NUESTRA REALIDAD
EL SIGLO DE TORREÓN
TORREÓN, COAH.- La falta de sensibilidad y respeto a los derechos de las personas con capacidades diferentes por parte de la sociedad se resume en la poca educación en el tema, así como cuestiones pendientes con uno mismo, dice el psicólogo clínico, Humberto Guajardo Acuña.
?Para mucha gente, las personas con capacidades diferentes son un espejo muy doloroso de su realidad interna o externa?, comenta, ?el hecho de que los rechaces significa que tienes un pendiente con tu propia situación, te está reflejando algo?.
El psicólogo atribuye esta marginación a factores culturales e históricos que persisten aún en la sociedad lagunera, pues siglos atrás se pensaba que una persona discapacitada era ?defectuosa? y la gente lo tomaba como un castigo divino.
?Hoy sabemos que esto no tiene nada que ver, pero continúan estos tabúes arraigados en la comunidad?, manifiesta, ?el conglomerado no lo entiende del todo y la persona con discapacidad sigue siendo el depósito de los problemas de los demás, en un salón de clases se convierte en el sobreprotegi-do o el burlado, o las dos cosas, ambas malas?.
Indica que la denominación en sí es discriminatoria, pues ?discapacitado? habla de que no está capacitado, ?minusválido? se interpreta como que no se puede valer por sí mismo.
?Todos tenemos discapacidades, solamente que las de algunos son más evidentes?, señala, ?habrá quién sea, incluso, discapacitado emocional?.
Guajardo Acuña explica que no se educa a los niños desde pequeños para que convivan con gente que padece alguna discapacidad, lo que deriva en segregación y señalamientos posteriores cuando entran en contacto con ellos.
El psicólogo clínico considera muy negativo que muchas personas con discapacidad se autocompa-dezcan y utilicen su problema para pedir dinero en las calles, pero insiste en que, aun con la supuesta igualdad de derechos, enfrentan cuestiones muy distintas a la gente ?normal?.
?Su situación los convierte en sujetos susceptibles de un trato preferencial?, agrega, ?tienen igual de dignidad humana que cualquier otro, eso es obvio, pero también hay que entender que necesitan ciertas oportunidades?.
MÁS SENSIBILIDAD
El psicólogo clínico, Humberto Guajardo Acuña, recomienda realizar un ejercicio personal de buscar la propia discapacidad y mejorarla, pues ?nadie es capaz de hacer todo al 100 por ciento?.
-Es necesario que la sociedad se sensibilice, que cada persona reflexione sobre la situación de los demás.
-Educar a los hijos, acercarlos al conocimiento del tema.
-La persona con capacidad diferente requiere salir, no estar oculta, integrarse a la educación y a la sociedad, para que el contacto sea más natural.
-También se necesita un esfuerzo de las escuelas para que sensibilicen a los compañeros de salón.
FUENTE: Humberto Guajardo Acuña, psicólogo clínico