Como lo hemos venido comentando, estamos en plena temporada de la discusión anual de los dineros de la nación, y en la Cámara de Diputados ya tienen listo el dictamen (aprobado por el pleno) del replanteamiento de la Ley de Ingresos, que en su momento les envió el Ejecutivo. Una pieza clave de este proceso es régimen fiscal de Petróleos Mexicanos (Pemex). Insistimos con ello porque la paraestatal es el puntal de las magras finanzas públicas del país, nada más por eso.
Pues bien, la nueva propuesta de modificación al régimen mencionado, cuya versión anterior ya había sido ?observada? por el Ejecutivo en las pasadas semanas, ya está lista, pero su aprobación final continúa en suspenso, porque al sindicato de la empresa no le quedan claras algunas implicaciones del cambio.
El caso es que dos piezas del andamiaje presupuestal, por parte del Legislativo, están listas: la propuesta de Ley de Ingresos y la del régimen fiscal de Pemex, lo cual nos permite hacer algunos comentarios cuantitativos para ubicar las implicaciones del posible cambio fiscal en la paraestatal. Para ello nos será ilustrativo apoyarnos en un análisis del Centro de Estudios de las Finanzas Públicas de la Cámara de Diputados.
Procuraremos no aburrirlos con estas precisiones que a veces son necesarias. En el régimen fiscal vigente, Pemex tiene que pagar: Derechos sobre extracción de petróleo, Derecho extraordinario sobre extracción de petróleo y Derecho adicional sobre extracción de petróleo. Con esta estructura, y a un precio de 31.5 dólares que es el que está proponiendo el Ejecutivo, la paraestatal generaría Ingresos por Derechos por 397.9 mil millones de pesos (mmdp). Pero si el precio es de 36.5 dólares por barril, tal como lo plantea la nueva propuesta de los diputados, entonces el correspondiente Ingreso por Derechos sería de 472.2 mmdp. Esto siempre y cuando el precio fiscal que se establezca en la Ley sea igual al precio observado.
Ahora bien, en el régimen fiscal propuesto hay un cambio en la denominación de los derechos, y aquí ya se estaría hablando de: Derechos ordinarios sobre hidrocarburos, Derechos sobre hidrocarburos para el Fondo de Estabilización de los Ingresos Petroleros y Derechos extraordinarios sobre la exportación de petróleo crudo; agregándose dos conceptos más: Fondos, para la Auditoria Superior de la Federación y para el Instituto Mexicano del Petróleo (IMP).
Con esta estructura de derechos propuesta Pemex generaría por Derechos, a un precio de 31.5 dólares por barril, 375.8 mmdp; y si el precio es de 36.5 dólares por barril, 441 mmdp. Con la misma salvedad anterior, que el precio fiscal sea el mismo que el observado.
La cuestión relevante en esta danza de cifras, sujeta a varios supuestos y que sigue en curso, es, como ya se dijo, establecer un marco de referencia para ver en que medida el cambio en el régimen fiscal va a afectar, o beneficiar según sea el caso, a los directamente involucradas en ello, a saber: Pemex mismo y quienes en un principio no vieron con buenos ojos el cambio y ahora han tenido que aceptarlo, esto es la Federación y los estados agrupados en la Conago, aunque, como ya dijimos, por ahí apareció también el sindicato con sus observaciones.
Veamos. Con el cambio de régimen, a un precio de 31.5 dólares por barril, para el gobierno federal, estados y municipios, la perdida sería de 22.1 mmdp, y si el precio es de 36.5 dólares, dicho monto ascendería a 31.2 mmdp, recursos que Pemex se ahorraría en el pago de Derechos.
Específicamente, los estados dejarían de recibir entre 5.6 y 7.3 mmdp, según sea el precio considerado; los municipios entre 269 y 365 millones de pesos; mientras que la federación entre 16.8 y 24.3 mmdp, igualmente, el rango esta dado por el precio, ya sea 31.5 o 36.5 dólares por barril.
En estricto sentido eso de ?perder? por parte de la Federación, los estados y los municipios, es solamente relativo, ya que en el mediano plazo todos ganarán, porque al alimentar a la vaca habrá más ordeña para todos, pero en cambio si la matan?
En estos márgenes, en números redondos y aproximados, se moverían las cifras en caso del tan comentado cambio en el régimen fiscal. ¿Es suficiente? Difícilmente se puede contestar afirmativamente a esta pregunta, pero definitivamente los recursos adicionales con los que pudiera contar Pemex el próximo año significarán oxígeno puro para que ésta pueda comenzar urgentes planes de inversión en diversos rubros. Amén de que se debe buscar la consolidación de esta nueva forma de tributación.
Los aspectos novedosos, como el dedicar fondos para la investigación y para la Auditoria Superior de la Federación, no son nada desdeñables. Además de que, en principio, parece haber mejores elementos para evaluar la constitución del Fondo de Estabilización de los Ingresos Petroleros, así como una mayor certidumbre en la distribución entre los diferentes ordenes de gobierno de los derechos generados por la paraestatal.
Sin embargo, conviene no olvidarlo, para una reforma integral de Pemex, todavía falta avanzar un buen trecho, como la reestructuración administrativa, tendiente a eficientar y transparentar la operación de esta empresa, se habla de dotarla de autonomía de gestión, cuestiones en las que muy posiblemente se tendrá que lidiar con el sindicato, como ya se ha dejado ver, pero que es algo en lo que definitivamente se tiene que avanzar. Hay tareas