Pone la CIA a prueba las defensas de sus expertos contra un ataque electrónico durante un simulacro
SUN-AEE
WASHINGTON, EU.- Juan Carlos Zárate, un hijo de padre mexicano y madre cubana, fue seleccionado por el presidente George W. Bush para un puesto clave en la lucha contra el terrorismo, informó ayer la Casa Blanca.
Zárate, actualmente secretario adjunto del Tesoro para la lucha contra la Financiación Terrorista, asumirá el cargo simultáneo de asesor adjunto del presidente Bush y viceconsejero de Seguridad Nacional en la lucha contra el terrorismo global.
Se desempeñó en el Departamento de la Tesorería de los Estados Unidos como asistente contra el financiamiento terrorista; entre sus responsabilidades se encontraban formular y coordinar las acciones contra las cuentas y el lavado de dinero de grupos terroristas, así como para aplicar los programas de sanciones de Estados Unidos y administrar que el secreto del banco actúe con eficacia.
La Casa Blanca destacó que, antes de asumir su cargo actual, Zárate fue fiscal en el Departamento de Justicia, donde trabajó en diversas investigaciones relacionadas con el terrorismo, incluyendo el caso del atentado contra el destructor USS Cole en octubre de 2000.
Zárate ha tenido que viajar al extranjero en más de 40 ocasiones desde que asumió su puesto actual poco después de los atentados del 11 de septiembre de 2001 contra Nueva York y Washington.
Zárate se graduó magna.cum.laude por la Universidad de Harvard e inició su carrera de jurista en California.
Realizan maniobras secretas
Por otro lado, se informó que la Agencia Central de Inteligencia (CIA, por sus siglas en inglés) lanzó una serie de maniobras secretas tituladas ?Horizonte silencioso?, para poner a prueba las defensas de sus expertos contra un ataque electrónico en la misma escala de los devastadores atentados terroristas del 11 de septiembre.
El ejercicio de tres días, que concluyó ayer, deberá revelar la capacidad de reacción del Gobierno y de la industria ante eventuales perturbaciones graves de la Internet, según participantes en los ejercicios.
Los informantes hablaron con la condición de no ser identificados debido al carácter delicado de los ejercicios, que se desarrollan en Charlottesville, Virginia, a unas dos horas al suroeste de Washington.
Los simulacros se sitúan a cinco años en el futuro, y serían realizados por una alianza ficticia de organizaciones antiestadounidenses, incluyendo piratas cibernéticos opuestos a la globalización. Los daños más graves fueron infligidos en las últimas horas del simulacro, según los informantes.
El simulacro de un ataque en gran escala contra la seguridad nacional es significativo porque la amplitud de su alcance -un ataque cibernético devastador que afecta al Gobierno y parte de la economía, de magnitud similar a los atentados del 11 de septiembre de 2001- desmiente afirmaciones previas de expertos en la lucha antiterrorista, quienes habían dicho que un ataque de tal magnitud sería altamente improbable.