Una pregunta que todos nos hacemos una vez que hemos conocido y comenzado a aplicar las disposiciones fiscales que entraron en vigor a partir del presente año, si con todos estos continuos cambios se logran las metas que las autoridades pretenden enfocados principalmente a incrementar la recaudación fiscal y sacar del lugar 30 de 30 países miembros de la OCDE que nuestro país ocupaba hasta 2002, es importante conocer el punto de vista del sector empresarial en voz de un dirigente nacional y que al respecto comenta:
Todo sistema fiscal debe cumplir con dos principios de equidad: a).- Equidad Horizontal, gravar igual a todos los que tengan la misma capacidad contributiva b) Equidad vertical. Gravar más a los contribuyentes con mayor capacidad, es decir, progresividad.
Así mismo la recaudación debe buscar un balance entre los impuestos directos e indirectos, entre los primeros figura el ISR que inhiben el ahorro y la inversión y entre los segundos el ejemplo clásico esta el IVA que inhiben el gasto y fomentan el ahorro. Una mezcla adecuada de ambos se refleja en un sistema fiscal eficiente.
Otro requisito importante es la neutralidad, en el campo empresarial se exige que las decisiones sobre el nivel y composición de la inversión, las fuentes de financiación, el lugar de localización, la combinación de factores, la forma jurídica o el tamaño de la empresa, no estén afectadas por factores fiscales. Otro factor importante es la competitividad ya que es un factor que facilita la entrada de inversiones productivas y capital humano calificado, incrementa la participación del país en el mercado global, promueve la inversión y la generación de empleo y por último la tasa efectiva de impuestos, que pagan empresas y personas físicas, debe ser competitiva a nivel mundial e incluso diferenciada para las Pymes, como sucede en Japón que es del 40.90 por ciento a la tasa general y para las pequeñas y medianas el 30.90 por ciento. La otra característica en la que se han visto pocos avances es la simplificación puesto repercute en menores costos administrativos tanto para contribuyentes y fisco, maximiza los recursos para el gobierno, deja para los contribuyentes mayores recursos así como la eliminación de regímenes especiales, da como resultado una mejor simplificación, en este último aspecto es una lástima que muchas propuestas de la Conago y de la Conacon, hayan quedado en el tintero por motivos políticos.
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