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Fallece el rey Fahd de Arabia Saudita

El príncipe Abdulá, hermanastro del rey de 81 años, fue designado nuevo monarca.

El rey, quien gobernó el país desde 1982, falleció a los 83 años de edad.

RIYAD, Arabia Saudita, (Reuters/ AP) .- El rey Fahd de Arabia Saudita falleció el lunes y el príncipe Abdulá fue declarado rápidamente el nuevo monarca del mayor exportador mundial de petróleo y aliado clave de Estados Unidos, al tiempo que el crudo ligero estadounidense repuntaba tras la noticia.

El príncipe heredero Abdulá, hermanastro del rey, de 81 años de edad y el gobernante de facto del país desde hace una década, fue designado nuevo monarca.

La televisión saudí suspendió su programación regular para anunciar la muerte de Fahd. El ministro de Información Iyad bin Amin Madani dijo que el monarca falleció de una enfermedad, pero sin dar detalles específicos.

"Con profundo dolor y pena, la corte real (...) lamenta la muerte de El Custodio de las dos Mezquitas Sagradas, el Rey Fahd, debido a la enfermedad.

Fahd falleció en el hospital Rey Faisal de la capital saudí, Riad, donde ingresó el 27 de mayo para ser sometido a una serie de exámenes.

En el momento de su hospitalización los funcionarios del reino dijeron que sufría de neumonía y elevada fiebre.

El funeral del monarca se realizará el martes. Fahd será enterrado en el cementerio Al-Oud de la zona central de Riad, dijo un funcionario saudí que pidió no ser identificado.

Sin cambios

Una fuente saudita dijo que la política petrolera del reino no será modificada tras la muerte del rey Fahd.

Varios diplomáticos dijeron que no preveían cambios en la política exterior saudita bajo el rey Abdulá, quien, como príncipe de la corona, ha dirigido los asuntos del día a día del país desde que Fahd sufrió un derrame cerebral que lo debilitó en 1995.

El comunicado dijo que el ministro de Defensa, el príncipe Sultán, se había convertido en el nuevo príncipe de la corona del reino.

El crudo ligero estadounidense subía 49 centavos, a 61.06 dólares por barril, poco después del anuncio del fallecimiento del rey Fahd.

La bolsa de valores saudita, la mayor de los países árabes, suspendió las transacciones, dijo un operador.

Ausente

En sus últimos años, Fahd fue una figura decorativa y ya no gobernaba realmente cuando las estrechas relaciones que cultivó con Estados Unidos se deterioraron luego de los ataques del 11 de septiembre del 2001.

Visitantes que vieron al rey Fahd luego de su ataque de apoplejía en 1995 dijeron que parecía estar en escaso contacto con el mundo exterior. Se permitía a dignatarios extranjeros mantener breves reuniones con él. Las visitas generalmente duraban el lapso requerido para filmar secuencias que serían luego divulgadas en emisoras de televisión locales.

En noticieros de televisión, el rey aparecía siempre sentado, mientras extendía su mano a visitantes o bebía café. En ocasiones, algunos comunicados eran difundidos en su nombre. Se lo vio presidiendo reuniones ministeriales cuando Abdulá estaba fuera del país.

En los últimos dos años, el reino ha enfrentado una violenta campaña de Al Qaeda para terminar con las siete décadas de gobierno de su familia real en Arabia Saudita, país que alberga los santuarios más sagrados del Islam.

En El Cairo, un funcionario de la Liga Arabe dijo que una cumbre árabe que se iba a realizar en Egipto esta semana fue postergada por algunos días tras la muerte de Fahd.

REINADO MARCADO POR GUERRAS, AL QAEDA

Fahd ascendió al trono de una de las naciones más ricas del mundo en junio de 1982, en la cima del auge de los "petrodólares" de Arabia Saudita, pero su reinado de 23 años estuvo marcado por tres guerras regionales y por el activismo de Al Qaeda, en los últimos años de vida del rey.

Su fuerte alianza con Washington y su decisión de permitir el emplazamiento de fuerzas estadounidenses en la cuna del Islam en 1990 enfureció a los extremistas leales al saudita Osama bin Laden, líder de Al Qaeda.

Bin Laden busca derrocar a la familia real saudita, a cuyos miembros fustigó por considerarlos "agentes y marionetas" de Estados Unidos y cuyo gobierno ha descrito como una "extensión de las guerras de los cruzados contra los musulmanes".

Las tropas estadounidenses permanecieron hasta la invasión de Irak en el 2003 y el derrocamiento del presidente iraquí Saddam Hussein.

