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ROMA, ITALIA.- Los especialistas médicos sostienen que es difícil pronosticar cómo evolucionará la salud del Papa Juan Pablo II, pero concuerdan en que el mal de Parkinson complicará cualquier otra enfermedad.
El pontífice de 84 años fue trasladado de urgencia a un hospital de Roma el martes en la noche, con problemas respiratorios. Funcionarios del Vaticano dijeron que tenía una gripe y que los médicos lo atendían por una inflamación de la tráquea y un espasmo de la laringe. Ayer anunciaron que la salud del Papa se había estabilizado y que su respiración había mejorado.
Se trata de problemas comunes entre pacientes con un estado avanzado del mal de Parkinson. Muchas veces son causados por una infección del pecho, como una pulmonía, desencadenada por inconvenientes al tragar que hacen que la comida o la saliva lleguen hasta los pulmones en lugar del estómago.
El Vaticano no ha revelado si la crisis médica del Papa está ligada a una situación así, pero los expertos consideran que es cada vez más probable que incidentes como ésos afecten al pontífice.
“Es muy difícil hacer vaticinios sobre cómo evolucionará cualquier persona a menos que se conozca muy bien su caso, pero... parece muy probable que él continuará teniendo este tipo de problemas”, declaró el doctor Michael Kaplitt, experto en mal de Parkinson y director de un departamento de cirugía del New York Presbyterian Hospital, en Nueva York.
Dijo que a juzgar por sus síntomas, el Papa podría morir por el mal de Parkinson o por otra complicación causada por esa enfermedad.
“Podría ser una semana, podría ser un año y medio. En realidad no hay forma de decirlo”, sostuvo.