Deben las etiquetas contener datos como tipo, presentación y medio de cobertura
EL SIGLO DE TORREÓN
GÓMEZ PALACIO, DGO.- Por la facilidad de su preparación, disponibilidad y precio, el atún enlatado tiene una presencia frecuente en las mesas mexicanas. Dada la gran diversidad de marcas que se ofrecen, la Procuraduría Federal del Consumidor (Profeco) estudió la calidad del producto que se expende.
Aunque existen varias especies biológicas que son consideradas atún, los productos que analizaron proceden principalmente de las especies denominadas atún blanco ?que normalmente es más caro? o atún aleta amarilla ?el tipo de especie utilizada debe señalarse en la etiqueta del producto?.
Dependiendo de la proporción de trozos grandes y pequeños de atún que contenga la lata, el producto debe declarar su presentación, que puede ser: compacto, en trozos, en hojuelas y desmenuzado.
La etiqueta también debe señalar si el atún viene en agua o en aceite, lo que significa que tiene que estar inmerso en un caldo (llamado medio de cobertura) hecho principalmente de agua o de aceite. En cualquier caso, para el presente estudio, Profeco calificó como defectos, la presencia de restos de piel, escamas, vísceras o cualquier materia extraña al producto.
Por lo demás, todas las marcas agregan sal al producto y varias agregan también extractos vegetales de soya, que se utilizan en el caldo de cobertura para que la carne del pescado se encoja menos durante el proceso de esterilización y resulte más jugosa; este aditivo no debe confundirse con la presencia de proteína de soya que, sin declararlo, indebidamente algunas marcas pueden llegar a utilizar para sustituir al pescado.
Se analizaron 43 marcas de atún, nacionales e importadas, 25 en aceite y 18 en agua. Siempre que fue posible se adquirieron tres muestras de tres lotes diferentes de cada una de las marcas. Aunque la gran mayoría se comercializa en todo el país, todos los productos fueron comprados en diversos puntos de venta en el Distrito Federal. Al adquirirlos se verificó que estuvieran dentro de la fecha de caducidad y que no presentaran abombamiento, golpes u oxidación. Cada producto se sometió a las siguientes pruebas:
INFORMACIÓN AL CONSUMIDOR
Se verificó que todas las muestras estuvieran debidamente etiquetadas e incluyeran información sobre su contenido neto, masa drenada, denominación, marca, razón social, nombre y domicilio del fabricante o comercializador, presentación y lote. También se evaluó que la información ostentada fuera veraz y no confundiera al consumidor, por lo que la Profeco recomienda que antes de adquirir un producto, se revise la etiqueta para ver si es el que se busca.
Hay que recordar que el atún blanco por lo general es más caro. Se debe comparar el precio en función de la masa drenada declarada y de la presentación. Es mejor verificar que el producto se encuentre dentro de la fecha de caducidad; para este fin es indispensable revisar que la lata no esté abombada, golpeada u oxidada.
VALOR NUTRIMENTAL
El atún es un alimento rico en proteínas; contiene pocas grasas y es fuente importante de vitaminas -entre las que destacan las A, D y las del grupo B- y de minerales como yodo, fósforo, hierro, magnesio y potasio, entre otros.
La Profeco al finalizar su estudio, concluyó que algunos productos de atún en agua (Nicolasa, Great Value, Calmex Light, Dolores, Herdez, CM) y de atún en aceite (Herdez, Ybarra, Calmex, Mazatún, CM y Palacio de Oriente) no cumplieron con la presentación declarada. La marca de atún Pacífico Azul adiciona soya y no lo indica en su denominación.
Varias de las marcas analizadas presentaron residuos de piel, escamas y/o espinas, lo que demerita la calidad del producto. Algunas marcas ostentan que se trata de producto en aceite, pero resultaron con más agua que aceite.
Algunas muestras de las marcas de atún en agua (CM, Pacífico Azul y Gigante), así como de atún en aceite (Herdez) contenían menos de la masa drenada declarada.
Se detectaron muestras de atún en agua (CM y Herdez) que no cumplen con el contenido neto declarado.
Hábitos alimenticios
Hoy en día los hábitos alimenticios están determinados por diversos aspectos, como tener que comer fuera de casa, en poco tiempo y a bajo costo. Aun cuando la disponibilidad de alimentos es cada vez mayor gracias a los métodos de conservación, distribución y comercialización, no siempre se elige lo mejor de entre la gran variedad de productos que ofrece el mercado.
Un ejemplo de lo anterior es el hecho de que en la comida mexicana el pescado es el principal ausente, pese a que los mares, ríos y lagos mexicanos cuentan con unas 200 especies comestibles de las que se comercializan alrededor de 25.
En México las dos variedades de pescado enlatado siempre disponibles son el atún y la sardina, de alto valor nutritivo y que además se encuentran en cualquier tienda y no requieren preparación alguna y son muy económicos.
Aun cuando el pescado tiene baja concentración de grasa y colesterol, una forma de clasificarlos es de acuerdo con su contenido de grasa: Blancos o magros (bacalao, mero, robalo, lenguado); semiblancos o rosados (dorado); azules, tienen mayor contenido de grasas como el atún y la sardina.
En términos generales, el valor nutrimental de las diferentes variedades de pescado es muy similar y puede resumirse en lo siguiente: proteínas y fuente importante de vitaminas.
Mucho ojo
Antes de comprar se deben de tomar en cuenta las siguientes recomendaciones...
· No compre latas que presenten abolladuras, abombamiento y signos de oxidación, ya que esto puede indicar contaminación del producto y comerlo así se un riesgo para la salud.
· En el caso de adquirir pescado fresco, se debe verificar que los ojos estén brillantes, saltones y transparentes, que las escamas estén adheridas al cuerpo, que la carne sea firme y que al presionarla con el dedo vuelva a su estado normal, y que presente el olor característico del pescado.
FUENTE: Procuraduría Federal del Consumidor