Amanece Managua paralizada por la suspensión del transporte
EFE
MANAGUA, NICARAGUA.- El presidente de Nicaragua, Enrique Bolaños, dijo ayer que no renunciará al cargo, tras salir ileso de un ataque a pedradas en una manifestación, donde miles de manifestantes exigieron al Gobierno soluciones a la crisis que vive el país.
En la marcha participaron miles de estudiantes universitarios, transportistas, y sindicatos de trabajadores y población civil en general para pedir a Bolaños soluciones a la crisis originada por los altos precios del petróleo o que renuncie si no se siente capacitado para hacer frente a la situación.
Tras la manifestación, Bolaños dijo en una rueda de prensa que salió al encuentro de la marcha con el ánimo de dialogar con sus dirigentes, pero que no lo pudo hacer porque se encontró con pandilleros.
El mandatario y varios de sus ministros, entre otros el canciller, Norman Caldera, fueron atacados a pedradas, bolsas con agua y con morteros caseros, pero salieron ilesos.
No obstante, Enrique Bolaños Abaunza, hijo del mandatario resultó herido en la cabeza tras ser alcanzado por una pedrada, por lo que tuvo que ser ingresado en el hospital militar de Managua.
?Me tuve que retirar (del encuentro con los manifestantes) porque no había con quién hablar, sólo pandilleros, porque los líderes de la demostración estaban escondidos detrás de las turbas?, dijo el mandatario.
El presidente llamó al titular del Consejo Nacional de Universidades (CNU), Telémaco Talavera, y al alcalde de Managua, el sandinista Dionisio Marenco, a dialogar para buscar ?verdaderas soluciones? a la crisis que vive el país.
En los últimos días, se han sucedido en Managua las protestas de estudiantes en rechazo del incremento de la tarifa del transporte urbano en tres centavos de dólar (de 15 a 18 centavos de dólar).
Los transportistas insisten en que tienen que cobrar esa tarifa no autorizada por el Concejo Municipal de Managua porque nadie los puede obligar a operar con pérdidas.
Bolaños recordó que hay instaladas mesas multisectoriales para abordar los problemas entre ?gente pacífica, pensante y patriótica?, que ayer no encontró al salir al encuentro de la manifestación, a unos 200 metros de Casa Presidencial.
Los manifestantes no llegaron hasta la sede del Gobierno porque no tenían permiso de la Policía.
El mandatario trató de entablar una conversación con los que iban a la cabeza de la marcha, pero no fue posible porque los manifestantes comenzaron a agitar sus puños y increpar a Bolaños para deje la Presidencia.
Bolaños afirmó que los que promueven la violencia no quieren dialogar ni soluciones y sólo crear el caos, dañar a la economía y al bienestar del pueblo.
Sobre la renuncia que le pidieron el lunes los alcaldes del país, encabezados por el de Managua, Dionisio Marenco, reiteró que no abandonará el cargo.
?Nicho Marenco no sabe quién soy yo. Cuándo me han visto colgar los guantes, no lo hice en la década de los ochenta (cuando gobernaron los sandinistas) cuando me quitaron todo lo que tenía, me injuriaron y me encarcelaron?, dijo Bolaños.
Managua amaneció ayer paralizada por una suspensión del transporte, tras las protestas callejeras del lunes, que dejaron 17 heridos y 68 detenidos.
En los enfrentamientos del lunes también resultaron quemados en su totalidad un autobús e incendiado otro de manera parcial, así como quemadas dos motocicletas de la Policía Nacional. El Ministerio de Educación ha suspendido las clases hasta nuevo aviso.
El gobernante insistió en que los que han protagonizado brotes de violencia en Managua en los últimos días son pocos, porque la inmensa mayoría de los nicaragüenses lo que quiere es trabajar, como lo ha demostrado en estos días de paro del transporte urbano.
