Como es bien sabido, el pasado 11 de julio se incluyó en el Cuadro Básico de Medicamentos la Píldora de Anticoncepción de Emergencia, “píldora del día después”, Levonorgestrel, RU 486, o como eufemísticamente queramos llamarle; obligando con ello a su distribución en todas las instituciones del Sector Salud a lo largo del país y fijando un plazo de 120 días para que se realicen los ajustes necesarios a efecto de ponerlas a disposición del público.
El Cuadro Básico de Medicamentos está compuesto por 200 medicamentos: se contemplan substancias para atacar y prevenir las enfermedades más comunes que padecemos los mexicanos, y ahora también sustancias que provocan la muerte de otros mexicanos así sean estos indefensos individuos a los que eufemísticamente se les denomina pre-embriones por no haber sido implantados aún en el útero.
Primeramente podríamos formularnos las siguientes preguntas: ¿es lógico que un fármaco así se incluya en el nivel de lo básico cuando hay tantos hospitales públicos que no disponen ni de los más elementales medicamentos en existencia? ¿ No será que otra vez la urgencia de emplear el fármaco se deba a presiones de las políticas antipoblacionales dictadas por organismos multinacionales empeñados en implantar sus medidas?
Sin embargo el auténtico punto toral en este tema pareciera centrarse en si la famosa pastillita es o no abortiva. A este respecto nos basaremos en los mismos argumentos sustentados por los vehementes defensores de la píldora, quienes reconocen que los efectos de esa bomba de hormonas pueden ser tres: impedir la ovulación, la fecundación y la implantación en el útero del óvulo fecundado. Es en este tercer caso en el que nos encontramos claramente con una situación abortiva.
A pesar que algunos organismos internacionales han pretendido definir que la vida humana inicia hasta la implantación del óvulo fecundado, los datos de la genética informan con claridad que el óvulo fecundado posee ya una información genética propia, distinta de la de los padres, que el óvulo fecundado es un genoma humano individual, único e irrepetible. Resulta simplemente un eufemismo que se le trate de denominar embrión o pre-embrión: y que al acto homicida se le denomine aborto o microaborto: en todo caso es un ser que desarrolla los mecanismos propios de una vida humana en sentido estricto. Se trata de un ser humano en su primera etapa de desarrollo.
Impedir la implantación de un óvulo fecundado en el útero de su madre es producir un aborto. El ser que la padece no tiene ninguna posibilidad de defenderse de esta agresión mortal contra su vida. Es en esos momentos el ser humano más indefenso de una sociedad.
Se esperaría que el Gobierno, los poderes Legislativo y Judicial, las empresas farmacéuticas, los medios de comunicación social, los médicos, las enfermeras, su padre y su madre biológicos; la sociedad en general lo defendieran.
Sin embargo con esta píldora cobarde sucede justamente lo contrario: lo aniquilan, procurando además reducir la propia carga de conciencia con estos eufemismos.