México, (Notimex).- Indumentarias arqueológicas que formaron parte de entierros y ofrendas, halladas en las cuevas del Gallo y la Chagüera, en el estado de Morelos, y con una antigüedad cercana a los tres mil años, se exhiben por primera vez en este país.
Se trata de 30 fragmentos de prendas antiguas, elaboradas a partir de fibras duras como la palma y el agave, así como el algodón, que se han recuperado en los últimos 10 años y que dan cuenta de las costumbres de las antiguas culturas, explicó Fernando Sánchez, curador de la muestra.
Organizada en ocasión del V Congreso de la Conferencia de Conservadores de Textiles de Norteamérica (NATCC), que se realiza del 9 al 11 de los corrientes, la colección, que se exhibirá hasta el 2 de diciembre en la Escuela Nacional de Conservación, Restauración y Museografía (ENCRyM), forma parte de los cerca de cinco mil fragmentos recuperados en excavaciones realizadas en dichas cuevas.
"Son uno de los pocos ejemplos de textiles arqueológicos recuperados in situ, perfectamente contextualizados y fechados", destacó el también director de la ENCRyM, para quien lo más representativo son las características que permitieron su conservación.
El especialista recordó que las cuevas secas del Gallo y la Chagüera, guardan condiciones particulares de baja humedad relativa, obscuridad total y ph básico, que permitieron la preservación de los objetos que con el paso del tiempo se van desintegrando al tratarse de materiales orgánicos y deleznables.
Las piezas, abundó, fueron halladas en 1992, en la cueva del Gallo, donde se localizó el entierro de un infante de 12 años, atado y acompañado de un perro, que de acuerdo a la cosmovisión de los pueblos antiguos, guiaba a los muertos al Mictlán.
Mientras que en la Chagüera se encontraron diversas ofrendas y entierros secundarios.
Desde hace más de diez años se ha realizado un trabajo interinstitucional entre la Subdirección de la Laboratorios del INAH, la Universidad Autónoma de Chapingo y la ENCRyM, en el estudio y conservación de los textiles arqueológicos, así como del resto de los materiales que conformaban el contexto de los entierros, como semillas y objetos de cestería, localizados en estas cuevas.
En este tiempo, destacó, la ENCRyM ha efectuado el tratamiento de los textiles arqueológicos desde su fumigación, lavado, consolidación y conservación, entre los que destacan partes de lo que conformaron huipiles, cacles o zapatos, cordelería y petates.
En dicho acervo es posible observar el manejo de diseños a partir del uso del brocado que aún continúa en la actualidad, abundó el curador, para quien lo más valioso de estos restos es la información que aportan sobre las costumbres de los pueblos antiguos.
