Durango

Están desprotegidos indigentes enfermos

Instituciones se niegan a atender a quien no cuente con persona o dependencia que lo respalde

Citlalli Zoé Sánchez |

El Siglo de Durango

En serios problemas se encuentran aquellos indigentes que padecen de sus facultades mentales, ya que no encuentran un lugar adecuado para ser atendidos, puesto que el Albergue Municipal no los puede retener ni darles el tratamiento necesario y el Hospital Psiquiátrico ?Miguel Vallebueno? requiere un corresponsable para su internamiento.

No obstante, ambas instituciones aseguran que reciben a todas las personas sin distinción, en especial en esta época invernal en la que las bajas temperaturas ponen en riesgo la vida de aquellos que carecen de un techo para pasar las noches.

Según lo comentado por el director del nosocomio de salud mental, Manuel Salazar Enríquez, aunque el indigente no cuente con un familiar, requieren que las diferentes dependencias que lo canalicen, ya sea el DIF, o bien Seguridad Pública, sean corresponsables del paciente.

?Cuando la persona tenga una enfermedad mental, tenga o no tenga familiares, nosotros lo aceptamos, siempre y cuando exista una autoridad responsable, una tutoría responsable, que pueden ser las trabajadores sociales de la Procuraduría o del DIF. Pedimos que haya una coordinación, una relación con otras instancias y nosotros?, dijo.

Además, resaltó que en múltiples ocasiones los elementos de Seguridad Pública llevan a indigentes que en realidad no padecen de sus facultades mentales. ?Éste es un hospital de especialidad; entre los criterios de ingreso para los pacientes, el primer punto es que la persona tenga una patología mental, y segundo, que haya una persona responsable en el momento de su ingreso?, aclaró.

Pero sobre este tema, abundó que la autoridad que traslada a la persona al hospital tiene que esperar a que se realice una evaluación médica. ?Es muy frecuente que los cuerpos de seguridad en general confundan indigentes con enfermos mentales, cuando son dos cosas diferentes; hay quienes tienen un comportamiento algo extraño porque son personas porque su hábitat es la calle pero no están enfermas?, enfatizó.

El psiquiatra señaló que es común que los policías lleguen al hospital y sin dar mayor explicación se van, sin esperar una valoración de las personas.

?Hemos sido muy cuidadosos porque nos han traído gente que tiene todo, menos una patología mental; en esos casos requieren estar en un albergue en donde le den comida y se pueda bañar, pero cuando hay una patología mental, por supuesto que los aceptamos?, añadió.

Pero el problema es que cuando los desconocidos son dados de alta no tiene a dónde ir. ?Su condición humana se ve dañada porque ya no deben estar aquí, pues puede ser perjudicial para su salud?, estableció, por lo cual es indispensable que, una vez que estén recuperados, la dependencia que los canalizó les ayude en su integración social, aunque es difícil que acepten esa responsabilidad, acotó el entrevistado.

Por su parte, Martha Camacho Piña, encargada del albergue, aseguró que para proteger la vida de los duranguenses, en estas fechas las puertas están abiertas a todos aquellos que necesiten un techo y alimento, incluso de los que la gente llama despectivamente ?locos?.

No obstante, no pueden mantenerlos encerrados o darles la atención médica necesaria, así que en algunas ocasiones los indigentes abandonan el inmueble para perderse en las calles. Mientras tanto, la policía preventiva que custodia el sitio, Graciela Carrillo Luna, dijo que no los pueden llevar al Hospital Psquiátrico, porque ?les piden un familiar?.

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ASISTENCIA

Buscan refugio

En el presente mes, el Albergue Municipal tiene el registro del ingreso de 52 personas que por diversos motivos solicitaron apoyo para refugiarse del frío y, así, contar con alimentación. Los casos son variados, desde personas foráneas que tienen familiares hospitalizados y no cuentan con dinero para hospedaje, hasta jovencitas rebeldes que escapan de sus casas y son remitidas por la policía para que no sucumban en la intemperie.

A la fecha, en sus cuartos están alojadas ocho personas y en caso de que la gente llegue bajo los efectos de alguna droga, les brindan un café bien cargado para que se reanimen.

Y aunque es complicado recibir a un ser que sufre alguna patología mental, puesto que a veces se ponen agresivos, no pueden negarles la entrada cuando el termómetro desciende cada vez más.

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