La industria cinematrográfica no ha tenido los resultados esoerados durante el verano.
EFE
LOS ÁNGELES, CALIFORNIA.- Tras un gélido verano que ha recortado en un 12 por ciento la taquilla estadounidense, Hollywood quiere recuperarse con una cálida cartelera otoñal que sueña con el Oscar.
Más le vale porque en Estados Unidos la taquilla aún se resiente del llamado ?verano negro? de 2005 en el que tan sólo tres fines de semana se superaron los ingresos del pasado año.
El periodo estival que a efectos de taquilla comienza en Estados Unidos con el largo fin de semana del Memorial Day (30 de mayo) está a punto de concluir con la celebración del puente de Labor Day (cinco septiembre).
Un total de 14 semanas donde junto con ?taquillazos? a lo Star Wars, su última entrega, La Guerra de los Mundos o Batman Begins se vivieron fiascos igual de pronunciados como Kingdom of Heaven, Stealth o The Island.
Mr & Mrs Smith le dio morbo a la cartelera con el romance del verano entre Angelina Jolie y Brad Pitt mientras que Charlie and the Chocolate Factory endulzó la programación.
Aun así esa temporada en la que Hollywood acostumbra a recaudar un 40 por ciento de sus ingresos anuales se ha quedado corta con respecto a los ingresos de 2004.
El desastroso verano no ha puesto freno a los estudios, que ahora quieren pasar página y mirar al futuro con estrenos, por ejemplo, como Walk the Line, la biografía de Johnny Cash protagonizada por Joaquin Phoenix y Reese Witherspoon.
La lógica es simple: ¿Si el pasado año la biografía de un músico como Ray Charles estrenada en estas mismas fechas le ganó el Oscar a Jamie Foxx como mejor actor por qué no repetir la experiencia?
El público determinará si prefiere la música de Charles o de Cash, o al menos su película, pero en el caso de Flightplan la apuesta es segura con el retorno de una actriz que desde niña ha contado con la preferencia de los espectadores: Jodie Foster.
Con una trama que recuerda la última película de Foster, ?Panic Room?, la actriz y directora regresa a las pantallas tras casi tres años de ausencia envuelta en una historia de intriga que transcurre en un avión a 12.000 metros del suelo.
Otra chica para el otoño que también está de vuelta es Gwyneth Paltrow, reunida de nuevo con el director que le llevó a ganar el Oscar por Shakespeare in Love (John Madden) en la adaptación al cine de la obra de teatro Proof.
Un filme que agrupa en su reparto a Anthony Hopkins, Hope Davis y Jake Gyllenhaal y que trata con emoción y calor humano el mundo de las matemáticas y la locura, los mismos temas centrales que llevaron a Beautiful Mind a conseguir cuatro Oscar en 2002.
Otro ganador del Oscar que vuelve a por más es el director Roman Polanski, realizador de El Piano que ahora regresa con su versión del clásico de Charles Dickens Oliver Twist.
El cineasta maldito y prófugo de la justicia en Estados Unidos tiene una simple respuesta a todos los que desean saber por qué tratar de nuevo una obra de la que existen versiones no sólo en cine sino en animación, televisión o en Broadway.
Según ha confesado a la prensa su guionista, Ron Harwood, el director Roman Polanski, a sus 72 años, quería hacer algo para niños.
Otras cintas que se estrenarán en los próximos meses son: An Unfinished Life con Jennifer López y Robert Redford, History of Violence con Viggo Mortensen y Elizabethtown bajo la dirección de Cameron Crowe y protagonizada por Orlando Bloom y Kirsten Dunst.
Piensan en los ?peques?
La idea de hacer cine para niños debe estar en la mente de todos los estudios porque otros de los dos estrenos más esperados del otoño, también con ínfulas de Oscar, están dirigidos a los más pequeños.
Se trata de The Corpse Bride y Walace & Grommit: The Curse of the Were-Rabbit, ambas películas de animación foto a foto, un arte que parecía perdido, pero que regresa con fuerza con estos dos estrenos. El primero está dirigido por Tim Burton con un tono que recuerda al de su anterior producción animada The Nightmare Before Christmas.
El segundo es el primer largometraje de dos de los personajes animados más veces condecorados con el Oscar, el inventor de tres al cuarto Wallace y su perro Gromit, que ahora quieren la estatuilla por algo más que un cortometraje donde consiguieron sus dos anteriores estatuillas.