, y las golondrinas son consideradas como amigas.
LOS LEONES
Les quiero relatar una anécdota que sucedió hace casi tres años, la tenacidad de un periodista que conoció el proyecto de lo que hace el leonismo a través del programa de Sigh First que efectúa operaciones de cataratas completamente gratis. Pues ante el Club de Leones J. M. Chávez del Distrito H4 de Perú, surgió la solicitud de gestionar que le devolvieran la vista a cuatro osos ciegos por cataratas traumáticas provocadas por el maltrato de la persona que se los robó al dueño de los osos circenses Vladimir Maliavov que los recuperó cuando tenían ocho años de edad, ciegos, pero con una vida posible de cincuenta años.
Aún cuando el programa estaba destinado a seres humanos, la confianza del periodista, los motivó a revaluar la ayuda solicitada y con un equipo médico, más la colaboración de veterinarios del Zoológico Nacional ?Parque de las Leyendas?, su sala de operaciones, y las evaluaciones pre y post operatorias. Los laboratorios oftalmológicos brindaron sus equipos de cortesía y el Club que proporcionó los materiales necesarios.
La decisión de operar con la técnica de facoemulsificación por primera vez en el mundo, hizo que por fin los osos vieran la luz aunque con miopía, ya que los lentes infraoculares no se hacen a su medida. Todos los canales de TV, radioemisoras y periódicos cubrieron la interesante noticia y ante el éxito logrado con los osos se recibieron solicitudes para examinar otros animales ciegos que necesitan transplantes de córneas, cosa difícil de momento.
Sin embargo, estamos seguros que las risas de los niños, cuando vean a los osos trabajar disfrutando de su vista, será el mejor aplauso al esfuerzo de nuestro hermano Club de Perú y no se asombren si algún día, se visten con un chaleco amarillo con el emblema de los Leones, agradeciendo tener un mundo mejor.
La respuesta es que veinticinco es menor que treinta y si lo triplicamos de setenta y cinco, que es la mitad de ciento cincuenta. Los cuatro errores son: (1) Hay (2) errores (3) oración (4) El cuarto error es el hecho de que hay solamente tres en la oración ¿Sencillo no? La adivinanza es: (El tiempo).
