El cuerpo del joven chofer fue encontrado con un tiro en la cabeza en junio del año pasado
EL SIGLO DE TORREÓN
Torreón, Coah.- El homicidio del taxista Jorge Alberto Membreño Rivas, cuyo cadáver fuera encontrado en las inmediaciones del ejido San Miguel, semidevorado por los animales en junio de 2004, tras ser ejecutado de un tiro en el rostro, fue esclarecido con la detención de Raúl Rebollar Cruz.
Otro sujeto más se encuentra en el Cereso desde agosto pasado por delitos contra la salud y un tercero anda prófugo, pero ya está identificado. Extraoficialmente se conoció que el motivo fueron las drogas.
Eliseo Cabrales Saldaña, supervisor de la Policía Ministerial, informó en rueda de prensa que el presunto responsable fue detenido para su presentación el pasado fin de semana durante un operativo, se encuentra plenamente confeso de su participación en el citado crimen, donde él jaló del gatillo para terminar con la vida del trabajador del volante. Permanecerá bajo arraigo en el hotel California por diez días.
Raúl Rebollar Cruz, de 30 años de edad, quien proporcionó como domicilio en esta ciudad en privada Pedro B. Triana No. 90 de la colonia Elsa Hernández y/o avenida Tercera No. 785 de la Eduardo Guerra, aceptó ante el Ministerio Público haber dado muerte a Jorge Alberto, la madrugada del ocho de junio de 2004.
Fueron más de diez meses de labor de investigación desarrollada por elementos de la Ministerial que se sustentó con una testigo cuya declaración ayudó para lograr la identificación de los presuntos homicidas, dos de los cuales ya están en manos de la justicia y uno más que anda prófugo.
Jorge Alberto Membreño Rivas, quien contaba con 28 años de edad al momento de su muerte, tenía su domicilio en calle Francisco Villa No. 37 de la colonia La Merced I, se desempeñaba como taxista a bordo del auto Nissan Tsuru, 2002, color azul y placas 6714-CTB, con número económico 95 de la línea Radio Taxis Amarillos, que fuera encontrado en llamas en las inmediaciones del ejido San Miguel, municipio de Matamoros, Coahuila, la tarde del 11 de junio del año anterior, cuatro días después de la desaparición del trabajador del volante.
El automóvil estaba sobre dos blocks de concreto en su parte posterior, ya que carecía de ambos neumáticos, además que le faltaba el estéreo, la batería, el gato y otros accesorios.
En un operativo que se ordenó de inmediato, el cuerpo de Jorge Alberto, cuyos familiares ya habían estado publicando su pesquisa en los diarios locales, fue encontrado horas después en la zona aledaña a donde hallaron el vehículo que estaba lleno de mezquites.
Vestía camisa roja, pantalón azul, calcetones blancos y zapatos para trabajo industrial, mostraba los huesos del brazo y la pierna izquierda, así como de la totalidad de la espalda, pues fue devorado por los animales que rondan por el lugar.
La necropsia demostró que fue ultimado de un tiro en el rostro, en el pómulo derecho, quedando alojada la ojiva en el cráneo que después se determinó era calibre nueve milímetros, disparado por su verdugo a corta distancia.
El crimen
De acuerdo a los datos aportados por la testigo, la ejecución del joven taxista fue durante la madrugada del ocho de junio, luego que había pasado a recogerla a La Garcita, lugar donde trabajaba. Esa vez, Jorge Alberto iba acompañado de tres sujetos, desconocidos para ella.
La noche del siete de junio, a eso de las 20 horas, el trabajador del volante acudió al sector rojo en mención donde recogió a la testigo, a la que invitó a dar una vuelta con sus amigos. Aunque había confianza entre ambos, su relación siempre fue amistosa.
En esa ocasión el taxi era conducido por un individuo que luego supo se llamaba Raúl Rebollar Cruz, quien era acompañado por Aníbal Ramírez Dozal y otro sujeto. A bordo del vehículo salieron de La Garcita y se dirigieron rumbo a Torreón.
En el trayecto, los cuatro comenzaron a hablar de negocios pero lo hacían en clave, recordando una frase como ?todo está listo para entregar el pastel?, entre otras.
Pronto se presentó una discusión entre el chofer y el occiso, cuando el primero le increpó sobre un ?jale? en el que había quedado mal con el dinero y alguien de más arriba estaba reclamando y sumamente molesto.
Entonces Raúl enfiló el auto a San Miguel, hasta terminar en la parte de atrás del poblado, donde continuaron alegando e incluso insultándose él y Jorge Alberto. Al detener la marcha, los dos descendieron y fueron seguidos por los otros dos ocupantes, quedando en el auto sólo la testigo.
De pronto, Raúl, Aníbal y el tercer sujeto comenzaron a golpear con saña a Jorge Alberto, que poco pudo hacer para defenderse, pues le daban con todo sin tiempo a nada. En eso Raúl sacó de entre sus ropas un arma de fuego y sin ningún miramiento la apuntó al rostro del taxista y jaló del gatillo, produciéndose la detonación que acabó con su vida.
Los presuntos asesinos amenazaron a la hoy testigo que de denunciarlos, ella y su familia la pasarían mal.
Dentro de un operativo efectuado el viernes por la noche en un campo deportivo de la colonia Moctezuma, elementos ministeriales lograron la detención de Raúl Rebollar Cruz, quien fue presentado ante el Ministerio Público para que rindiera su declaración en torno a este homicidio, aceptando su participación.
?Narcotaxista?
Perteneciente a una extensa red de ?narcotaxistas? que opera en la región desde hace tiempo, Aníbal Ramírez Dozal, fue detenido el pasado mes de agosto en posesión de varios envoltorios con cocaína, por elementos de la Agencia Federal de Investigación (AFI). Es así como otro de los copartícipes en el asesinato del taxista Jorge Alberto Membreño Rivas, se encuentra en el Cereso.
De 27 años, Aníbal utilizaba el auto del servicio público para efectuar entregas de droga, pero debido a una denuncia anónima, fue detenido la noche del 21 de agosto de 2004, en la avenida Cuauhtémoc de la colonia Lucio Blanco, en posesión de 25 envoltorios con cocaína.
?Corredor de droga?
El incumplimiento de varias entregas, así como la desaparición de un dinero, fueron las causas probables de la ejecución del taxista Jorge Alberto Membreño Rivas, toda vez que también pertenecía a un grupo de distribuidores de droga.
Esta versión extraoficial que no pudo ser verificada con las autoridades, corrió de forma insistente en los corrillo policíacos al saberse la noticia de la captura de uno de sus ejecutores y que otro ya estaba en el Cereso acusado de posesión de alcaloides.
De comprobarse lo anterior, la tanta veces denunciada existencia de una amplia red de ?narcotaxistas? que trabajan en la región, se pondría de manifiesto.