Para ese entonces, los atentados del 11 de septiembre del 2001, en los que un grupo de secuestradores sauditas tuvo un papel principal, ya habían opacado la relación con Estados Unidos que había sido la piedra angular de la política exterior de Fahd.

Una serie de atentados suicidas en la capital saudita, Riyad, dos años después, subrayó el enfrentamiento del gobierno contra la insurgencia local, mientras que su alianza estratégica con Washington, centrada en el petróleo y la seguridad en el Golfo Pérsico, había alcanzado un punto de crisis.

Pero las relaciones mejoraron después de una intensa iniciativa diplomática por parte de ambos países y también debido al respaldo de Riyad a la guerra liderada por Estados Unidos contra el terrorismo.

PERFIL

Notimex.

El rey Fahd Bin Abdul Aziz al Saud, quien nació en Riad en 1923, gobernó Arabia Saudita desde 1982, pero a raíz de una hemorragia cerebral sufrida en 1995 su papel fue cada vez más simbólico.

Si bien continuaba siendo el árbitro supremo de la política saudita, la frágil salud del monarca lo obligó a permanecer alejado de las actividades oficiales, y el príncipe Abdulá ejercía la mayor parte de las funciones de jefe de Estado.

Fue uno de los 42 hijos del rey Abdul Aziz, fundador del moderno Estado saudita, y uno de los siete que el monarca tuvo con su quinta y favorita esposa, Hassa bint Ahmadi al Sudayri, a quienes se conocía como "los siete de Sudayri".

Fahd estudió en una escuela privada para miembros de la familia real en Riad y posteriormente realizó estudios islámicos en la Meca.

A principios de la década de 1940 ingresó a la vida pública como asistente de su hermano Faisal, quien era canciller. Ambos estuvieron presentes en la ceremonia de firma de la Carta de las Naciones Unidas en 1945.

A los 30 años de edad se convirtió en ministro de Educación, puesto que ocupó durante siete años, y en 1962 asumió la titularidad de la cartera del Interior. En 1967 llegó al cargo de viceprimer ministro.

En 1975 fue nombrado príncipe heredero al ascender al trono su medio hermano Jalid, pero Fahd pronto asumió funciones de jefe de Estado debido a la precaria salud del monarca.

Fahd propuso en 1981 un plan de paz para Oriente Medio que preveía la creación de un Estado palestino a cambio de un reconocimiento implícito de Israel, pero su propuesta fue rechazada por los de la línea dura en una cumbre de la Liga Arabe.

A la muerte de Jalid en 1982 Fahd ocupó finalmente el trono de Arabia Saudita. En los primeros años de su reinado, el nuevo monarca involucró a su país, más que cualquiera de sus predecesores, en asuntos regionales e internacionales.

En 1988 firmó el Tratado de No Proliferación Nuclear e inició una campaña diplomática para poner fin al conflicto entre Irán e Irak.

Un año más tarde se puso al frente de los esfuerzos de la Liga Arabe para solucionar la guerra civil libanesa al facilitar las conversaciones de las partes en pugna en la ciudad saudita de Taíf, y en 1990 firmó un acuerdo de demarcación fronteriza con Omán.

A raíz de la invasión de Irak a Kuwait en 1990, el rey Fahd permitió a Estados Unidos usar bases en territorio saudita para atacar a las fuerzas del entonces presidente iraquí Saddam Hussein, y de hecho pidió a Washington mantener tropas en su país después del conflicto.

Las relaciones del reino con Washington se habrían de deteriorar más tarde al conocerse que 15 de los 19 participantes identificados de los ataques del 11 de septiembre de 2001 en Estados Unidos eran de nacionalidad saudita.

Por otro lado, el rey buscó destacar la posición privilegiada de su país en el mundo musulmán como tierra natal del profeta Mahoma y sitio de origen del Islam. En 1986 adoptó el título de Servidor de los Lugares Sagrados (Meca y Medina).

Los críticos liberales de Fahd dentro de Arabia Saudita lo acusaban de pasividad en la introducción de reformas políticas y de ceder a las presiones occidentales a este respecto.

Tanto los reformistas como los conservadores le criticaron su aparente tolerancia a la corrupción y los excesos de algunos miembros de la familia real.

El monarca padeció diversos problemas de salud desde que sufrió una hemorragia cerebral hace 10 años, lo que motivó que su medio hermano y príncipe heredero, se encargara de hecho del gobierno cotidiano del reino.

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