Con la entrada en vigor de la Norma Oficial Mexicana 083, se impedirá que hospitales y fábricas sigan arrojando desechos industriales y biológico-infecciosos a la basura como hasta ahora lo hacen en varios municipios, informó Paulino Córdova Quiñones, delegado de la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (Profepa).
Si en la capital del estado se presentaron problemas con este tipo de desechos, es probable que en los municipios que cuentan con clínicas y centros de salud o industrias se realicen estas prácticas; sin embargo, con la nueva disposición los rellenos sanitarios sólo acopiaran la basura doméstica que no representa daños a la ecología.
Los pepenadores subsisten de lo que recolectan en los basureros; ellos se encuentran en constante riesgo a causa de los desechos químico-infecciosos, peligran de contraer enfermedades en la piel y gastrointestinales, que son las más comunes, así como respiratorias, y en casos más graves el contagio de enfermedades virales.
Los animales domésticos de las áreas residenciales aledañas a los basureros llegan en busca de alimentos, por lo que pueden ser agentes de contaminación a través de bacterias, llevándolas a las zonas en donde viven.
Con la nueva normatividad sobre el manejo de residuos sólidos que entrará en vigor en diciembre, se pretende reducir los índices de contaminación que se generan actualmente en todo el estado, así como evitar que los desechos altamente nocivos entren a los rellenos sanitarios.
En este cometido a la Profepa le corresponderá realizar una inspección exhaustiva, desde los primeros meses de 2006, a fin de que ningún municipio se quede sin cumplir con los requerimientos establecidos por la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat).
Los rellenos sanitarios se clasificarán para su mejor funcionamiento en cuatro categorías, según la cantidad de basura que genere la población en la que se encuentre: en primer lugar está el tipo ?a?, con capacidad para más de 100 toneladas diarias; el ?b?, de 50 a 100; el ?c?, menos de 50; y el ?d?, menos de diez toneladas.
Córdova Quiñones dijo que las exigencias mínimas para cada uno de éstos serán evitar el ingreso de residuos peligrosos, cubrir los desechos una vez por semana, control de plagas, evitar el ingreso de animales, cercar totalmente el sitio, garantizar la eficiencia de conductividad e impermeabilización del sitio y las barreras naturales o artificiales y una compactación mínima de los desechos de 300 kilogramos por metro cúbico.
Según la cantidad de basura que recibirá el relleno sanitario serán los requisitos técnicos que se exigirán, como estudios y análisis geológicos, hidrológicos, geográficos, geotécnicos, generación de biogás y de lixiviados.
?Todos los municipios tendrán que adaptarse a la norma, sin excepción, con la finalidad de evitar consecuencias que vengan a repercutir en la salud, suelo, mantos freáticos y entorno en general a causa de los líquidos y gases que despide la basura cuando se opera sin las debidas medidas preventivas?, concluyó.
Recomendaciones de ubicación
Al construir un relleno sanitario se deben respetar los derechos de vía de obras públicas federales, tales como oleoductos, gasoductos, poliductos, torres de energía eléctrica y acueductos, por mencionar algunas.
Debe estar alejado a una distancia mínima de mil quinientos metros, a partir del límite de la traza urbana de la población por servir, así como de poblaciones rurales de hasta dos mil 500 habitantes. En caso de no cumplir esta restricción, se debe comprobar que no existirá afectación alguna.
El relleno debe ubicarse fuera de zonas de inundación; en caso de no cumplir, se debe demostrar que no exista la obstrucción del flujo en el área de estancamiento o que exista la posibilidad de deslaves o erosión que provoquen arrastre de los residuos sólidos.