Actores de Hollywood y cantantes aceptan ventilar su vida privada a cambio de millonarias sumas.
Agencias
Nueva York, Estados Unidos.- El romance no está muerto en Hollywood. Sólo se ha convertido en otro centro de utilidades.
Las celebridades que durante años vieron cómo sus relaciones, reales e imaginadas, alimentaban a decenas de revistas y programas televisivos, están descubriendo también que dos corazones que laten al unísono pueden sonar de manera muy similar al de una caja registradora.
El programa televisivo Britney and Kevin: Chaotic, que analiza su relación desde la lujuria transparente hasta la resolución fecunda, concluyó recientemente su temporada. El programa parece enormemente intrusivo, con cámaras prácticamente colocadas bajo las narices de la pareja mientras se cortejaban y casaban.
Pero el acceso no fue un problema: Según los créditos, fue concebido, producido y fotografiado por Britney Spears y Kevin Federline. Aunque el trabajo procreativo no recibió crédito, su bebé hace su primera aparición global como un latido incluido en Someday (I Will Understand), su nuevo video musical que fue parte del final de temporada.
La semana anterior, Brad Pitt, en una entrevista con Diane Sawyer en África, amonestó a un medio lascivo que estaba obsesionado por su relación con su coestrella de Mr. and Mrs. Smith, Angelina Jolie, pero no tuvo tiempo para las víctimas del hambre.
En la misma semana, un desplegado fotográfico de 58 páginas apareció en la revista W mostrando a las estrellas en un retozo descarado, como una pareja casada en los años 60.
¿Pitt había sido víctima de nuevo? Difícilmente. Él concebió el proyecto y posee (con el fotógrafo, Steven Klein) los derechos de reproducción internacionales, que ejecutivos de revistas estiman eventualmente le producirán millones de dólares.
Bobby Brown, delincuente serial, y su esposa, Whitney Houston, recién salida de rehabilitación, están protagonizando la producción televisiva Being Bobby Brown, que la compañía de Brown está ayudando a producir.
Tom Cruise y Katie Holmes, tras decidir pasar su vida juntos, se sintieron obligados a compartir la buena noticia inmediatamente en una conferencia de prensa por todo lo alto, ante periodistas que los vitorearon.
Aunque las estrellas siempre han usado el romance para añadir brillo a su propio atractivo, ya no dependen de las atenciones inconstantes de la prensa.
Como las estrellas están recuperando cierto grado de custodia de los medios sobre sus vidas románticas, un ecosistema delicado de muchos años de formación está en medio de la importante turbulencia. Históricamente, las estrellas se sometieron a un escrutinio libre de honorarios, pero muy bien administrado.
El tradicional Kabuki practicado por las revistas mensuales (no es necesario mencionar nombres aquí, pero Vanity Fair salta a la mente) era el siguiente: Los agentes autorizan al redactor, el redactor se aparece para tomar un café en el Chateau Marmont, el sujeto se muestra ?sorprendentemente abierto? y ha encontrado ?una nueva serenidad?, todo el tiempo no revelando más que la excelencia del proyecto actual del sujeto.
Ese sistema acabó hace tiempo. Quizá hayan sido Michael Douglas y Catherine Zeta-Jones quienes desencadenaron el nuevo paradigma cuando vendieron los derechos de las fotografías de su boda por más de un millón de dólares a la revista OK!, sólo para que una publicación británica rival, Hello!, publicara fotos no autorizadas. Presentaron una demanda en 2003, afirmando, de modo bastante extraño, que su privacidad había sido invadida.
Los semanarios aquí reconfiguraron su extremo de la negociación, también, usando fotografías no posadas, y las estrellas pronto se encontraron apareciendo en fotos sacando la basura o comiendo de prisa una hamburguesa. Los lectores quieren la historia interna, lo jugoso, lo no conocido todavía, y se sienten más que contentos de que los semanarios les sirvan como espías intrusivos.
La explosión de semanarios orientados a las celebridades con People aún encabezando al grupo ha hecho muy intensa la competencia por las fotografías. Y nada es más valioso que un romance en ciernes, especialmente entre las estrellas que ya tienen otros compromisos.
Us Weekly pagó hasta 500 mil dólares por una foto de Jolie y Pitt en una playa en África hace unas semanas.
OK! USA, una versión estadounidense de la publicación británica, llegará a fines del verano con atados de billetes para los famosos que estén dispuestos a posar para fotos exclusivas.
Puede ponerse peor.
Lo que ha sido, hasta este momento, un ejercicio poco elegante de canalizar dinero a través de paparazzi agresivos, pudiera volverse un asunto aún más feo si el efectivo se convierte en el precio de la admisión.
?Pienso que será un tipo de revista de celebridades diferente y que tendrá un tipo de relación distinta a la nuestra con su audiencia?, dijo Janice Min, la editora en jefe de Us Weekly.
?Si uno paga por las historias, al final esencialmente se va a convertir en un boletín de prensa de los publicistas.? Leslee Dart, publicista cuyos clientes incluyen a Tom Hanks y Jessica Lange, no tiene interés en ver que sus clientes desarrollen una nueva fuente de ingresos a costa de su privacidad.
?Al decir: ?Está bien, voy a sacar dinero de mi vida privada?, tácitamente se está aceptando que la vida de uno ya no es terreno privado y la gente se sentirá con derecho de saber todos los detalles sangrientos?, dijo.
Sin embargo, hay algo sangriento y glorioso en ver a Spears con el cabello desarreglado y con una fea sudadera. Hay algo revelador e incluso melancólico al observar cómo estos dos jóvenes necesitan la presencia de una cámara y millones de espectadores para conocerse entre sí.