AP
BAGDAD, IRAK.- Una camioneta cargada de explosivos estalló ayer frente a una mezquita shiita al noreste de Bagdad, muriendo 13 personas y resultando heridas más de 40, dijeron un funcionario policial y testigos. En otro episodio de violencia, hombres enmascarados atacaron a balazos a una multitud que se encontraba en una panadería en una urbanización shiita de la capital, matando a 11 personas, dijo la Policía.
El atentado con una camioneta cargada de explosivos en Balad Ruz, a 70 kilómetros al noreste de Bagdad, ocurrió al concluir los servicios religiosos en la mezquita, dijo un testigo. Soldados de la Guardia Nacional de Irak estaban entre los muertos y heridos, dijo el coronel Tahseen Mohamed.
De acuerdo con Mohamed, residentes locales informaron que había una camioneta cargada de vegetales estacionada frente a la mezquita y que el vehículo les parecía sospechoso. Cuando soldados iraquíes se acercaron a la camioneta, estalló, dijo.
El ataque a la panadería en el área de Nueva Bagdad ocurrió luego que hombres armados que se desplazaban en varios automóviles bloquearon la calle frente al negocio con sus vehículos e ingresaron al local. Los pistoleros atacaron a balazos a los trabajadores, matando a 11 personas, dijo un investigador de la policía iraquí.
Las autoridades desconocen el motivo de ese ataque, el último en una serie de violentos incidentes registrados desde las elecciones nacionales del 30 de enero.
El jueves, insurgentes emboscaron a policías iraquíes que se dirigían a una zona situada a unos 15 kilómetros al sureste de Bagdad para buscar armas. El ministerio del interior dijo que 14 policías fueron asesinados, 65 fueron heridos, y seis figuraban como desaparecidos luego de un enfrentamiento de dos horas de duración. También cuatro insurgentes murieron en el tiroteo, informó el ministerio.
En otro acto de violencia, el jeque shiita Ammar al Hilali, representante del gran ayatolá Alí al Sistani, recibió siete balazos en su cuerpo al ser atacado por pistoleros desde dos vehículos cuando abandonaba una mezquita el martes, dijo ayer un familiar, Alí al Lafta.
El familiar dijo que el jeque al Hilali había recibido numerosas amenazas de extremistas suníes se oponían a su respaldo a las elecciones nacionales.
Muchos suníes, que representarían a un 20 por ciento de la población, boicotearon las elecciones o no asistieron a los centros de votación por temor a ataques insurgentes.
